Los recortes globales amenazan décadas de avances contra el sida, la tuberculosis y la malaria
La suspensión y reducción de aportaciones de grandes donantes como EE. UU. al Fondo Mundial ponen en riesgo tratamientos, diagnósticos y programas de prevención en países donde el VIH, la tuberculosis y la malaria siguen cobrando millones de vidas cada año. Alertamos de un retroceso que podría costar décadas de avances logrados con enorme esfuerzo.

Médicos Sin Fronteras (MSF) alertamos de que los esfuerzos mundiales para combatir tres de las enfermedades infecciosas más dañinas y extendidas del mundo —el sida, la tuberculosis y la malaria— se ven ahora amenazados debido a los drásticos recortes en la financiación de la salud mundial.
En enero, Estados Unidos, que anteriormente era el mayor financiador de los programas de salud mundial, anunció la suspensión y revisión de toda la ayuda internacional. Desde entonces, Estados Unidos no ha hecho efectivo casi 3.000 millones de los 6.000 millones de dólares que había comprometido al Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria para el periodo 2023-2025.
Este mes, el Fondo Mundial celebra su octava conferencia de reposición mientras los principales donantes, entre ellos Estados Unidos, aún no han anunciado sus compromisos para el próximo ciclo de financiación trienal del Fondo. Esta cita se produce en un contexto de inestabilidad mundial, incertidumbre económica y disminución del apoyo multilateral. Sin una financiación adecuada, los avances logrados contra el VIH, la tuberculosis y la malaria podrían perderse, poniendo en peligro a millones de personas.
En el marco de la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de Sevilla celebrada en junio, España anunció una contribución de 145 millones de euros para el Fondo. Aunque la cantidad anunciada no alcanza los 200 millones de euros solicitados por MSF, reconocemos el esfuerzo en un contexto en que otros grandes donantes han optado por recortes significativos en su cooperación.
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La Dra. Muneeba Shaikh examina a Rihana, una paciente de tuberculosis 28 años que participa en el ensayo clínico endTB-Q, en la clínica endTB gestionada por Interactive Research & Development (IRD) en Kotri, Pakistán. © Asim Hafeez
El Fondo Mundial ha desempeñado un papel fundamental en el apoyo a los frágiles sistemas de salud de África, Asia, Latinoamérica y otras regiones. Sus subvenciones ayudan a comprar medicamentos y pruebas de diagnóstico, a pagar al personal sanitario y a mantener los esfuerzos de prevención de enfermedades. Sin compromisos sustanciales en las próximas semanas y meses, los avances logrados durante décadas en la reducción de las enfermedades y las muertes podrían revertirse.
MSF, que cada año prestamos asistencia médica a decenas de miles de pacientes con VIH o tuberculosis y a más de tres millones de personas con malaria, estamos profundamente preocupados por las repercusiones del debilitamiento del apoyo al Fondo Mundial. Aunque no recibimos financiación del Fondo, somos testigo de cómo cientos de organizaciones sanitarias comunitarias que dependen de su apoyo están reduciendo sus planes ante la incertidumbre financiera y los recortes.
“Las consecuencias ya son visibles”, explica Antonio Flores, nuestro asesor sénior de VIH/Tuberculosis. “En Honduras, los recortes abruptos del PEPFAR (el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del Sida) han paralizado los programas de prevención y atención del VIH. Los pacientes perdieron de la noche a la mañana el acceso a la profilaxis previa a la exposición (PrEP) y los trabajadores sanitarios, sus puestos de trabajo. Ahora estamos viendo cómo los pacientes regresan con infecciones oportunistas avanzadas”.
La realidad de las enfermedades infecciosas es que, si no se controlan, empeoran y se propagan. Recortar la financiación socava años de avances logrados con gran esfuerzo, mientras que mantener los enfoques exitosos y apoyar las innovaciones prometedoras pueden salvar vidas.
A pesar de los avances médicos, el VIH sigue causando aproximadamente 1,3 millones de nuevas infecciones y más de 600.000 muertes al año. La nueva PrEP inyectable ofrece una protección prometedora para las personas con alto riesgo de contraer el VIH y las organizaciones comunitarias apoyadas por el Fondo Mundial han demostrado ser muy eficaces para mejorar los resultados de la prevención y el tratamiento. No se debe revertir su progreso. Por ejemplo, en Malaui los esfuerzos de ampliación a escala nacional en Malaui se han estancado debido a la reducción de la financiación estadounidense en un país donde las trabajadoras sexuales se enfrentan a tasas de prevalencia del VIH cercanas al 60%.
