Cerca del 61% de Cisjordania está vedado a las y los palestinos. Los puestos de control, los bloqueos de carreteras y las incursiones del ejército y los colonos israelíes llevan mucho tiempo aislando ciudades y pueblos e impidiendo a los residentes acceder a servicios básicos como la sanidad y los mercados de alimentos. La guerra en Gaza ha agravado aún más una realidad ya de por sí insostenible.
"Caminamos durante horas para llegar a los centros de salud. A veces utilizamos los burros para trasladar a los enfermos al hospital o a la clínica", cuenta Mahmud Mousa Abu Eram, un palestino de Hebrón, en Cisjordania.
"En esta zona no hay transporte desde hace mucho tiempo, y aunque haya un coche para llevarnos a alguna clínica, el ejército israelí confisca los coches", afirma.
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Una clínica móvil de MSF en al Almajaz, en Masafer Yatta, donde MSF brindamos servicios de atención primaria y salud mental.
Hebrón, situada en una árida región montañosa conocida por sus viñedos milenarios, está considerada una de las ciudades más antiguas de Cisjordania. Pero su rica historia y la de Cisjordania en general también está marcada por una violencia brutal, que se ha intensificado en los últimos tiempos. Aunque esa violencia no sea nada nuevo, se ha producido un repunte en toda Cisjordania desde el 7 de octubre, cuando estalló la guerra en Gaza.
Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), en los meses posteriores a octubre de 2023 han muerto 479 palestinos, entre ellos 116 niños y niñas, de los cuales 462 fueron asesinados por las fuerzas israelíes, 10 por colonos y 8 en los que se desconoce si los autores fueron colonos o soldados. Un tercio de estos palestinos murieron en campos de refugiados de las ciudades de Tulkarem y Yenín o sus alrededores.
Cisjordania, franja de tierra situada entre Israel y Jordania, es un territorio palestino ocupado. En la zona viven más de 2,9 millones de palestinos repartidos en 11 distritos, y entre la población de Cisjordania y la cercana Jerusalén Este hay unos 630.000 colonos israelíes (fuente: ONU).
Se calcula que alrededor del 61% de Cisjordania está vedado a las y los palestinos (fuente: ONU). Los puestos de control, los bloqueos de carreteras y las incursiones del ejército y los colonos israelíes llevan mucho tiempo aislando ciudades y pueblos e impidiendo a los palestinos acceder a servicios básicos como la sanidad y los mercados de alimentos. Esto, a su vez, ha provocado que los residentes se queden sin agua, combustible y otros suministros, y ha impedido a los palestinos llegar a sus escuelas, trabajo, familia y amigos.
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Un equipo de MSF camina por las calles del campo de refugiados de Yenín, al norte de Cisjordania.
Palestinians who live in the refugee camps in Tulkarem and Jenin are trapped and blocked from accessing healthcare facilities, especially during military incursions. People with life-threatening injuries wait to reach hospitals, and in many cases, they die before getting there. In both locations, MSF teams have been providing emergency care reinforcement, and supporting volunteer paramedics with donations and training. © MSF
En el distrito de Masafer Yatta, en Hebrón, a la población palestina le resulta cada vez más difícil acceder a los centros de salud debido a los frecuentes controles de carretera, las incursiones militares y los ataques de los colonos. Y para empeorar las cosas, ninguna organización local puede prestar servicios sanitarios básicos debido a la falta de fondos, las restricciones impuestas por el ejército israelí y las deficientes infraestructuras viarias que limitan el acceso a la ciudad.
Mientras tanto, la gravedad de la violencia en Masafer Yatta ha hecho que muchos palestinos sientan demasiado miedo como para salir de sus casas. "La mayor parte del tiempo está prohibido asomarse a la ventana. Un día que estaba en la ventana, un colono me vio y se quejó a los soldados", cuenta uno de nuestros pacientes que desea permanecer en el anonimato. "Los soldados asaltaron mi casa y lo destruyeron todo".
Incluso cuando los habitantes de Cisjordania pueden llegar a los centros de salud, su seguridad y la del personal sanitario no está garantizada. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde octubre de 2023, las autoridades israelíes fueron responsables de más de 447 ataques contra la asistencia sanitaria en Cisjordania.
