La guerra, un enfrentamiento violento entre facciones armadas con diversos objetivos políticos, territoriales o ideológicos, representa una de las formas más devastadoras de conflicto humano. Anualmente, más de 30 conflictos permanecen activos globalmente, afectando gravemente a civiles que a menudo se convierten en víctimas de bombardeos, ataques y abusos deliberados.

En lugares donde trabajamos, como en América Latina y otras regiones, observamos niveles alarmantes de violencia no asociada a conflictos armados tradicionales, como la violencia de bandas callejeras y traficantes, que afecta indiscriminadamente a comunidades vulnerables y genera numerosas víctimas.

Médicos Sin Fronteras priorizamos la asistencia a las poblaciones más vulnerables y frágiles, ofreciendo atención médica integral para tratar tanto los impactos directos de la violencia (traumatismos, agresiones sexuales) como sus efectos indirectos, incluyendo epidemias y crisis de salud mental.

Desde nuestra fundación durante la guerra de Biafra en los años 60, hemos estado activos en los principales conflictos del último medio siglo, como en Afganistán, Somalia, Siria, Yemen, entre otros. En 2022, más del 60% de nuestros proyectos operaban en contextos de conflicto armado o inestabilidad, reflejando nuestro compromiso con las poblaciones atrapadas en crisis humanitarias.

Los desafíos actuales incluyen la polarización religiosa y política en Oriente Próximo, el aumento de conflictos urbanos y la persistente violencia en países como República Democrática del Congo, República Centroafricana y Sudán del Sur. MSF continuamos enfrentando estos desafíos con determinación, proporcionando ayuda vital donde más se necesita.