Nos comprometemos con las mujeres, estén donde estén

El derecho y acceso dignos a salud, a partos seguros, y a una atención de calidad y respetuosa para las mujeres en todo el mundo son prioridad en nuestra misión médico-humanitaria. Como mujeres, reivindicamos la importancia de protegerlas, escucharlas y asegurar que tengan ayuda y asesoramiento. Nos comprometemos con las mujeres, estén donde estén. Con cada una de ellas, de nosotras. No entendemos de días, ni de meses: debe ser los 365 días al año.

MSF
08/03/2023

MUJERES migrantes

Sabemos de primera mano que los conflictos y los desplazamientos exacerban las desigualdades a las que las mujeres y las niñas deben enfrentarse, y sentimos la responsabilidad de responder a sus necesidades de manera diferenciada. Porque cada mujer que encontramos en más de 70 países es un fiel reflejo de nosotras mismas. En la actualidad, más de 50 millones de mujeres y niñas en todo el mundo se ven forzadas a desplazarse de sus lugares de origen. Mientras lees estas líneas, algunas siguen en su camino. Demasiado a menudo, somos testigo de cómo muchas mujeres no llegan a tiempo a nuestros servicios, o lo hacen demasiado tarde. Por ello, a lo largo de sus trayectos de huida en busca de un futuro mejor, las mujeres y niñas necesitan atención médica en cinco áreas clave: atención obstétricaplanificación familiar, atención para el aborto seguro, atención para víctimas de violencia sexual, y atención en salud mental. Y es que, al ser desplazadas, se enfrentan a desafíos mucho mayores simplemente por el mero hecho de ser mujeres.

Ayaan* fue rescatada y llevada a bordo del buque de búsqueda y salvamento Geo Barents el 20 de septiembre de 2021. Viajaba en una pequeña embarcación con otras 54 personas.

 

MUJERES y la violencia (sexual) ejercida contra ellas

Las diferentes formas de violencia contra las mujeres y contra las personas LGTBIQ+ son la cara más salvaje del patriarcado y uno de los problemas globales de mayor impacto en la salud pública. Tenemos que ser capaces de responder a las violencias perennes en la vida de las mujeres, las que se ejercen en sus casas, en el seno de sus familias. Y muchas veces nos focalizamos en la violencia ejercida en el contexto de los conflictos armados, como si fuera un evento aislado en la vida de las mujeres, pero sabemos que no es así. Una de cada tres mujeres en el mundo ha estado sujeta en algún momento de su vida a algún tipo de violencia física, psicológica o sexual. Una de cada tres. Y, como bien saben nuestros equipos en el terreno, la cifra aumenta si hablamos de mujeres desplazadas o en movimiento, y de mujeres en países o regiones en guerra. En 2021 tratamos a 34.800 personas que sobrevivieron a la violencia sexual (la mayoría de ellas mujeres y niñas).

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MUJERES y partos seguros

Ninguna mujer debería morir dando vida. En conflictos, desastres naturales, desplazamientos y contextos de violencia extrema, la vida siempre sigue. Trabajamos para que dar a luz en plena crisis humanitarias no sea un riesgo para la salud. Y es que, en la actualidad, 800 mujeres mueren a diario por complicaciones relacionadas con el parto y el embarazo (un 94% de ellas viven en países de ingresos medios y bajos y no recibieron la atención que necesitaban). Por ello, una atención adecuada para las futuras madres es vital. En todo el mundo, trabajamos junto con las mujeres embarazadas para brindar servicios de parto, atención obstétrica de emergencia y consultas posteriores al parto. Lo hacemos junto a comadronas y parteras tradicionales para establecer programas capaces de identificar rápidamente los partos complicados y así ayudar a prevenir las muertes maternas. Y es que, en la mayoría de los contextos donde trabajamos, muchas mujeres siguen muriendo por causas prevenibles: los problemas relacionados con la salud reproductiva son la principal causa de muerte en la edad fértil. Tener acceso a servicios de salud reproductiva no solo previene muertes, sino también discapacidades permanentes, como por ejemplo las fístulas obstétricas debidas a partos prolongados. Intervenciones con métodos sencillos y económicos, llevadas a cabo por personal de salud capacitado, pueden salvar la vida de muchas mujeres. Solo en 2021, asistimos 317.300 partos, incluidas cesáreas.

Programa de MSF para proporcionar asistencia sanitaria completa a todos los niños menores de 24 meses en Tama, Níger. Noviembre de 2015.

 

 

MUJERES y las consecuencias del aborto no seguro.

Una salud sexual-reproductiva digna y segura es un derecho que todas las mujeres deben tener garantizado. Es una reivindicación del feminismo y un eje importantísimo del trabajo que desarrollamos en todo el mundo. Cada año, 25 millones de mujeres usan métodos no seguros para interrumpir voluntariamente su embarazo, y 22.800 mueren por ello. Se trata de una emergencia sanitaria global, pues supone nada menos que entre el 4,7% y el 13,2% de las muertes maternas en todo el mundo. Para evitarlo, es básica la atención médica inicial y sistemática en contextos difíciles. El aborto seguro debe ser tratado como un servicio sanitario esencial en emergencias humanitarias. Tenemos comprobado que, cuando una mujer está decidida a interrumpir su embarazo, buscará la forma de someterse a un aborto independientemente de si el procedimiento es seguro o no. A diario, somos testigos directos del sufrimiento y la muerte causados por embarazos no deseados y abortos no seguros. Y es que, en lugar de ser juzgada, lo que necesita una mujer es una atención médica segura de calidad y digna, teniendo en cuenta los marcos legales de cada contexto.

Las 537 personas a bordo del Aquarius, barco de búsqueda y rescate de MSF, se preparan para desembarcar a un lugar seguro en el puerto de Trapani, Sicilia. 23 de abril de 2018.

 

MUJERES en Médicos Sin Fronteras

La perspectiva de género, la igualdad, la equidad y la inclusión rigen nuestro comportamiento presente y futuro. Es una determinación identitaria que paulatinamente, a lo largo de los años, se ha ido integrando. Prueba de ello es que nuestra presidenta, directora general, directora de Operaciones y directora de Logística son mujeres. No obstante, al igual que en el resto del mundo humanitario, todavía queda camino por recorrer. Tanto en términos de igualdad de género, como en los ya presentes esfuerzo y compromiso totales por no tolerar ningún comportamiento de nuestro personal que explote la vulnerabilidad de otras personas, como es el caso de la explotación o el acoso sexual. Según datos del Informe de Recursos Humanos de 2022, los hombres representan el 67% de las personas que trabajan en todos los niveles de nuestra organización. Es imprescindible trabajar conjuntamente desde todos los ángulos para revertir esta tendencia, en especial con las mujeres contratadas localmente -aun hoy suponen el 30%-. En nuestros proyectos es donde reside la oportunidad de marcar un cambio real de modelo. Sin duda, en las sociedades donde trabajamos hay muchas barreras estructurales que impiden o dificultan el acceso de las mujeres a los puestos de trabajo en MSF. Pero, para luchar contra ello, debemos saber cuáles son, entenderlas y tratar de superarlas con todos los medios posibles. Cuando el punto de partida está construido sobre una desigualdad, debemos poner en práctica medidas compensatorias que garanticen la igualdad de oportunidades para las mujeres.

Una médica de MSF ausculta los latidos del corazón de un niño que sufre malnutrición severa. Malakal, Sudán del Sur.