La falta de financiación y las barreras de acceso socavan la atención sanitaria para mujeres, niños y niñas en Somalia
Aisha y Hawa pudieron recuperarse y recibir tratamiento en Baidoa gracias a la atención materna y pediátrica gratuita y de calidad que el equipo del Dr. Pitchou Kayembe ofrece en el Hospital Regional de Bay. Pero los recientes recortes amenazan con cerrar más servicios y dejar sin cuidados esenciales a miles de mujeres y menores. Un retraso que tiene un precio demasiado caro. La magnitud de las necesidades exige una inversión sostenida y a largo plazo para garantizar que todas las familias, incluso en las zonas más remotas, tengan acceso oportuno a la atención que puede prevenir complicaciones graves y salvar vidas.

Cuando Aisha* comenzó a sufrir una hemorragia intensa y potencialmente mortal, apenas 10 días después de dar a luz a gemelos en su casa del distrito de Diinsoor, un pueblo en el centro de Somalia, en su familia temió lo peor. El hospital donde había dado a luz con seguridad a sus hijos anteriores ya no estaba operativo. Con una atención médica muy limitada en su comunidad, su esposo pidió dinero prestado de urgencia y condujo durante cinco horas, de noche, hasta llegar al Hospital Regional de Bay, en Baidoa, que apoyamos, uno de los pocos centros que ofrece atención materna y pediátrica gratuita y de calidad. Los equipos médicos estabilizaron rápidamente a Aisha y lograron tratar con éxito su hemorragia grave.
La falta de acceso a atención sanitaria provoca que muchos pacientes lleguen al hospital con complicaciones severas, a veces con resultado de muertes maternas y neonatales prevenibles. La inseguridad, la escasez de servicios de salud y los retos logísticos dificultan aún más el acceso oportuno a la atención. Normas culturales, como exigir el consentimiento masculino para realizar intervenciones quirúrgicas, añaden retrasos críticos cuando es necesaria una actuación inmediata. Además, los patrones de búsqueda de atención médica plantean desafíos importantes.
Historias como la de Aisha* son demasiado frecuentes en el estado del Suroeste de Somalia, donde mujeres, niños y niñas suelen recorrer cientos de kilómetros en busca de atención médica vital. Quienes no pueden permitirse el viaje enfrentan consecuencias graves.
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Una mujer sostiene a su hijo, quien sufre desnutrición, y le alimenta con una jeringa en el Hospital Bay Regional que apoyamos en Baidoa, en Somalia. © Hareth Mohammed/MSF
Hawa, madre de dos hijos de 18 años, tuvo a su primer bebé a los 16, en casa y solo con la ayuda de familiares. “No tenemos hospitales ni médicos cerca”, explica. Después de su segundo parto, sufrió complicaciones graves, como hinchazón y problemas cardíacos. Decidida, viajó hasta Baidoa para recibir tratamiento. Ahora en recuperación, Hawa expresa un deseo generalizado: “Necesitamos un hospital en nuestra zona y médicos que puedan venir a atendernos”.
Son múltiples los factores que dificultan el acceso a la atención: la pobreza, la inseguridad, la distancia y las barreras culturales retrasan considerablemente el tratamiento. Hassan, un padre de 28 años de la aldea de Afurow, perdió trágicamente a su esposa durante un parto en casa debido a la ausencia de centros de salud y personal capacitado para la atención del parto. Quedó solo con un recién nacido que pronto cayó gravemente enfermo. “Tenía diarrea y vómitos. Los medicamentos de las farmacias locales no le ayudaron”, recuerda Hassan. Tras dos meses de empeoramiento, supo de nuestros servicios gratuitos en Baidoa. “Pedí prestados unos 130 dólares y viajé 150 kilómetros hasta el hospital de Baidoa”, cuenta. Lo que comenzó como una situación desesperada se ha convertido en esperanza, ya que su hijo recibe tratamiento esencial y atención nutricional.
