La identidad que sobrevive a la tortura. Proyecto de rehabilitación de MSF en Palermo, Italia

MSF
26/06/2025

Kalifa sobrevivió a la tortura, la detención y la violencia. Llegó a Italia en estado crítico tras un largo viaje, que empezó en Gambia y siguió por Senegal, Mali, Argelia y Libia, donde pasó meses atrapado y torturado, pasando de una cárcel a otra. Hoy, tras un trasplante de corazón, está construyendo su nueva vida en Palermo (Italia). "Doy gracias a Dios porque sigo vivo, pero algunas personas murieron delante de mí. Atravesamos el desierto y Libia. En las cárceles libias vi cómo mataban a gente y violaban a mujeres delante de mí.  En Italia me dieron otro corazón porque el mío no funcionaba. Todavía hay muchas cosas que no puedo hacer, pero estoy vivo: Puedo trabajar, ver sitios bonitos y disfrutar de cada pequeño momento", dice Kalifa, que ahora asiste a un curso de costura, escribe canciones y espera convertirse en mediador intercultural. "Hay mucha gente que pasó por lo mismo que yo y no lo consiguió. Ahora sé lo afortunado que fui: Sigo vivo".

Kalifa es una de los centenares de personas atendidas por MSF en un proyecto de rehabilitación de supervivientes de tortura en Palermo.

  • Superviviente de tortura en el centro de tratamiento de Palermo, en Italia.

La violencia intencionada, el trato inhumano y la tortura no son episodios aislados en los viajes migratorios, incluida la ruta mediterránea. A pesar de estar prohibidas por el derecho internacional en cualquier circunstancia, estas prácticas siguen siendo generalizadas y en gran medida impunes, alimentadas por la ausencia de vías legales y seguras para buscar protección y por unas políticas migratorias cada vez más restrictivas.

El nuevo informe de MSF "Inhumano. La tortura a lo largo de la ruta migratoria mediterránea y el apoyo a los supervivientes en un sistema frágil", publicado con motivo del Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de la Tortura, muestra cómo la tortura es un elemento estructural y generalizado a lo largo de esta ruta. Una práctica que tiene consecuencias devastadoras para la salud física y mental y que no sólo deja marcas físicas, sino también profundas cicatrices psicológicas persistentes y debilitantes, que a menudo afectan a todos los aspectos de la vida de una persona: desde la capacidad para entablar relaciones interpersonales, hasta la persecución de objetivos profesionales e incluso la continuación del desarrollo personal.

La tortura, una práctica sistémica a lo largo de la ruta mediterránea: más del 60% de las torturas se produjeron en Libia.

De enero de 2023 a febrero de 2025, nuestro proyecto en Palermo asistió a 160 supervivientes de tortura, la mayoría hombres (75%) con una edad media de 25 años. En el 82% de los casos, la tortura se produjo en países de tránsito, siendo Libia el país con mayor incidencia (108 casos), seguido de Túnez (41). Además, el 36,5% de los episodios se produjeron en nueve países catalogados por el gobierno italiano y la Comisión Europea como países de origen seguros, a efectos de repatriación: Argelia, Bangladesh, Costa de Marfil, Egipto, Gambia, Ghana, Marruecos, Túnez y Senegal. Los pacientes informaron de que en más del 60% de los casos de tortura, los autores eran contrabandistas, mientras que en el 30% de los casos, eran funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Los episodios de tortura se produjeron a menudo en prisiones formales e informales, en centros de detención dirigidos por milicias o inmediatamente después de intentos fallidos de fuga por mar.

  • La línea de la vida

Las mujeres, a lo largo de su viaje en busca de seguridad en Europa, suelen ser víctimas de violencia sexual y de género: El 80% de las pacientes del proyecto de MSF sufrieron violencia sexual y de género, a menudo combinada con otras formas de tortura, y el 70% sufrió violencia sexual en su país de origen. Los hombres no están exentos de esta forma de violencia: algunos pacientes de MSF declararon ser ellos mismos víctimas de violencia sexual o verse obligados a presenciar actos de violencia sexual perpetrados contra sus esposas o hermanas.

Heridas duraderas: más que dolor físico

"La tortura intenta aniquilar la identidad. El cuerpo recuerda el dolor. La mente queda atrapada en él. Nuestro trabajo consiste en reconstruir lo que se rompió: ayudar a las personas a volver a sentirse humanas a través de una vía de rehabilitación interdisciplinar", explica Monica Rugari, psicóloga de MSF en Palermo. “Empezamos el proceso terapéutico con los pacientes creando una relación basada en la confianza: un espacio seguro donde el paciente pueda volver a sentirse un ser humano, libre de elegir y decidir por sí mismo”.

