Sudán: bombardeos mortíferos en Darfur dejan casi 100 personas heridas atendidas en centros que apoyamos

Drones golpean múltiples localizaciones de la región sudanesa con ataques simultáneos perpetrados por las Fuerzas de Apoyo Rápido y las Fuerzas Armadas Sudanesas.

MSF
11/09/2025
New wave of displacement after attack on Zamzam camp

Tras una serie de ataques perpetrados por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF), el 10 de septiembre llegaron 99 heridos, entre ellos mujeres y niños, a los centros de salud que apoyamos en el norte, centro y sur de Darfur. Cuatro personas fueron declaradas muertas a su llegada a los centros.

“Instamos a todas las partes beligerantes a que respeten inmediatamente a la población civil, protejan al personal y las instalaciones médicas y garanticen un acceso seguro y sin obstáculos a la ayuda humanitaria, empezando por El Fasher y otras zonas sitiadas”, clama Marwan Taher, coordinador general de MSF en Darfur. “La crisis humanitaria se está agravando y el mundo no puede seguir mirando hacia otro lado”, recalca Marwan.

En Tawila, en Darfur del Norte, nuestro personal atendió ayer a 50 pacientes heridos. Desde mediados de agosto, más de 650 heridos han llegado al hospital que apoyamos situado a 60 kilómetros de la ciudad sitiada de El Fasher. Esto representa solo una fracción de las víctimas, ya que los supervivientes han descrito haber visto muchos cadáveres en las carreteras y haber tenido que dejar atrás a los enfermos y heridos más graves, personas que simplemente no habrían sobrevivido al viaje a Tawila.

Algunos han caminado 60 kilómetros a pie, sangrando por heridas de bala y latigazos, pero son los pocos afortunados que han sobrevivido a los horrores de El Fasher y al viaje para escapar de allí”, explica Sylvain Penicaud, nuestro coordinador de proyectos en Tawila. “Llegan agotados, destrozados y en un estado de angustia extremo”, añade Sylvain.

Quienes llegan, también relatan cómo la vida se ha vuelto insoportable en El Fasher y sus alrededores. Las RSF y sus aliados han sitiado y bombardeado la ciudad durante más de un año, dejando a cientos de miles de personas atrapadas, prácticamente sin alimentos, medicinas, agua ni ayuda humanitaria. Las personas que intentan escapar de El Fasher se enfrentan a asesinatos, torturas, agresiones sexuales y otras formas extremas de violencia a lo largo de la ruta hacia Tawila, que ahora acoge a 800.000 desplazados internos.

Mientras la guerra en Sudán vive su tercer año, la población se enfrenta a una violencia implacable sin ningún lugar al que huir. El 10 de septiembre, varios drones atacaron múltiples lugares de Darfur, dejando cientos de heridos. Ni siquiera las comunidades alejadas del frente están a salvo, ya que los ataques se intensifican simultáneamente en toda la región. 

“La crisis humanitaria se está agravando y el mundo no puede seguir mirando hacia otro lado”, alerta Marwan Taher, nuestro coordinador general en Darfur, Sudán.

Un ataque con drones de las SAF cayó a solo cuatro kilómetros del Hospital Universitario de Zalingei, en Darfur Central, al que brindamos apoyo.

Desde el hospital, nuestros equipos oyeron el ataque con drones”, relata Marwan Taher. “Momentos después, a plena luz del día, tuvimos que activar nuestro plan para víctimas múltiples al llegar una avalancha de heridos de guerra, entre ellos seis mujeres y cuatro niños. Nadie está a salvo”, alerta nuestro coordinador general en Darfur.

Ese mismo día, en Nyala, en Darfur Sur, dos drones de las Fuerzas Armadas de Sudán atacaron la ciudad. El Hospital Universitario de Nyala, que cuenta con nuestro apoyo, recibió a 12 pacientes; cuatro personas, entre ellas un niño, llegaron ya fallecidas. Este fue el octavo ataque mortal con drones contra la ciudad en solo 11 días, tras los ataques del 30 de agosto y del 1 y 3 de septiembre, cuando el hospital atendió a 44 heridos de guerra.

La situación en Darfur es grave, con las instalaciones sanitarias sometidas a una presión extrema y luchando por hacer frente a la afluencia masiva de pacientes, la grave escasez de suministros y la amenaza constante de nuevos ataques.

Estos ataques simultáneos se produjeron justo un día después de que los ataques aéreos de las RSF alcanzaran Jartum, la capital sudanesa, el 9 de septiembre, y las esquirlas hirieran a dos personas que llegaron al Hospital Al Nao, que apoyamos, en Omdurman. 

Los mismos bombardeos aéreos también destruyeron una central eléctrica, lo que provocó un apagón en algunas partes de la ciudad y obligó a los hospitales pediátricos Al Nao y Al Buluk, que apoyamos, a depender de generadores o fuentes de electricidad poco estables. Sin electricidad constante, los equipos médicos vitales y el aire acondicionado dejan de funcionar, lo que expone a los niños prematuros y gravemente enfermos en peligro por las altas temperaturas y las infecciones y aumenta el riesgo de averías en los equipos.