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Clínica que brinda atención médica a personas LGBTIQ y trabajadores sexuales en Honduras.
© MSF
La tuberculosis causa aproximadamente 1,5 millones de muertes al año. Gracias a los esfuerzos del Fondo Mundial y de la Reunión de Alto Nivel de las ONU sobre la Tuberculosis, cada vez hay menos casos sin detectar, pero la tendencia puede cambiar. En Sudán, MSF hemos sido testigo de cómo los equipos de detección de la tuberculosis no se emplean debido a la falta de personal cualificado. En Bielorrusia, la investigación sobre la tuberculosis resistente a los medicamentos, apoyada por MSF y el Fondo Mundial, se ha interrumpido recientemente debido a la falta de financiación.
La malaria sigue siendo la principal causa de muerte entre los niños y niñas menores de 5 años en los países donde es endémica. Nuestros equipos en República Centroafricana, Sudán del Sur y República Democrática del Congo informan de frecuentes escaseces de pruebas diagnósticas y medicamentos, y de instalaciones con falta de personal, con consecuencias mortales para los pacientes jóvenes.
“Sería un golpe mortal que el Fondo Mundial no cumpliera sus objetivos de reposición en este momento crítico de la respuesta al VIH, la tuberculosis y la malaria. Nuestros datos muestran tendencias preocupantes de retroceso en los últimos seis meses”, explica Anele Yawa, secretario general de Treatment Action Campaign (TAC) de Sudáfrica.
La idea de que la movilización de recursos nacionales puede sustituir a la financiación sanitaria mundial no es viable en muchos de los lugares donde trabajamos. Como se destaca en nuestro informe Deadly Gaps (Déficits mortales)1, la carga del coste recae cada vez más en los pacientes que no pueden permitirse la atención médica.
“En Liberia, la suspensión de la ayuda estadounidense ha tenido un impacto devastador. La prestación de servicios en los centros de salud, que antes contaba con el apoyo de USAID y el Fondo Mundial, se ha colapsado, con recortes en los salarios del personal, muchos despidos y otros trabajando por un salario mínimo o sin remuneración. Se han cerrado programas enteros: como resultado, se está perdiendo el seguimiento de los pacientes y se está debilitando el cumplimiento del tratamiento”, advierten desde Youth Alive Liberia.
MSF instamos a España a mantener su apoyo fundamental al Fondo Mundial en nombre de las comunidades gravemente afectadas en todo el mundo. La lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria es un reto global y generacional, y está lejos de haber terminado.
1El informe analiza la financiación mundial actual de la tuberculosis, el VIH y la malaria y, en los casos en que esta es insuficiente, las consecuencias de las brechas de financiación para las personas y las poblaciones con las que MSF trabaja. El informe también propone recomendaciones sobre dónde se debe priorizar la financiación.
Ejemplos de impacto recientes por las carencias de financiación detectadas por MSF
Bielorrusia: la investigación operativa en la que participábamos en Bielorrusia para estudiar la tuberculosis resistente a los medicamentos se detuvo debido a los recortes en el Fondo Mundial, ya que Estados Unidos no cumplió su compromiso, lo que significó que el Fondo Mundial ya no podía financiar la investigación.
Malaui: nuestros equipos están trabajando con organizaciones de trabajadoras sexuales para proporcionar PrEP inyectable en dos ciudades, pero los esfuerzos de ampliación a escala nacional se han estancado debido a la reducción de la financiación estadounidense.
República Centroafricana: los 3.900 trabajadores sanitarios comunitarios que se preveía contratar para diciembre de 2026 por parte de la organización World Vision se han reducido a .2974, debido a la reasignación de prioridades de los fondos. Esta reducción tiene un impacto en la implementación de la estrategia de participación comunitaria y en la gestión de las tres enfermedades.
Sudán: la grave escasez de suministros para el VIH, la tuberculosis y la malaria ha sido un problema constante en el país desde que estalló la guerra, especialmente en Darfur, donde los pacientes no pueden acceder al tratamiento. En Kordofán del Sur, los medicamentos para el VIH y la tuberculosis están completamente agotados en toda la región; el último suministro conocido fue una pequeña donación de MSF.
República Democrática del Congo: se están produciendo desabastecimiento de medicamentos contra la tuberculosis
Sudán del Sur: El desabastecimiento de medicamentos contra la malaria es constante en un contexto de presiones continuas relacionadas con el clima, los conflictos, la financiación, las poblaciones desplazadas y los problemas de acceso.
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