Los cuatro compromisos de Médicos Sin Fronteras ante el cambio climático

El cambio climático amenaza los próximos 50 años y nos preocupa mucho. Por ello, nos comprometemos a reducir la huella de carbono de nuestros proyectos y a hacer frente a un control climático en favor de nuestros y nuestras pacientes. Porque la mejor energía es la energía que no consumimos: hacemos realidad este poderoso lema.

MSF
04/11/2021

Nos comprometemos a reducir nuestras emisiones CO2 y los residuos generados

COMPROMISO 1: nos comprometemos a reducir nuestras emisiones y residuos de CO2

Fiel a nuestro compromiso de cumplir con el Acuerdo de París, estamos ampliando el uso de las herramientas de nuestro Climate Smart sobre el impacto ambiental para así evaluar nuestras emisiones de carbono y residuos y poder reducirlas mejor.

Varias iniciativas concretas han visto la luz y anuncian un nuevo paradigma en nuestra organización, que poco a poco irá aplicando esta estrategia a todos los proyectos.

En marzo de 2019, abrimos el Hospital Kenema en Sierra Leona. Desde su construcción en 2017, nuestros equipos han asegurado el desarrollo de un sistema completo de energía renovable en el establecimiento. Cada año, gracias a la energía solar, evitamos la liberación de más de 173 toneladas de CO2 y ahorramos hasta 40.000 euros de gasóleo en este hospital. Una cantidad que se puede reinvertir en la compra de medicamentos para la salud de las madres y los niños y las niñas en Sierra Leona.

En el sudeste asiático, la medición de las emisiones ha demostrado que estas provienen principalmente de la electricidad y el transporte aéreo. Las soluciones identificadas incluyen el aumento del flete marítimo para reemplazar el flete aéreo, la conexión a la red eléctrica y el uso de medidores para evaluar mejor y reducir el consumo.

En 2020, realizamos la primera estimación de las emisiones de carbono vinculadas a su cadena de suministro. Estas medidas ayudaron a identificar "puntos calientes" de alto impacto, brechas y oportunidades para mejorar nuestro desempeño ambiental.

Estas iniciativas son solo las primeras piedras colocadas para concretar nuestro compromiso de reducir nuestras emisiones de CO2 y nuestros residuos.

 

Nos comprometemos a usar fuentes de energía renovables y sostenibles

COMPROMISO 2: nos comprometemos a utilizar fuentes de energía ecológicas y sostenibles

La mejor energía es la energía que no consumimos. Hemos hecho realidad esta frase. La pandemia de la COVID-19 ha demostrado la capacidad de los trabajadores humanitarios para reducir significativamente los desplazamientos no esenciales. Ahora estamos utilizando los medios digitales a nuestra disposición para acercarnos sin tener que viajar para nuestros equipos.

Desafortunadamente, no podemos eliminar todo uso de energía. Además, en este contexto, estamos haciendo todo lo posible para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y los contaminantes.

Varios proyectos integran ahora fuentes de energía renovables y queremos destacar aquí una iniciativa liderada en República Democrática del Congo (RDC) que nos permite salvar vidas gracias a la energía solar.

 

En 2019, en una región aislada e inestable de República Democrática del Congo, los hospitales de Kusisa y Kigulube tuvieron que lidiar con un acceso muy precario a la electricidad. Nuestros equipos tuvieron que lidiar con apagones incluso en los quirófanos, ya que el suministro dependía de generadores diesel, que no podían satisfacer las necesidades de todos los servicios al mismo tiempo.

Estas regiones de Kivu del Sur están aisladas y son montañosas. Llevar diésel requiere un enorme despliegue logístico, que debe repetirse con regularidad. Por tanto, el problema se abordó de otra manera, eligiendo una solución que garantizara la energía autónoma: los paneles solares.

Para su instalación, trabajamos con una empresa congoleña especializada, GoShop, que también se encarga del mantenimiento. Optamos por baterías de litio, que son mucho más eficientes y tienen una vida útil más larga: alrededor de 10 años, frente a los dos o tres años de las baterías tradicionales. Esto hace que el sistema sea mucho más sostenible y también será más fácil de gestionar cuando dejemos de trabajar en estos hospitales.

