De junio a octubre de 2024, casi 11.000 niñas y niños menores de 5 años por el área de urgencias del Hospital Nasser por infecciones del tracto respiratorio superior.
Tras más de un año de implacable guerra y destrucción en Gaza, nuestros equipos son testigos de cómo las terribles condiciones de vida, los ataques en zonas densamente pobladas, el escaso acceso a alimentos y los repetidos desplazamientos están provocando graves problemas de salud a niñas y niños, recién nacidos y madres palestinos.
“Estamos tratando a niños con enfermedades infecciosas, respiratorias y cutáneas. Por supuesto, ya lo veíamos antes de la guerra, pero hoy lo vemos mucho más, y las cifras siguen aumentando”, afirma el Dr. Mohammad Abu Tayyem, pediatra de nuestra organización que trabaja en el Hospital Nasser, en el sur de Gaza. Aquí, cada día se atiende a más de 300 pacientes pediátricos, lo que se traducen casi 10.000 consultas al mes. “Vemos hacinamiento en el servicio (de pediatría), incluidos niños con neumonía aguda”, describe.
Nuestros equipos en el Hospital Nasser se enfrentan a un número abrumador de pacientes: entre junio y octubre de 2024, tratamos a 3.421 bebés y menores de 5 años en la sala de pediatría de pacientes hospitalizados, con casi una cuarta parte (22%) relacionada con la diarrea y el 8,9% con la meningitis. Durante el mismo periodo, 168 recién nacidos menores de un mes y más de 10.800 niñas y niños de entre 1 y 5 años acudieron a urgencias por infecciones de las vías respiratorias superiores. Además, unos 1.294 niños y niñas de entre 1 y 5 años ingresaron en el hospital por infecciones de las vías respiratorias inferiores, con un total de 459 casos de neumonía.
Un año de guerra ha diezmado el sistema sanitario
En la llamada ‘zona humanitaria’, donde se hacinan las poblaciones desplazadas, prestamos atención neonatal, obstétrica y pediátrica en tres clínicas de atención primaria y en el hospital de Nasser, que tiene una de las únicas maternidades funcionales del sur de Gaza. De los 36 hospitales de Gaza, solo 17 seguían funcionando parcialmente el 19 de noviembre (OCHA).
Incluso después de recibir tratamiento, los recién nacidos y los niños regresan a condiciones de vida insalubres, lo que a su vez provoca un deterioro de su estado de salud y de su capacidad para curarse adecuadamente
Las madres de Gaza corren riesgos cuando llevan a sus recién nacidos y a sus hijos a los pocos hospitales y centros de salud que quedan. Se ven obligadas a recorrer largas distancias por rutas inseguras a pie o en carros tirados por animales, en zonas polvorientas y densamente pobladas, para llegar a los centros médicos. Este viaje expone a los niñas, niños y recién nacidos a un mayor peligro de sufrir agresiones y los expone a un alto riesgo de complicaciones de salud. Incluso después de recibir tratamiento, los recién nacidos y los niños regresan a condiciones de vida insalubres, lo que a su vez provoca un deterioro de su estado de salud y de su capacidad para curarse adecuadamente.
Enfrentadas a unas terribles condiciones de vida, a la escasez de productos higiénicos y alimentos, y sometidas a un estrés constante, un número considerable de madres -ellas mismas desnutridas- dan a luz a bebés prematuros y aumentan el riesgo de complicaciones posparto. Esta crisis se agrava aún más por la grave escasez de suministros médicos y no médicos esenciales en los centros de salud y hospitales.
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Una niña cuelga la ropa de su familia para que se seque después de lavarla a mano en la tienda. © Ibrahim Nofal
Las temperaturas más frías conllevan nuevos riesgos para la salud
Las familias viven hacinadas en tiendas de campaña o bajo lonas de plástico y trozos de tela, sin acceso a agua potable, saneamiento, o artículos de higiene como jabón y sin tener cubiertas muchas otras necesidades básicas. Las condiciones empeoran con la llegada del invierno y el descenso de las temperaturas, lo que aumenta el riesgo de enfermedades como infecciones cutáneas y respiratorias, sarna, diarrea aguda e infecciones víricas, especialmente entre los recién nacidos y los niños.
Además, el aumento de los precios debido a la drástica reducción de la ayuda que entra en la franja de Gaza contribuye a que la población no pueda permitirse una alimentación nutritiva, lo que provoca desnutrición, especialmente en bebés y niños. En octubre, registramos 314 casos de desnutrición aguda moderada (MAM) y 203 casos de desnutrición aguda grave (SAM) en menores de 5 años.
La entrada sin trabas de ayuda humanitaria en Gaza es crucial para aliviar el sufrimiento de las personas atrapadas en la franja. Permitirá paliar la falta de suministros médicos y no médicos esenciales para salvar la vida de miles de personas comunidades, incluidos recién nacidos, niños y madres.
“No tengo pañales para mi hijo”, dice Yasmin, una madre cuyo hijo recibe tratamiento en el Hospital Nasser. “Ni siquiera tengo ropa adecuada para él; tengo que usar una bolsa de plástico, y esto expone su piel a más infecciones y erupciones. Vivir en una tienda de campaña expone a mis hijos a condiciones extremas, y duermen sin siquiera una cama adecuada”.
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A falta de gas para cocinar, Yasmin se ve obligada a encender un fuego con plástico para preparar la comida de sus hijos. © Ibrahim Nofal
"Mi hijo siempre está tosiendo. Paso la mayor parte del tiempo en el hospital. Mi hijo no se ríe, no juega, no toma leche. Duerme todo el tiempo"
Yasmin, desplazada en Gaza
“Este periodo ha sido muy difícil y largo. Ya ha pasado más de un año desde el comienzo de la guerra, y ha afectado mucho a todos, especialmente a los niños que están en la etapa de crecimiento”, dice el Dr. Abu Tayyem. “La falta de alimentos nutritivos y nutrientes esenciales, lo que ha repercutido en la salud y el desarrollo de la inmunidad de los recién nacidos y los niños, haciéndolos más vulnerables a las enfermedades infecciosas”.
“Mi hijo siempre está tosiendo. Paso la mayor parte del tiempo en el hospital. Mi hijo no se ríe, no juega, no toma leche. Duerme todo el tiempo. El médico dice que hay que mantenerlo alejado del fuego [para evitar la tos], pero ¿cómo? Todo se cocina al fuego”, explica Yasmin.
Para responder a las crecientes necesidades médicas, en Jan Yunis, al sur de Gaza, nuestros equipos apoyan al servicio de pediatría del hospital Nasser, que incluye urgencias, la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP), con nueve camas, y la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN), con 23 camas.
Nuestras actividades en atención pediátrica, neonatal y obstétrica son solo una gota en el océano de las grandes necesidades médicas de Gaza. Un alto el fuego inmediato y permanente en Gaza es la única solución para aliviar el sufrimiento de la población gazatí y garantizar el acceso a la atención sanitaria y la ayuda humanitaria.