Palizas, latigazos, quemaduras, arrancamiento de uñas, electrocución, violencia sexual o asfixia son algunos de los actos de tortura y malos tratos que sufren los pacientes de MSF. Sus efectos en el ser humano son numerosos y profundos, y afectan a las dimensiones física, psicológica, cultural y social. Pueden dejar cicatrices físicas visibles y provocar afecciones crónicas y dolor crónico, o permanecer invisibles, causando daños psicológicos duraderos.

De hecho, más allá de las afecciones físicas (el 15% de los pacientes declaran síntomas musculoesqueléticos, el 12% síntomas relacionados con el aparato digestivo, más del 9% presentan síntomas neurológicos), los efectos más duraderos son los psicológicos: el 67% de los pacientes sufren trastorno de estrés postraumático (TEPT), a menudo acompañado de ansiedad, depresión, pesadillas, entumecimiento emocional y aislamiento.

Entre las supervivientes de tortura, violación y explotación sexual por razones de género, los datos muestran que los síntomas y afecciones ginecológicas son más prevalentes que otros problemas médicos, afectando al 6% de las pacientes, junto con la ansiedad, la depresión y el TEPT.

  • Olivier, de Costa de Marfil, superviviente de tortura.

Reconstruir la vida y sanar la identidad

A pesar de las terribles consecuencias de la tortura, la rehabilitación ofrece una vía para sanar la identidad y reconstruir la vida de los supervivientes de la tortura y la violencia intencionada. Desde 2021, el servicio para la rehabilitación de supervivientes de tortura, actualmente dirigido por MSF en colaboración con el Hospital Universitario Paolo Giaccone, el Departamento ProMISE, CLEDU, y la Universidad de Palermo ha estado ofreciendo atención y apoyo dedicados a los supervivientes de tortura en Palermo, Italia, a través de un proyecto de rehabilitación especializado que aborda las necesidades médicas, psicológicas, sociales y legales, incluyendo siempre la mediación intercultural.

"Cuando te han torturado, tu sentido del tiempo se rompe. No hay ‘antes’ ni ‘después’, solo el momento de la violencia, que nunca termina", afirma Grazia Armenia, psicóloga de MSF en Palermo. Como parte del equipo de salud mental, suele utilizar un enfoque terapéutico que combina el tratamiento clínico con herramientas basadas en la narración de historias, conocido como “Línea de vida”. Se pide a los pacientes que marquen los acontecimientos de su vida con piedras para los traumas, flores para los buenos recuerdos y velas para las pérdidas. “Siempre hay flores entre las piedras, porque mientras estemos vivos, todavía hay una historia que escribir”, dice Grazia.

"Cuando te han torturado, tu sentido del tiempo se rompe. No hay ‘antes’ ni ‘después’, solo el momento de la violencia, que nunca termina".
Grazia Armenia, psicóloga de MSF en Palermo

La mayoría de los pacientes del nuestro proyecto en Palermo están reconstruyendo sus vidas en Italia, recomponiendo lo que se ha desmoronado y recuperando su sentido de la identidad a pesar de la violencia que sufrieron.

"Fue difícil volver a confiar en la gente. A veces siento que no estoy viviendo realmente, sólo sobreviviendo. Cuando llegué a Italia lloré, tenía miedo. Pero ahora me siento mejor. La terapia es importante para mí; me ayuda a reconstruir mi idea de futuro", dice Olivier, un paciente de MSF de Costa de Marfil que sufrió torturas en su país de origen y durante su viaje. Hoy, Olivier vive en Palermo, donde estudia y es activista por los derechos humanos.

  • Veronique, superviviente de tortura

Asistencia de MSF a supervivientes de tortura

En 2024, MSF asistimos a 653 supervivientes de tortura en nuestros proyectos en todo el mundo. Los principales países en los que trabajamos con supervivientes de tortura son: República Democrática del Congo, México, Italia, Sudán del Sur, Níger y Nigeria.

MSF en Italia

Trabajamos en Italia desde 1999, asistiendo a migrantes y refugiados que llegan por mar, en centros de acogida y asentamientos informales, para proporcionarles asistencia médica, humanitaria, psicológica y sociosanitaria, en colaboración con las autoridades italianas.