La campaña de vacunación contra el sarampión y otras enfermedades forma parte de nuestra respuesta de emergencia lanzada en la localidad de Birao, en el norte de República Centroafricana, donde han sido reubicados refugiados de Sudán.

MSF
18/07/2023

Nuestros equipos han vacunado a más de 7.000 niños y niñas contra el sarampión y otras enfermedades en el norte de República Centroafricana para aumentar la protección sanitaria de la comunidad local y de los refugiados sudaneses que han sido reubicados en la localidad de Birao.

Tras una alerta de epidemia de sarampión, notificada antes de la llegada de los refugiados, llevamos a cabo en Birao una campaña de vacunación entre el 6 y el 10 de julio. Durante cinco días, nuestros equipos vacunaron a niños y niñas de entre 6 meses y 15 años en la capital de la prefectura de Vakaga y sus alrededores.

“Además del sarampión, hemos incluido otros antígenos contra el neumococo, el tétanos o la difteria, para dar una mayor inmunidad a los niños y niñas y que estén protegidos contra estas enfermedades prevenibles”, explica Nathanael Mwamba, responsable médico de nuestro equipo de emergencias.

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“Las precarias condiciones de vida y proximidad en que viven los refugiados dentro del campo y la mayor presión sobre los recursos locales son factores que pueden favorecer la propagación de enfermedades”.

Tras el inicio de la guerra a mediados de abril en Sudán, 13.800 personas llegaron a República Democrática del Congo huyendo de la violencia, según la ONU: en su mayoría son refugiados sudaneses, pero también ciudadanos centroafricanos que habían huido de su país durante diferentes periodos de crisis.

Mientras que los primeros refugiados eligieron asentarse en la localidad fronteriza de Am-Dafock dado que queda más cerca de sus hogares y familias en Sudán, el gobierno centroafricano decidió reubicar a la población refugiada al campo de acogida de Korsi en Birao. Hasta ahora, 1.200 personas han sido reubicadas en Birao, un lugar que es más seguro y accesible para las organizaciones humanitarias. 

Sin embargo, la mayoría de los refugiados son mujeres y niños y niñas y muchos son reacios a ser reasentados sin el consentimiento del cabeza de familia. El resultado es que alrededor del 90 por ciento de los refugiados todavía están en la frontera, donde no reciben asistencia suficiente ya que muy pocas organizaciones humanitarias están trabajando allí.

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“En el campo de refugiados de Korsi, cualquiera puede enfermarse, nuestras condiciones de vida son muy difíciles. Aquí estamos expuestos a las picaduras de escorpiones y serpientes, y con la lluvia que comienza a caer, nos estamos preparando para lo peor por el riesgo de malaria y otras enfermedades”, dice Moussa, un refugiado sudanés, padre de ocho hijos.

Para ayudar a los refugiados que están llegando, MSF lanzamos una respuesta de emergencia a principios de mayo. Actualmente, dirigimos un puesto de salud en el campo de Korsi centrado en el tratamiento de la atención pediátrica. En el puesto se realizan unas 200 consultas a la semana por enfermedades como infecciones respiratorias agudas, paludismo o parásitos intestinales.

MSF también brindamos también apoyo en salud mental, ya que muchos refugiados han sufrido violencia, pérdida de seres queridos y otras situaciones traumáticas. Entre el 12 de mayo y el 10 de julio, nuestro personal realizó 1.154 consultas médicas y compartió información con 1.463 personas sobre salud mental.

MSF apoyamos además el hospital distrital de Birao, donde hemos reforzado las capacidades para prepararse ante una posible afluencia de heridos y donde se estabilizan los casos críticos y luego se derivan en avión a la capital, Bangui, en caso de que el paciente requiera de una atención médica más especializada.