En 2021, un año extremadamente difícil en Haití, Médicos Sin Fronteras respondió a emergencias y mantuvo sus servicios médicos esenciales.
- 25.000 ingresos en urgencias
- 1.560 personas atendidas tras sufrir violencia sexual
- 3.220 personas atendidas tras sufrir violencia física

Además de asistir a las personas afectadas por la violencia en la capital, Puerto Príncipe, desplegamos a nuestros equipos para ayudar a los supervivientes de un terremoto en el sur y a las personas que resultaron heridas en la explosión de un camión de combustible en la ciudad norteña de Cabo Haitiano.
Violencia e inseguridad
En Puerto Príncipe, la violencia crónica se mantuvo en niveles muy altos, con enfrentamientos armados, robos y secuestros. Barrios enteros quedaron bajo el control de bandas armadas, cuyos “territorios” eran cambiantes. El 7 de julio, el presidente haitiano, Jovenel Moïse, fue asesinado en su casa.
En nuestro hospital de traumatología en el barrio de Tabarre, proporcionamos atención quirúrgica y seguimiento a pacientes con lesiones potencialmente mortales producidas por disparos, apuñalamientos y accidentes de tráfico. A veces recibíamos a muchos heridos a la vez, y tuvimos que ampliar el número de camas del hospital.
En febrero, los enfrentamientos entre grupos armados hicieron que nos resultara poco seguro seguir trabajando en nuestro hospital de Drouillard (en Cité Soleil), el principal centro del país para pacientes quemados. Cerramos todo excepto las urgencias y trasladamos el programa y a los pacientes al hospital de Tabarre. Esto supone, de hecho, la fusión de ambos hospitales.
En mayo, un miembro del personal del hospital de Tabarre fue asesinado a tiros en el camino de su casa al trabajo; ni siquiera se había resistido a sus atacantes.
En junio, nuestro centro de emergencias en Martissant fue alcanzado por disparos tras semanas de enfrentamientos entre los grupos armados. Era la primera vez que este centro sufría un ataque de este tipo en sus 15 años de historia, y decidimos cerrarlo, al no poder garantizar la seguridad del personal y de los pacientes.
En agosto, inauguramos un nuevo centro de emergencias en Turgeau, otro distrito de Puerto Príncipe, donde prestamos servicios similares. A finales de 2021, también comenzamos a dar apoyo en la sala de urgencias de un hospital público en el barrio de Carrefour, para mejorar la disponibilidad de atención médica en la parte sur de la capital.
Para agosto, se calculaba que unas 19.000 personas habían huido de sus casas debido a los enfrentamientos armados, y se habían instalado con familiares o en centros colectivos mal adaptados, como escuelas o iglesias. Mediante clínicas móviles, ofrecimos atención médica en emplazamientos de desplazados y otros lugares, y mejoramos las instalaciones de agua y saneamiento.
Continuamos dirigiendo nuestro programa de atención integral para supervivientes de violencia de género en nuestras clínicas en Puerto Príncipe y en el departamento de Artibonito. También capacitamos al personal de hospitales públicos y trabajamos con las comunidades y organizaciones locales para sensibilizar sobre la violencia sexual y los problemas de salud sexual de los adolescentes.
Respuesta al terremoto
El 14 de agosto, un terremoto de magnitud 7,2 azotó el sur del país; dejó 2.248 muertos y más de 12.700 heridos, y causó daños generalizados en las infraestructuras. Unas horas más tarde, un equipo quirúrgico partió de nuestro hospital en Tabarre y llegó al día siguiente al Hospital Saint Antoine de Jérémie; su personal había comenzado ya a limpiar heridas, tratar fracturas óseas y derivar a pacientes a la capital mediante transporte aéreo. Nuestro equipo colaboró en estas actividades y ofreció también cirugía ortopédica y seguimiento a los heridos a lo largo de varios meses.
Derivamos a algunos pacientes con traumatismos que no podían ser tratados allí a nuestro hospital en Tabarre y al nuevo centro de emergencias de Turgeau, y desplegamos equipos para colaborar en otros centros de salud en las zonas afectadas.
En Los Cayos, ofrecimos atención quirúrgica y posoperatoria a pacientes con traumatismos en el Hospital Immaculée Conception. En el hospital OFATMA, que resultó muy dañado por el terremoto, colaboramos temporalmente con el personal en la atención pediátrica y neonatal en tiendas habilitadas especialmente.
En Port-à-Piment, el terremoto dañó gravemente un hospital público donde llevábamos años ofreciendo salud sexual y reproductiva. Inmediatamente reubicamos estos servicios médicos (primero a tiendas de campaña y luego a nuestra base logística) para garantizar la continuidad de la atención a embarazadas y recién nacidos. En los meses siguientes, comenzamos a construir una nueva maternidad.
En otras zonas de los departamentos de Sur y Nippes, ofrecimos atención básica y salud mental mediante clínicas móviles y distribuimos artículos de primera necesidad, como refugios de emergencia y artículos de higiene. Antes del seísmo, ya había en esta zona poca atención médica, de forma que muchas personas llegaban con problemas y heridas no relacionados con el terremoto, como dolores abdominales, gastritis, infecciones y fiebre. En varias comunidades donde las infraestructuras resultaron muy dañadas, como Baradères, distribuimos agua potable y reparamos las redes de suministro.
Escasez de combustible
A fines de octubre, los grupos armados interrumpieron la distribución de combustible desde el puerto principal de la capital, lo que generó una escasez generalizada. Al desaparecer los medios de transporte, era difícil y caro para el personal de salud y los pacientes llegar a los hospitales y ambulatorios. Muchos centros de salud sufrieron el doble golpe de la crisis de personal y de la escasez de electricidad, al quedar poco combustible para los generadores.
Cuando adoptamos medidas de emergencia para reducir nuestro consumo de energía, tuvimos que reducir temporalmente las actividades médicas en nuestro hospital en Tabarre, y solo atendíamos a pacientes con heridas potencialmente mortales. Rápidamente instalamos 84 paneles solares para suministrar energía al hospital. En diciembre, la crisis de combustible se había aliviado, y los hospitales, incluido el nuestro, pudieron retomar sus las actividades normales.
El 14 de diciembre, iniciamos una respuesta de emergencia a un incidente con muchísimas víctimas en Cabo Haitiano. El combustible derramado por un camión cisterna accidentado había congregado a muchas personas, que intentaban recogerlo cuando el camión explotó. Hubo numerosos muertos y heridos. Trasladamos en avión a algunos pacientes a nuestro hospital en Tabarre y atendimos a otros en el Hospital Universitario Justinien de Cabo Haitiano.
Este artículo ofrece una visión general de nuestro trabajo en este país entre enero y diciembre de 2021; es un resumen que no puede considerarse exhaustivo. En 2021, contábamos con 1.487 profesionales* y gastamos 34,7 millones de euros en nuestras actividades médico-humanitarias. Trabajamos por primera vez en este país en 1991.
* La cifra de personal equivale al total de puestos a tiempo completo o FTE (del inglés full-time equivalent). Por ejemplo, dos personas a media jornada equivalen a un FTE.
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