En los distritos de Yenín y Tulkarem, en el norte de Cisjordania, las fuerzas israelíes han llevado a cabo incursiones terrestres periódicas acompañadas de ataques aéreos y de drones, con consecuencias mortales. Junto con las incursiones militares, la violencia de los colonos en el norte de Cisjordania es uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan los palestinos en su vida cotidiana.
Los palestinos que viven en los campos de refugiados de Tulkarem y Yenín se ven atrapados e impedidos de acceder a los centros sanitarios, especialmente durante las incursiones militares. Las personas con heridas mortales esperan para llegar a los hospitales y, en muchos casos, mueren antes de llegar. En ambos lugares, nuestros equipos han estado reforzando la atención de emergencia y apoyando a los paramédicos voluntarios con donaciones y formación.
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Un médico de MSF imparte formación práctica en atención traumatológica prehospitalaria en la ciudad de Tulkarem, al norte de Cisjordania, donde un grupo de voluntarios recibe formación para mejorar sus habilidades de respuesta a emergencias. © MSF
El 21 de abril, en los campos de Tulkarem y Nur Shams, un paramédico voluntario recibió un disparo en la pierna mientras estaba de servicio. Debido a las hostilidades, tardó siete horas en llegar al hospital. En otro incidente, uno de nuestros miembros del personal administró reanimación cardiopulmonar (RCP) a un niño de 16 años tras recibir un disparo en la cabeza, pero no pudo salvarlo.
"Su padre, también paramédico formado por MSF, se enteró de la noticia del asesinato de su hijo mientras trabajaba en la ambulancia", explica Itta Helland-Hansen, nuestra coordinadora de proyectos en Yenín.
El escaso personal médico que aún puede realizar su trabajo está al límite de su capacidad profesional. "La mayoría de las veces, las ambulancias están bloqueadas en los puestos de control. Incluso en casos de emergencia médica y cuando tenemos la sirena encendida", dice un médico del campo de refugiados de al Arrub, en el sur de Cisjordania, entre Hebrón y Belén.
"El tiempo que nos paran no depende de la urgencia médica, sino del humor de los soldados. Nos hacen esperar una o dos horas... O nos hacen tomar otro camino. Si el paciente tiene una herida de bala del ejército israelí, pueden detenerlo e incluso confiscar la ambulancia. No sabemos qué pasará entonces con el paciente, si lo llevan a un hospital o a una prisión y si recibe atención médica en la prisión", dice un médico del campo de refugiados de Al Arrub, en el sur de Cisjordania, entre Hebrón y Belén.
La alternativa a evitar las largas esperas y el acoso en los puestos de control es no recibir ningún tipo de atención médica.
"Antes del 7 de octubre, la situación era algo más liviana, utilizaba rutas alternativas para llegar a donde tenía que ir y mi terapeuta de salud mental se ponía en contacto conmigo para asegurarse de que continuaba con mis sesiones", dice uno de nuestros pacientes de salud mental de Nablus, en el norte de Cisjordania.
"Venir aquí a la sesión me reconforta. No me siento en peligro cuando estoy aquí", añade.
MSF en Cisjordania
Nuestros equipos están presentes en Cisjordania desde 1989. Los equipos de Masafer Yatta gestionan tres clínicas móviles en Um Qussa, Al Majaz y Jinba hasta finales de 2023. Las clínicas incluyen consultas externas, salud reproductiva, apoyo a la salud mental y cribado nutricional. En 2024, aumentamos el número de clínicas móviles en el distrito de Hebrón a 13 clínicas móviles para satisfacer las crecientes necesidades de la comunidad. Entre enero y marzo de 2024, nuestro equipo realizó más de 6.000 consultas externas y unas 1.400 sesiones individuales de salud mental, incluyendo la evaluación de nuevos pacientes y consultas de seguimiento, en los distintos emplazamientos.
En Hebrón, hemos adaptado y ampliado nuestras actividades para garantizar la atención continua y el acceso a los servicios de atención primaria a los pacientes más vulnerables y aislados. En Yenín y Tulkarem, estamos apoyando y formando a personal médico y paramédico para prestar primeros auxilios y servicios de salvamento dentro y fuera del hospital en caso de víctimas masivas y de obstrucción del acceso a las instalaciones.
También prestamos apoyo en salud mental en las clínicas de Nablus y Hebrón, con el objetivo de subsanar las graves deficiencias en la prestación de servicios de salud mental y garantizar que quienes los necesitan reciban el apoyo y la atención que precisan.
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