Necesitamos desesperadamente una Europa más humana

Tememos que el Pacto de Migración de la UE siga ignorando a personas que solo buscan seguridad en Europa; urge un cambio radical de políticas migratorias.

MSF
22/09/2020

El enfoque actual de la UE va desde evitar los rescates en el mar hasta retener deliberadamente a las personas en campos de refugiados como el de Moria. Cuando faltan apenas unas horas para el anuncio de un nuevo Pacto de Migración por parte de la UE, mostramos nuestra preocupación por la situación actual y lamentamos la oportunidad perdida que puede suponer un pacto que no incluya el giro de políticas que migrantes, refugiados y solicitantes de asilo requieren.

"Creeremos en un nuevo comienzo cuando no tengamos que tratar a tantas personas que sufren sin necesidad. Durante años, la Comisión Europea ha anunciado, prometido y se ha comprometido... pero lo que vemos en las islas griegas y en el Mediterráneo central son personas que, en busca de seguridad, son sometidas sistemáticamente a más miseria, sufrimiento, humillación y violencia. Tanto ellas como quienes intentan ayudarles son tratados como criminales", afirma Christos Christou, nuestro Presidente Internacional. 

"Hace apenas unos días, un quinto barco de rescate ha sido retenido por razones ridículas y se ha establecido un nuevo campo de contención en Lesbos. Hemos expuesto de forma continuada el coste humano de esta política de contención a los jefes de Estado y primeros ministros europeos, a los comisarios en Bruselas, y a los ciudadanos a través de los medios de comunicación. Pero nada parece conducir al cambio radical de políticas que se necesita desesperadamente", subraya.

Y es que "necesitamos una Europa más humana, que brinde protección a todas las personas que llegan en busca de esta. Es un deber legal y también ético", recalca Raquel González, nuestra responsable de Relaciones Externas.

Las condiciones de vida en los diferentes campos de contención que hemos visto en Europa en los últimos años, en Grecia y en sus islas, pero también en Francia u otros países, son inadmisibles. Los estándares de estos campos no cumplen los criterios mínimos acordados internacionalmente.

Un segundo Moria aún peor
En estos momentos hay casi 10.000 personas en el nuevo campo de Lesbos. La información proporcionada por nuestros pacientes, otras ONG y algunas visitas realizadas por MSF en los días anteriores describen un panorama preocupanteA pesar de los anuncios de la Comisión Europea de que no habrá un Moria 2, el campo se ha erigido en una zona expuesta a los vientos, junto al mar, sin una protección adecuada frente a las inclemencias climatológicas por lo que ​​es probable que las primeras tormentas deriven en unas condiciones miserables potencialmente peores incluso que las del anterior campo. Las tiendas no están bien aisladas y son compartidas por varias familias. Al mismo tiempo, las carpas para hombres solos albergan a 150 personas.

Varios de nuestros pacientes se quejan de falta de agua, de una distribución reducida de alimentos, de falta de agua, de instalaciones sanitarias inaadecuadas, y de falta de protección. MSF vamos a continuar atendiendo a pacientes trasladándoles para ello desde el nuevo campo a la clínica de nuestra organización junto a Moria para brindar atención médica, especialmente en el ámbito de la salud sexual y reproductiva, de la salud mental y de la atención a niños y niñas con patologías crónicas. Para ello, desde hoy contamos con un servicio de traslado desde el nuevo campo a su clínica frente a Moria.

En Samos la situación es igualmente desesperanzadora. El domingo hubo un nuevo incendio en el campo de Vathy, el segundo en pocos días. El hotspot de Vathy nos recuerda el hecho de que, a pesar de los anuncios de la UE de que no se construirá un nuevo Moria, todavía existen en las islas del Egeo otros Morias; centros donde las inhumanas políticas de contención europeas infligen graves daños y tienen profundas consecuencias físicas y mentales.

