Tras ver cómo mataban a su madre, fue violada: la violencia sexual en Darfur debe terminar

En Darfur Norte (Sudán) mujeres, niñas y comunidades enteras siguen siendo víctimas de violencia sexual extrema en medio del asedio y los ataques de las Fuerzas de Apoyo Rápido. Solo entre abril y agosto de 2025, más de 600 personas recibieron atención médica en centros que apoyamos. La magnitud y brutalidad de estas agresiones exige protección urgente y acceso a cuidados para las supervivientes.

MSF
29/09/2025
Personas desplazadas en los alrededores de Tawila.

Nuestra matrona en Tawila, Darfur Norte, Sudán, recuerda la desgarradora historia de una niña que fue violada repetidamente por su agresor, momentos después de que este ordenara a su conductor atropellar a su madre. Ambas intentaban huir hacia Tawila desde el cercano campo de Zamzam, a las afueras de El Fasher, la capital de Darfur Norte, sitiada y atacada desde hacía más de un año por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y sus aliados. El 13 de abril, las RSF atacaron Zamzam, lo que provocó el desplazamiento de unas 380.000 personas hacia Tawila. En apenas 5 semanas, más de 300 víctimas y supervivientes de violencia sexual buscaron atención en los servicios que apoyamos en Tawila.

Días que nunca serán olvidados

Abril de 2025 está grabado a fuego en la memoria de Anna*. Anna, matrona con 18 años de experiencia en nuestra organización, fue llamada de urgencia a la sala de emergencias, donde llegaban en gran número víctimas de violencia sexual tras el asalto al campo de Zamzam. 

“Hay un olor que nunca olvidaré”, dice Anna. “La sala estaba llena de mujeres gritando, la mayoría buscaban atención tras haber sido violadas. Y en medio de todo, una niña estaba sentada en silencio, apenas se atrevía a mirarme a los ojos”. “Pregunté: ‘¿Qué está pasando? ¿Qué es este olor?’ Una mujer respondió: ‘Hay un cuerpo aquí’”, continúa Anna. “Fue en ese momento cuando la niña finalmente levantó la mirada. Le pregunté: ‘¿Estás bien?’ Y ella me contestó: ‘¿Vendrás conmigo para que podamos hablar?”.

  • Personas desplazadas en los alrededores de Tawila.

Persecución étnica y atrocidades contra civiles

La niña explicó a Anna que su agresor primero le preguntó si pertenecía a la tribu zaghawa. “Lo negué; el comandante siguió insistiendo”, cuenta la niña. “Mi madre trató de defenderme. Ordenó a su conductor que la atropellara, matándola al instante, justo delante de mis ojos. Después de eso, me llevó a un lugar y me violó una y otra vez”.
“Solo cuando fue tras otras personas, su conductor me devolvió junto al cuerpo de mi madre y los demás que huían con nosotras”, continúa relatando la niña a Anna. “Colocamos el cuerpo de mi madre en un burro y seguimos nuestro camino hacia Tawila”.

Desde el estallido de la guerra en abril de 2023, los grupos no árabes —incluidos masalit, zaghawa y fur, muchos de los cuales sobrevivieron a la violencia en Darfur hace dos décadas— han sido particularmente atacados. Las RSF, que asedian El Fasher y controlan gran parte de la región de Darfur, dominan la mayoría de las rutas de salida de la ciudad y atacan a quienes intentan huir. Entre ellos, comunidades que sufren violaciones, torturas e incluso asesinatos en el camino. Esta situación se detalla en nuestro informe ‘Asediados, atacados, hambrientos: atrocidades masivas en El Fasher y Zamzam, Sudán’ publicado a principios de julio de 2025.

Ampliar la atención a víctimas y supervivientes de violencia sexual en plena crisis

A finales de junio, habíamos reforzado los mecanismos de referencia a través de cuatro centros comunitarios en campos de desplazamiento, lo que permitió una mejor vinculación con las comunidades. En el hospital de Tawila, solo 9 víctimas/supervivientes recibieron atención entre enero y marzo de 2025. Esa cifra aumentó drásticamente a 121 entre abril y junio, y alcanzó las 339 en julio y agosto. Con sistemas de referencia más sólidos que explican en parte este incremento, las cifras reflejan tanto un mejor acceso a la atención como la magnitud de la violencia sexual. Muchas víctimas y sobrevivientes relataron brutales agresiones por parte de múltiples hombres armados mientras intentaban huir. Las agresiones no se detuvieron con el ataque a Zamzam: cada semana se registran nuevos episodios de violencia en El Fasher y alrededores, como los bombardeos crecientes y ataques en el campo de desplazados de Abu Shouk, y nuevas víctimas y sobrevivientes llegan a Tawila.

Anna ha observado un cambio en los patrones de violencia sexual. “En abril y mayo, la mayoría de supervivientes eran mujeres y niñas que llegaban dentro de las 72 horas posteriores a los ataques”, explica Anna. “En agosto, llegaban más tarde, con el apoyo de nuestros centros comunitarios”.

“La violencia sexual contra hombres sigue siendo en gran parte invisible”, continúa. “El estigma y el miedo mantienen a muchos en silencio, pero hay indicios en conversaciones y consultas, cuando la gente busca atención por otros motivos, de que esto sigue ocurriendo”.

  • Desplazamiento en los alrededores de Tawila.

Necesidades urgentes: protección, atención y rendición de cuentas

A pesar de las enormes barreras para acceder a atención médica, más de 600 víctimas y supervivientes de violencia sexual buscaron atención en centros de salud que apoyamos entre abril y agosto de 2025 en la devastada región de Darfur del Norte.

La brutalidad en Darfur no puede ser ignorada. Debe ser documentada y deben tomarse medidas urgentes. Los donantes humanitarios, las organizaciones y todos los actores implicados deben trabajar sin demora para restablecer y ampliar los servicios para víctimas y sobrevivientes, y reforzar la protección y la rendición de cuentas. Los civiles deben ser protegidos y los perpetradores de violencia sexual, responsabilizados.

“Las supervivientes necesitan con urgencia un apoyo integral, gratuito y oportuno, que incluya atención médica, asistencia psicológica y social”, dice Anna. “Las supervivientes de Darfur enfrentan atrocidades implacables. El mundo no puede mirar hacia otro lado”.

* El nombre ha sido cambiado por motivos de seguridad.