Panamá: denunciamos las condiciones de acogida de los migrantes y la falta de atención a víctimas de violencia sexual

Exigimos rutas seguras y servicios básicos de urgencia para los migrantes que atraviesan la selva del Darién.

MSF
19/05/2022

Las condiciones de recepción de migrantes en la provincia del Darién, Panamá, se están deteriorando. Médicos Sin Fronteras (MSF), presente en la Estación de Recepción Migratoria (ERM) de San Vicente, es testigo de las enormes carencias en protección, atención médica o servicios básicos, entre otras, a las que se enfrentan las personas migrantes cuando llegan a Panamá. De media, 300 migrantes llegan diariamente a la estación y tienen dificultades para acceder a atención médica o servicios de urgencia básicos.

“Las condiciones para la recepción de migrantes son insuficientes. Cada día cientos de personas llegan a Canaán Membrillo, la primera población que encuentran en Panamá tras cruzar el Darién, donde no reciben atención médica, y luego son llevados a San Vicente, en donde difícilmente encuentran condiciones adecuadas para la atención según estándares internacionales”, explica Rabia Ben Ali, coordinadora de MSF en Panamá.

A diferencia del año anterior, cuando los migrantes llegaban al poblado de Bajo Chiquito –donde MSF y el Ministerio de Salud brindaron atención durante 2021– y luego eran trasladados a las ERM de Lajas Blancas y San Vicente, actualmente la puerta de entrada a Panamá para la mayoría de migrantes es la zona de Canaán Membrillo. Allí, las mujeres víctimas de violencia sexual no reciben ningún tipo de atención, como tampoco otros pacientes que sufren problemas médicos graves. Cuando llegan a la ERM de San Vicente, muchas veces las complicaciones médicas se han agudizado y el tiempo para que un tratamiento médico preventivo sea efectivo en casos de violencia sexual, es insuficiente.

En las últimas semanas, ha aumentado el número de casos de víctimas de violencia sexual que no reciben atención oportuna dentro de las 72 horas transcurridas después de la agresión, por lo que MSF considera indispensable que las autoridades panameñas pongan en marcha los mecanismos para la detección de los casos de violencia sexual en Canaán Membrillo y hagan efectivos los mecanismos de protección para evitar las agresiones a migrantes a lo largo de la ruta.

Las condiciones de las instalaciones de San Vicente también deben ser mejoradas, agrega Ben Ali. No hay acceso general a dormitorios, en el suelo duermen niños y mujeres embarazadas y las condiciones higiénicas son deficientes. Estas condiciones afectan a los migrantes tanto en su salud física como mental. Durante el mes de abril, en promedio, los equipos de MSF atendieron diariamente a 78 pacientes. La mayoría de las patologías detectadas fueron enfermedades en la piel y dolores en el cuerpo (61%). Diarreas, infecciones respiratorias y enfermedades en el sistema digestivo representaron el 20% de los casos.

 

Centro para migrantes de San Vicente.

 

Además, el equipo de salud mental atendió de media seis pacientes al día por afectaciones como estrés agudo, episodios depresivos, reacciones ansiosas y duelos relacionados con muertes de familiares durante el camino, así como muertes por ahogamiento. Los episodios que generaron estas afecciones tuvieron que ver, en su gran mayoría, con las experiencias negativas al cruzar las peligrosas rutas de la selva del Darién, donde MSF ha documentado violencia sexual, robos y accidentes por las características del camino.

Si bien en enero y febrero se presentó una reducción en el flujo de migrantes por la selva del Darién, en marzo y abril este ha incrementado, lo mismo que los casos de robos y violencia sexual. En 2022, desde enero hasta la primera semana de mayo, MSF atendió a 89 casos de violencia sexual ocurridos en la travesía por el Darién. En 2021 (abril a diciembre) fueron 328 los casos atendidos.

Es por ello que MSF reiteramos la petición de ruta segura, además de atención médica para urgencias en Canáan Membrillo y una mejora en las condiciones de acogida en la ERM de San Vicente para las personas migrantes que atraviesan el Darién.

 

Un grupo de migrantes espera un autobús para dejar el centro de San Vicente, en Panamá.

Zoom out

Testimonios del Darién

“Los baños son lo peor. Siempre están sucios. Las duchas no sirven y aquí muchas personas las usan para hacer sus necesidades porque no aguantan el olor de los baños. Las familias al final prefieren bañarse a la intemperie y no exponer a los niños allá. Cuando nosotros llegamos acá no había carpas y nos tocó dormir con los niños en el pasto, ese día comenzó a llover en la madrugada y no pudimos hacer nada. No hemos podido salir de acá porque no tenemos los 40 dólares que piden para pagar el bus hacia Costa Rica”.
​François (nombre ficticio). Migrante haitiano. Mayo 2022.

“Nos dejaron sin ropa, comida, dinero, se llevaron los celulares, todo. Nos dejaron como animales a merced de la jungla. Luego separaron a las mujeres, sin importar su edad o si tenían hijos. Nos hicieron quitarnos la ropa, dejándonos completamente desnudos. Los hombres armados metieron sus dedos en sus partes íntimas de las mujeres para ver si estaban escondiendo dinero allí” ​
​John. Migrante surafricano. Marzo 2022.


“No se atrevan a cruzar por aquí y si se atreven sepan que hay riesgos de violación, secuestro y robo. Hay peligro de muerte. Si tienen niños, no lo hagan porque es exponer a sus hijos a la muerte. A nosotros nos robaron. A unos asiáticos los desnudaron y nos obligaron a ver. Nos quitaron todo el dinero, nos dijeron que no iba a haber violaciones si cumplíamos con las ordenes que nos estaban dando. No hay piedad, ni contemplación. Ahí la vida no vale nada, ni siquiera la de los niños”.
​Gabriela. 40 años, venezolana. Mayo 2022.