Barcos de rescate inmovilizados
Los Estados miembros de la UE están
 haciendo caso omiso de su deber legal y moral de salvar vidas, optando en cambio por imponer medidas burocráticas y administrativas abusivas a los barcos de búsqueda y rescate. La decisión de diezmar aún más la ya limitada capacidad de búsqueda y salvamento en el Mediterráneo central va a tener consecuencias devastadoras para quienes necesitan ayuda desesperadamente y provocará la pérdida de más vidas.

El derecho marítimo, usado indebidamente, está siendo empleado como una cortina de humo que esconde la decisión política de bloquear los esfuerzos humanitarios de rescate en el Mediterráneo central. El último caso ha sido el del Sea Watch 4, buque operado conjuntamente por MSF y Sea Watch, que se ha convertido en el quinto barco de una ONG en ser inmovilizado por las autoridades portuarias italianas en menos de cinco meses. El buque se encuentra paralizado desde el domingo en el puerto de Palermo (Sicilia).

“Las inspecciones a los barcos de las ONG se han convertido en una forma de bloquear las tareas de búsqueda y salvamento. Una vez que un barco de rescate entra en un puerto italiano, se somete a una inspección prolongada y exagerada hasta que se encuentran algunas irregularidades insignificantes. El sábado se necesitaron once horas de inspección en el Sea Watch 4 para encontrar las infracciones suficientes para evitar que el barco zarpara del puerto de Palermo”, señala Ellen van der Velden, nuestra responsable de las operaciones de búsqueda y rescate.

El Sea Watch 4 solo está en el mar a causa de la ausencia de un mecanismo de búsqueda y rescate de los estados en la frontera marítima más mortal del mundo. MSF y otras ONG estamos simplemente tratando de llenar el vacío mortal dejado por los países europeos”, recuerda Raquel González. Agosto registró el mayor número de víctimas mortales en el Mediterráneo central en lo que va de año, con más de cien personas muertas o desaparecidas, lo que eleva el total de este año a 425. Desde 2015, se estima que más de 13.500 personas han perdido la vida solo en esta zona del Mediterráneo.

Los Estados europeos no solo han fallado a la hora de proporcionar un sistema de búsqueda y rescate, sino que además han recurrido a la Guardia costera libia para vigilar el Mediterráneo central. En lo que llevamos de año, unos 8.000 refugiados y migrantes han sido interceptados en el mar y obligados a regresar a Libia, lo que se traduce en un incremento del 32% frente al mismo período del año pasado. Y esto sucede mientras sigue creciendo el número de personas recluidas en centros oficiales de detención en el país a pesar de que la UE es plenamente consciente de que Libia no es un país seguro.

MSF pedimos con urgencia a la UE, a sus instituciones y a los Estados miembros:

  • La evacuación inmediata de todas las personas que tuvieron que huir del campo de Moria. Es urgente descongestionar las islas y centrarse en la reubicación en Europa.
  • El abandono de cualquier enfoque futuro de la migración que vuelva a atrapar a personas en condiciones inhumanas en campos en las islas (o en instalaciones en las fronteras), a la espera de una decisión sobre su solicitud de asilo.
  • La implementación de políticas migratorias que aseguren la protección, en lugar de la exclusión para lo que es necesaria mayor solidaridad y un reparto de responsabilidades entre los países europeos y el fin de los abusos sistemáticos de los derechos humanos en las fronteras.
  • La liberación del Sea Watch 4 para que pueda reanudar las vitales operaciones de búsqueda y el rescate en el Mediterráneo central y el cese del hostigamiento a las ONG de salvamento que intentan brindar asistencia a personas desesperadas.

En este línea, MSF y más de 400 organizaciones de la sociedad civil nos hemos sumado ya una petición para pedir el fin de la contención en las islas griegas y la evacuación urgente de los refugiados de estas. Dicha campaña ha superado ya las 134.000 firmas recogidas.

#conlosrefugiados