“Un sistema de salud sólido significa disponer de energía y fuentes de energía fiables y sostenibles”, explica ñaki Goicolea, ingeniero eléctrico que participó en la conversión sobre los hospitales Kusisa y Kigulube.

Gracias a la energía solar, el acceso a la electricidad y la luz está asegurado y nos permite brindar una atención de calidad a todos los pacientes, en todo momento, a la vez que reducimos nuestros costes de transporte y nuestra huella de carbono.

Esta iniciativa no es la única, y os contaremos los detalles de proyectos más respetuosos con el medio ambiente y más seguros para nuestros y nuestras pacientes.

 

Nos comprometemos a reducir el uso de plásticos en nuestros proyectos

COMPROMISO 3: nos comprometemos a reducir el uso de plástico en sus proyectos

El plástico contamina todo el planeta. Se encuentra en todas partes: en el fondo de los océanos, en los caminos de los bosques más lejanos, en el hielo del Ártico e incluso en las playas. Los plásticos están hechos en más del 90% de combustibles fósiles, por lo que existe una necesidad urgente de que todos los actores, todas las organizaciones y todas las personas implementen políticas para reducir el uso de plástico.

En el sector médico, el tema de la eliminación y reciclaje de equipos de protección personal (EPI) como mascarillas, batas, guantes, etc. y los desechos médicos son un tema crucial. Estamos totalmente comprometidos con la búsqueda de soluciones que garanticen la gestión racional de estos equipos desde un punto de vista ecológico.

Entre otras iniciativas, hemos puesto en marcha un proyecto de adquisiciones sostenibles y “equipos verdes” de voluntarios en más de 15 países, que llevan a cabo acciones de mitigación a nivel local, especialmente en términos de sensibilización y reducción de la contaminación plástica.

También se ha lanzado un proyecto en Uganda para desarrollar una alternativa a los millones de bolsas que usamos cada año para distribuir medicamentos a nuestros y nuestras pacientes. El objetivo es reemplazarlos por bolsas ecológicas con una alternativa que permita utilizar los recursos y el saber hacer locales para agregar un valor social positivo a este proyecto ecológico.

Por último, el plan de acción 2020-2023 del centro operativo de Bruselas se ha marcado el objetivo de adecuar al máximo la cadena de suministro de nuestros proyectos para reducir, reutilizar, reciclar material o equipos como mosquiteras o contenedores de transporte. Estas diversas medidas son clave para lograr nuestras ambiciones de reducir los residuos plásticos.

 

Nos comprometemos a mantener un sistema de vigilancia para anticipar futuras crisis climáticas

COMPROMISO 4: nos comprometemos a monitorear el clima para anticipar crisis futuras.

Iniciado en 2019, el proyecto MACA (Meteorological And Climate Anticipation) tiene como objetivo fortalecer nuestra capacidad para anticipar eventos climáticos extremos con el fin de mejorar su respuesta médica y humanitaria a las poblaciones vulnerables.

Si bien es probable que los fenómenos meteorológicos extremos aumenten en intensidad y/o frecuencia en muchas partes del mundo, una mejor predicción es esencial para responder eficazmente a sus consecuencias.

Parte de este trabajo consiste en mirar hacia atrás a eventos climáticos extremos pasados ​​que han desencadenado crisis humanitarias para comprender sus causas y vínculos.

Vincular este conocimiento a un mecanismo de monitoreo en tiempo real abre un mundo completamente nuevo de posibilidades, permitiendo a los actores humanitarios llevar a cabo acciones específicas para mitigar el impacto del peligro y mejorar la respuesta de emergencia médico-humanitaria.

A partir de fin de año, nuestros equipos aplicarán este reloj en Haití. El objetivo es cerrar la brecha entre los servicios climáticos y meteorológicos existentes y los resultados clave de salud en el país. Este es un primer paso hacia la comprensión de los vínculos entre el clima y la salud en el país, con el fin de anticipar mejor los desastres y las necesidades futuras.

En Mozambique, estamos trabajando para adaptar un sistema de alerta temprana existente para la malaria, una enfermedad causada por la picadura de un mosquito infectado. Al agregar ciertos parámetros de monitoreo (temperatura, precipitación, humedad, superficie de terreno inundado alrededor de los proyectos, índice de salud de la vegetación), podemos establecer correspondencias con la propagación de esta enfermedad y atenuar mejor su propagación.