Cordillera, Colombia: Entretejiendo sueños y esperanzas en medio de la nada
Diana Rocío Colorado, trabajadora social MSF en el proyecto Cauca Cordillera recoge el testimonio de Andrea.

Andrea* es una mujer cabeza de hogar de 56 años y madre de tres hijos, los cuales son su razón de vivir. En medio de risas y unas cuantas lágrimas producto del sufrimiento que causa el hecho de ser una víctima del conflicto armado, nos cuenta con nostalgia y tristeza la historia de su vida. Andrea comenta que hace 14 años en Puerto Asís, Putumayo tuvo que abandonar su casa, su trabajo y con ello toda su vida. Ella y sus hijos fueron víctimas de amenazas de las AUC y la guerrilla en el lugar donde vivían. Nunca entendió el motivo de las amenazas si ella con nadie se metía, es más, dentro del trabajo que realizaba como promotora de salud en el hospital trataba de ayudar a las personas. “Estar en medio de la guerra donde hay tantos actores armados te hace una persona vulnerable, si unos te pedían ayuda debes colaborar aun sabiendo que los otros pensarían que ya se estaba aliando con el otro grupo”.
Por otra parte esta situación era angustiante porque si no les daba lo que alguno de ellos le pedían simplemente la mataban. Así trascurrieron 2 años donde tuvo que experimentar diversas situaciones como tener que salir a media noche a dormir a la casa de alguna vecina porque sabía que llegarían a decirle cosas; no poder ir al mercado a comprar la comida porque sabía que la esperarían en alguna esquina para atemorizarla; tener que retirar a sus hijos de la escuela porque se los podrían llevar en el camino a la escuela o de regreso a la casa, y esto significaría no volverlos a ver, en fin, fueron situaciones que como dice ella no le desea ni a su peor enemigo.
Andrea comenta que fueron muy pocas las personas que la apoyaron es esa situación y que no contó con el apoyo que se esperaría del hospital, para nadie era un secreto que ella era víctima de amenazas por parte de grupos armados. Había compañeras a las que asesinaron y nadie se pronunció.
Esta situación hizo reflexionar a Andrea y tomo la decisión de irse con sus hijos a al municipio de Corinto donde vivía la madre de ella. Cuando llega a la casa materna cuenta con el apoyo de su familia. Ahí decide emprender una microempresa de tejidos en diferentes materiales donde sus hijos le ayudan con mano de obra, de esta manera han logrado ir superando su precaria situación económica. Andrea comenta el tejido y el bordado han sido su terapia para ir superando las huellas que está situación provocó en su vida.
*Nombre ficticio