La situación humanitaria en el cerco de Ténenkou, en el corazón del delta del Níger, en el centro de Mali, se deteriora tras varios años de crisis. La población, atrapada entre las operaciones militares y la violencia de los grupos armados, ve su vida cotidiana y su acceso a la atención sanitaria gravemente perturbados. En colaboración con las autoridades sanitarias malienses, facilitamos el acceso a la atención sanitaria a través de varias iniciativas, dirigidas principalmente a mujeres embarazadas, niños y niñas.

MSF
06/11/2024

"La escalada de violencia dificulta cada vez más la realización de actividades como las ferias locales o la pesca, que solían generar ingresos. Incluso para las familias que se dedican a la agricultura, ahora es complicado cultivar lo suficiente para cubrir sus necesidades. Los grupos armados también están imponiendo restricciones a los movimientos y ejerciendo una presión constante sobre estas comunidades, mediante secuestros, actos de intimidación y otros abusos”, explica Assane Compaoré, nuestro coordinador general en Malí.

Entre enero y septiembre de 2024, unas 50 personas heridas fueron atendidas en el servicio de urgencias del hospital de Ténenkou o en los centros de salud que apoyamos con suministros médicos.

Con una población de 23.000 habitantes repartidos en una docena de comunas, a menudo separadas entre sí por afluentes del río Níger, el distrito de Ténenkou experimenta una creciente inseguridad causada por ataques y enfrentamientos entre grupos armados, milicias y fuerzas regulares. Nuestros equipos trabajan allí desde 2016. Otra característica de la zona es que las crecidas estacionales del río bloquean las principales carreteras y aíslan a muchas comunidades durante varios meses cada año. En 2024, cayeron lluvias torrenciales en Mali, causando inundaciones a una escala inusual.

Reanudación de las clínicas móviles

La inseguridad nos llevó en 2022 a suspender sus clínicas móviles en las aldeas del distrito de Ténenkou y a reforzar los enfoques de salud comunitaria. "Ante un verdadero desierto médico y humanitario en la zona, y las crecientes necesidades en aldeas remotas donde ya no hay servicios de salud, reanudamos ahora nuestras clínicas móviles. Estamos redoblando nuestros esfuerzos para proporcionar atención sanitaria esencial a todo el mundo, aunque no sea una actividad exenta de riesgos, dada la geografía del cerco, inundado la mayor parte del año, y la situación de seguridad", declara Assane Compaoré.

Nuestras clínicas móviles están formadas por enfermeras, comadronas y personal paramédico que viajan de pueblo en pueblo para ofrecer atención primaria y derivar a los pacientes que lo necesiten al hospital de Ténenkou. Continúan las actividades de salud comunitaria, con personal contratado por el Ministerio de Salud directamente en las aldeas y puesto a nuestra disposición, que les forma en el tratamiento de formas simples de malaria, diarrea e infecciones respiratorias y les proporciona medicinas y suministros. Actualmente, 103 agentes de salud comunitarios trabajan con MSF en el distrito de Ténenkou.

La ‘Aldea de mamás’

“Es difícil llegar al hospital por el nivel del agua. Incluso en piragua o a pie, mi pueblo está aislado. Desde hace un mes, los médicos me tienen aquí, en la ‘Aldea de mamás’ para vigilar mi embarazo y evitar los riesgos de la carretera”, cuenta Binta Sow, una mujer de la aldea de Guillé, a 25 km de la ciudad de Ténenkou, cuyo embarazo estaba a punto de llegar a término en agosto. Se alojó junto al hospital, en un pequeño centro que gestionamos para mujeres embarazadas y sus cuidadores.

Esta ‘Aldea de mamás’ se creó en 2018 para ofrecer a las mujeres con embarazos en riesgo de complicaciones alojamiento cerca del hospital de maternidad, con un seguimiento más fácil. Aquí se acoge a las embarazadas, incluidos sus acompañantes, que vienen de muy lejos del hospital, a menudo de zonas donde reina la violencia.

  • Acompañantes de una de las mujeres encintas de la "Aldea de las mamás".

"Hubo muchas muertes maternas y complicaciones relacionadas con el parto. Algunas mujeres tenían que recorrer largas distancias y sufrían accidentes, mientras que otras preferían no correr el riesgo de estar en la carretera y daban a luz en casa, a pesar de los riesgos para ellas y sus recién nacidos. Recibimos a algunas de estas mujeres en la maternidad en estado crítico”, explicó Mariam Dembele, nuestra matrona supervisora en Ténenkou. “Para ayudar a estas mujeres, creamos este centro de acogida y seguimiento, que realmente ha ayudado a reducir el número de casos de complicaciones durante el embarazo”.

“De las 1.029 mujeres que dieron a luz en la maternidad entre enero y septiembre de 2024, 109 se quedaron en la ‘Aldea de mamás’”,detalla Mariam.

Máxima actividad en el hospital

Además de la maternidad y las consultas ginecológicas, nuestros equipos en el hospital de Ténenkou trabajan en los servicios de urgencias, pediatría y neonatología y realizan derivaciones a otros hospitales, normalmente en Ségou o Macina, para pacientes con emergencias potencialmente mortales que necesitan atención que no puede prestarse en Ténenkou.

"Aquí, en el servicio de urgencias, hemos atendido a más de 2.000 pacientes desde principios de año, lo que supone un 25% más que el año pasado. De ellos, unos cincuenta han sido derivados al hospital de Ségou, cubriendo nosotros todos los gastos médicos, incluido el transporte», explica el Dr. Koné Youssouf, nuestro supervisor de urgencias de medicina interna y pediatría en Ténenkou.