Norte de Siria: decenas de miles de personas luchan por sobrevivir al frío invierno

La violencia y los ataques aéreos han provocado un desplazamiento masivo de la población hacia la frontera con Turquía. Allí, las familias viven hacinadas en tiendas de campañas y refugios tratando de soportar el duro clima invernal.

MSF
01/02/2018

Desde mediados de diciembre 2017 se están produciendo intensos combates, con bombardeos aéreos y tiroteos constantes en el norte de Siria, lo que ha provocado uno de los mayores desplazamientos de población desde que comenzó la guerra. El aumento de la violencia, sobre todo en las áreas del noreste de Hama, el sur de Alepo y las gobernaciones del sur de Idlib, está afectando intensamente a una población civil cuya situación, después de siete años de conflicto, ya era crítica.

Decenas de miles de familias han huido al norte, hacia la frontera con Turquía, donde viven hacinados en tiendas de campaña o refugios improvisados mientras soportan el frío clima invernal.

Abu Mustafá, un hombre de 37 y padre de seis niños, llegó a Sarmada, una ciudad cerca de la frontera con Turquía, con las manos prácticamente vacías. Además de la suya, otras 20 familias juntaron su dinero para alquilar un pequeño terreno por el que le cobran unos 900 euros mensuales.  

“No tuvimos otra opción. Necesitábamos un lugar donde dormir”, comenta Abu.

Así, las familias han construido refugios improvisados usando pilares de hierro que cubrieron con mantas y con bolsas de plástico. Las tiendas y refugios están instalados directamente sobre la tierra, que está siempre húmeda y cubierta de escarcha.

“El frío se filtra por todos lados”, explica Abu.

Muchas de estas familias dejaron sus hogares con las manos prácticamente vacías. Otros salieron con sus pertenencias amontonadas en camiones y tractores, llevando consigo algunas herramientas para la agricultura, electrodomésticos y otros objetos de valor que puedan venderse para sobrevivir. Todos ellos relatan que el desplazamiento masivo de las últimas semanas ha dejado varios pueblos prácticamente abandonados.

Pésimas condiciones de vida

Los campos regulares que hay en la zona se han expandido más allá de su capacidad, lo que en la práctica significa que la mayoría de los desplazados están a día de hoy viviendo en alguno de los más de 160 asentamientos improvisados que se extienden a lo largo de una gran área. En el interior de cada refugio o de cada tienda hay hasta tres o cuatro familias viviendo juntas. Y la mayoría de las familias tienen un promedio de seis integrantes.

En estos campos informales, el acceso a servicios de saneamiento, alimentos, agua y atención médica es muy limitado. El clima húmedo y frío y los campos superpoblados amenazan con contribuir a un mayor deterioro de las condiciones de vida en un momento en que muchas de las organizaciones humanitarias presentes en Siria están reduciendo sus operaciones.

El doctor Mohamed Yakup, miembro de nuestro equipo médico móvil, visitó recientemente el campamento Al Ramán, cerca de la frontera turca. Cuarenta y cuatro familias recientemente desplazadas llegaron hace poco a este campo donde ya vivían otras 70 familias.

El aumento de población en el campo está llevando al límite a sus ya de por sí precarias instalaciones. "La situación médica es realmente difícil. Las infecciones del tracto respiratorio son muy comunes. Algunas familias han tenido que viajar de cinco a siete días para llegar hasta aquí, descansando por las noches a los costados de la carretera; al raso y expuestos al frío", explica.

"Muchos pacientes con enfermedades crónicas no han tomado su medicamento en el último mes. Hemos visto numerosos casos de pacientes con diabetes y con presión arterial alta. Los niños llevan años sin ser vacunados”. “Yo veo una media de 45 pacientes por día y mi compañera, que es matrona, pasa consulta a unas 15 mujeres”, concluye el doctor Yakup.

Nuestros equipos también han estado distribuyendo kits de higiene e invierno, incluyendo mantas y colchonetas con aislante para proteger a los desplazados de las inclemencias del tiempo durante las frías noches. Hasta el momento, estos kits se han distribuido a más de 1.000 familias.

También brindamos apoyo adicional, incluyendo la donación de suministros médicos, la realización de referencias de urgencia en la región y la prestación de ayuda para aumentar la capacidad de algunas instalaciones médicas. Asimismo, apoyamos los servicios de ambulancias a través de la donación de combustible y del mantenimiento de las mismas.

Durante las próximas semanas, nuestros equipos ampliarán su programa de vacunación y se coordinarán con otras organizaciones para intentar continuar de manera eficiente la distribución de kits de artículos de primera necesidad a las personas con necesidades más urgentes.

Mientras tanto, persisten los ataques aéreos, obligando a huir una vez más a quienes ya habían tenido que dejarlo todo.

"Uno de los asentamientos que visitamos fue atacado varios días después. Las personas tuvieron que trasladarse de nuevo", comenta Zuhair Kanjou, nuestra coordinador de proyectos en el norte de Siria. “Los refugios en los que están viviendo no son adecuados para las personas. Se inundan cuando llueve y están repletos de barro. La situación allí es miserable", concluye.

 

Gestionamos de manera directa cinco instalaciones médicas y tres clínicas móviles en el noreste de Siria, colabora estrechamente con otras cinco instalaciones y brinda apoyo a distancia a unas 50 instalaciones médicas más a lo largo del país, en áreas donde no podemos estar presentes directamente. No hay personal de nuestra organización en las instalaciones que apoyamos. Tampoco contamos con proyectos en las zonas de Siria controladas por el Estado Islámico, ya que tenemos garantías de seguridad e imparcialidad por parte de sus líderes. Tampoco podemos trabajar en áreas controladas por el Gobierno, ya que todas las solicitudes que hemos desde el inicio de la guerra hasta ahora han sido denegadas. Para asegurar nuestra independencia de cualquier presión política, no aceptamos fondos de ningún gobierno para nuestro trabajo en Siria.