MSF apoyamos al Hospital Regional de Bay desde 2017, ofreciendo atención obstétrica, neonatal, pediátrica y nutricional de emergencia. Solo en 2024, tratamos a más de 14.000 niños y niñas por desnutrición, realizamos más de 38.000 consultas pediátricas, asistimos más de 2.800 partos y llevamos a cabo aproximadamente 35.000 consultas de salud reproductiva, todo ello de manera gratuita. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la situación de la salud materno-infantil en la región sigue siendo crítica, especialmente tras los recientes recortes de financiación.
La suspensión de los fondos de USAID ha provocado el cierre de al menos 37 centros de salud y nutrición en zonas rurales y urbanas alrededor de Baidoa. Como consecuencia, el número de pacientes en los centros que siguen abiertos, como el Hospital Regional de Bay, se ha disparado, sobrecargando un sistema sanitario ya frágil.
Entre enero y junio de 2025, nuestros equipos en el Hospital Regional de Bay trataron a 11.894 niños y niñas con desnutrición, un aumento del 76% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este notable incremento en los ingresos por desnutrición, junto con el aumento de casos de complicaciones de salud materna, subraya la necesidad urgente de financiación sostenible y eficaz para restablecer y ampliar los servicios esenciales, especialmente en comunidades rurales desatendidas.
Las familias suelen retrasar la búsqueda de atención médica hasta que las condiciones empeoran, recurriendo en primera instancia a curanderos tradicionales. Las ideas erróneas sobre las vacunas —como la creencia de que causan infertilidad u otras enfermedades— limitan aún más el acceso a la atención preventiva. La educación sanitaria continua y la implicación comunitaria son esenciales para generar confianza en los servicios médicos y fomentar la búsqueda oportuna de atención.
“Las muertes maternas y neonatales se pueden prevenir si las mujeres embarazadas tienen acceso oportuno a atención cerca de su hogar. Demasiadas veces, los pacientes llegan en estado crítico simplemente porque no hay atención médica disponible cerca”, afirma el Dr. Pitchou Kayembe, responsable de nuestros programas en Somalia.
El Dr. Kayembe subraya que, aunque Médicos Sin Fronteras seguimos prestando atención vital, es crucial contar con un apoyo sistémico más amplio: “La magnitud de las necesidades exige una inversión sostenida y a largo plazo, así como un apoyo estratégico en toda Somalia. Instamos a los donantes y socios humanitarios a dar prioridad a la expansión de la atención primaria y de emergencia materna y pediátrica, en particular en las zonas remotas”.
En las concurridas salas del Hospital Regional de Bay, los recién nacidos dan sus primeros respiros bajo supervisión experta, los menores desnutridos recuperan poco a poco la salud y las madres asustadas encuentran alivio y esperanza. Como concluye el Dr. Kayembe: “No se trata solo de responder a crisis inmediatas. Se trata de garantizar que las familias sobrevivan, se recuperen y reconstruyan sus vidas, empezando por una atención sanitaria digna y de calidad para todas las personas”.
Durante más de cuatro décadas, hemos brindado atención médico-humanitaria al pueblo somalí en todo el Cuerno de África. En Somalia, seguimos respondiendo a las necesidades médicas de las personas desplazadas por los conflictos en curso y los fenómenos meteorológicos extremos, así como apoyando los servicios en los centros del Ministerio de Salud. Una parte importante de nuestro trabajo se centra en el desarrollo de capacidades y la formación especializada del personal sanitario, mejorando la calidad de la atención médica, rehabilitando hospitales, reforzando los servicios de agua, saneamiento e higiene, y realizando sesiones de educación sanitaria para garantizar la prevención y el control de infecciones en los centros de salud. Actualmente, desarrollamos actividades médicas en dos lugares: Baidoa, región de Bay (estado del Suroeste), y Galkayo Norte (estado de Puntlandia) y Galkayo Sur (estado de Galmudug).
*Todos los nombres de pacientes han sido cambiados para proteger su privacidad.