En 2021, Médicos Sin Fronteras siguió centrándose en mejorar la atención médica a adolescentes y en trabajar con las autoridades para fortalecer la preparación y capacidad de respuesta ante emergencias durante la pandemia de COVID-19.
- 137.100 consultas externas
- 24.600 hospitalizaciones
- 18.700 consultas individuales de salud mental
- 4.370 consultas en grupo de salud mental
- 16.800 partos asistidos, incluyendo 2.330 cesáreas
- 61.900 ingresos en urgencias
- 3.640 cirugías

Nuestro abanico de servicios médicos y de salud mental fue muy amplio, y también respondimos a emergencias. Además, trabajamos para generar capacidad local, mediante la formación de personal y la construcción de nuevos centros médicos.
El impacto de la COVID-19
La pandemia de COVID-19 siguió afectando gravemente a Irak: muchas personas enfermaban y morían, y los hospitales se desviaban de sus actividades regulares para atender los casos graves.
Bagdad, la capital, resultó especialmente afectada. En respuesta a la situación, ampliamos a 52 camas la uci especializada en COVID-19 que ya dirigíamos en el Hospital Al Kindi, con el fin de poder ingresar a la gran cantidad de pacientes en estado crítico que llegaban. Nuestro personal trabajó en estrecha colaboración con la administración y los equipos médicos del hospital para proporcionar atención vital, fisioterapia y salud mental.
Nuestro equipo informó de que la mayoría de los pacientes de la uci ya estaban en estado crítico cuando llegaron, porque prefirieron ser atendidos en casa y solo buscaron atención en el hospital como último recurso. Lamentablemente, muchas personas presentaban complicaciones graves cuando llegaron, de forma que la mortalidad en nuestra uci era alta.
El Hospital Al Kindi reanudó sus actividades normales en octubre de 2021 y trasladamos nuestro proyecto de COVID-19 al complejo Ciudad Médica de Bagdad; allí colaboramos en la atención a pacientes en estado grave y crítico ingresados en la uci y ofrecimos capacitación y formación práctica al personal médico.
Durante el año, también gestionamos una unidad de COVID-19 en Mosul y una sala para pacientes leves y moderados en el Hospital General de Sinun, en Sinjar. Además, colaboramos con el Hospital General de Tal Afar, con capacitación básica sobre prevención y control de infecciones, y donamos equipos de protección individual a uno de los hospitales de COVID-19 de Bagdad.
Atender las consecuencias de la violencia
Durante el conflicto armado entre el grupo Estado Islámico y el Ejército iraquí entre 2014 y 2017, muchos centros de salud del centro y norte de Irak resultaron dañados o destruidos, y parte del personal sanitario tuvo que huir. Esto complicó la provisión de salud sexual y reproductiva para miles de mujeres en estas regiones. Nuestros equipos brindaron apoyo en la maternidad del hospital del distrito de Hauiya y continuaron prestando servicios de maternidad muy necesarios, así como atención pediátrica y neonatal, en Mosul.
En las zonas afectadas por el conflicto, tanto recientemente como en el pasado, la salud mental sigue siendo una cuestión fundamental. A pesar de las apremiantes necesidades, Irak afronta una enorme escasez de personal especializado y los pocos servicios disponibles se encuentran principalmente en las ciudades grandes. Por este motivo, la atención de salud mental fue una parte fundamental de las actividades de MSF en Sinun, Mosul, Kirkuk y Bagdad, así como en otras partes de Irak.
MSF también trabajó para abordar los efectos a largo plazo de las heridas provocadas por la guerra y la violencia, así como de los traumatismos y las quemaduras sufridos en accidentes e incendios. Los equipos de MSF en Bagdad y Mosul brindaron atención posoperatoria integral para garantizar que los pacientes tuvieran mayor posibilidad de recuperarse por completo de sus lesiones; con este fin, ofrecimos fisioterapia, tratamiento de las infecciones y apoyo en salud mental.
En Mosul, nuestro hospital de atención posoperatoria reanudó sus actividades regulares a principios de 2021, después de haber sido transformado temporalmente en centro de tratamiento de la COVID‑19 en 2020. De hecho, resultaron útiles para la atención posoperatoria las mejoras realizadas para tratar la COVID-19; tal fue el caso de la reforma que habíamos hecho en la sala común de hospitalización de 33 camas para convertirla en 40 estancias individuales de aislamiento. Muchos pacientes llegaban con infecciones bacterianas multirresistentes a los medicamentos, por lo que estas precauciones eran fundamentales.
También construimos dos quirófanos adicionales para poder realizar cirugías avanzadas. Esto nos permitió ampliar los criterios de admisión y recibir a algunos de los pacientes de la debilitada sanidad pública.
En Bagdad, habíamos comenzado a implementar una estrategia nueva para nuestras actividades en el Centro de Rehabilitación Médica. Pretendemos replicar nuestro modelo de atención en otros hospitales de la ciudad, y estamos trabajando con los servicios de cirugía para reforzar los protocolos de atención posoperatoria en los hospitales públicos. Esto no solo mejora los resultados para los pacientes, sino que ayuda a regenerar capacidad en la sanidad en su conjunto.
En septiembre, antes de las elecciones legislativas, convocadas en respuesta a las protestas masivas, dirigimos un curso de capacitación de tres meses sobre atención a víctimas en masa en el Hospital Sheikh Zayed, uno de los más importantes de Bagdad. Un mes más tarde, cuando las protestas contra los resultados electorales se volvieron violentas, ayudamos al hospital a activar dicho plan.
Afrontar las enfermedades no transmisibles
Otra prioridad fundamental de MSF fue mejorar la atención de las enfermedades no transmisibles, como la hipertensión, la diabetes y las patologías cardiovasculares, cuya prevalencia es alta y son la principal causa de muerte en Irak. Además de tratamiento, brindamos apoyo en salud mental y promoción de la salud a estos pacientes en nuestros proyectos en las localidades de Hauiya y Al Abasi (en la gobernación de Kirkuk). A finales de 2021, más de 6.000 pacientes estaban en tratamiento.
Nuestros equipos también continuaron colaborando con el Instituto Nacional de Tuberculosis en la detección y diagnóstico de la TB y la TB multirresistente a los medicamentos (TB-MDR) en Bagdad. MSF incorporó un innovador régimen de tratamiento para pacientes con TB-MDR, que incluye medicamentos más nuevos y eficaces (bedaquilina y delamanida). Este régimen, recomendado por la Organización Mundial de la Salud, es totalmente oral, lo que significa que los pacientes ya no necesitan dolorosas inyecciones a diario. Actualmente, todos los pacientes nuevos con diagnóstico de TB-MDR en el país reciben este tratamiento oral (con solo unas pocas excepciones basadas en necesidades médicas específicas).
Este artículo ofrece una visión general de nuestro trabajo en este país entre enero y diciembre de 2021; es un resumen que no puede considerarse exhaustivo. En 2021, contábamos con 977 profesionales* y gastamos 30 millones de euros en nuestras actividades médico-humanitarias. Trabajamos por primera vez en este país en 2003.
* La cifra de personal equivale al total de puestos a tiempo completo o FTE (del inglés full-time equivalent). Por ejemplo, dos personas a media jornada equivalen a un FTE.
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