Decenas de hombres armados irrumpieron en nuestro hospital y oficinas en la ciudad de Ulang, amenazaron al personal y saquearon suministros y equipos médicos vitales. Como resultado, se suspendieron todos los servicios médicos del hospital, el único centro de salud en funcionamiento en la zona.

MSF
15/04/2025

Médicos Sin Fronteras condenamos enérgicamente el saqueo armado de nuestro hospital e instalaciones en Ulang, en el estado del Alto Nilo. En la mañana del 14 de abril, decenas de hombres armados irrumpieron en nuestro hospital y oficinas en la ciudad de Ulang, amenazaron al personal y saquearon suministros y equipos médicos vitales. Como resultado, se suspendieron todos los servicios médicos del hospital, el único centro de salud en funcionamiento en la zona.

Estamos indignados por el ataque a nuestro hospital y las amenazas contra nuestro personal médico en Ulang”, declara Zakariya Mwatia, nuestro coordinador general en Sudán del Sur. “Este centro ha sido un recurso vital para la comunidad en un momento de creciente violencia y un brote activo de cólera. Estos ataques contra hospitales y personal médico son completamente inaceptables. Nos preocupa profundamente el impacto devastador que el cierre de los servicios médicos tendrá en comunidades ya vulnerables, que ahora enfrentan obstáculos aún mayores para acceder a la atención vital”.

En la noche del 13 de abril, a medida que la violencia se acercaba a la ciudad de Ulang, los pacientes comenzaron a huir del hospital por miedo, a pesar de estar recibiendo atención médica. En ese momento, más de 100 pacientes fueron ingresados y recibieron tratamiento crítico, incluyendo atención traumatológica, servicios de maternidad y atención pediátrica. Si bien algunos pacientes permanecieron allí el mayor tiempo posible, finalmente se vieron obligados a huir cuando hombres armados entraron en el centro y comenzaron a saquearlo habitación por habitación.

Aunque no se han reportado personas heridas entre nuestro personal, seguimos extremadamente preocupados por la seguridad de nuestros equipos y pacientes.

  • Los equipos de MSF viajan en lancha rápida por Ulang, en Sudán del Sur, para llegar a las comunidades desplazadas por las inundaciones.

“La seguridad de nuestro personal y pacientes es nuestra principal prioridad. Estamos tomando todas las medidas necesarias para evacuar a nuestros equipos ante el temor de una mayor escalada de violencia. Este inaceptable acto de violencia demuestra un total desprecio por los principios humanitarios y el derecho internacional humanitario, y ha afectado directamente nuestra capacidad para brindar atención en un momento de máxima necesidad”, añade Mwatia.

El ataque al hospital de Ulang forma parte de un patrón más amplio de inseguridad que afecta a la atención médica en la zona. En enero de 2025, dos de nuestras embarcaciones claramente identificadas y con seis empleados a bordo, fueron atacadas por hombres armados cuando regresaban a Ulang tras entregar suministros médicos al Hospital del Condado de Nasir. Este incidente nos obligó a suspender todas nuestras actividades de alcance comunitario en la región.

En Ulang, gestionamos un hospital de atención secundaria, junto con una red de servicios de atención primaria descentralizados, desde 2018. Solo en 2024, nuestros equipos atendieron más de 10.000 consultas externas, ingresaron a 3.284 pacientes y asistieron 650 partos. A lo largo de los años, este hospital de 60 camas ha sido un centro de vital importancia para las comunidades afectadas por la violencia, brotes de enfermedades y acceso limitado a la atención médica.

La suspensión de los servicios en el hospital supone un duro golpe para la atención médica en la zona, que se ha quedado sin un solo centro de salud en funcionamiento. Esta interrupción también ha provocado la suspensión de nuestro apoyo crucial a varios centros de atención primaria de la región, lo que ha paralizado los esfuerzos vitales para tratar a los pacientes de cólera y controlar el brote en curso. Además, más de 800 pacientes con VIH, tuberculosis y otras enfermedades crónicas han perdido el acceso a su tratamiento, lo que pone sus vidas en grave peligro.

Continuamos apoyando los servicios de salud en otras partes del Alto Nilo, incluidos los condados de Renk y Malakal. Hacemos un llamamiento urgente a todas las partes en conflicto para que respeten y protejan a los centros de salud, a los pacientes, a los civiles y al personal médico, de conformidad con el derecho internacional humanitario.

Mantenemos nuestro compromiso de brindar atención imparcial y vital donde sea necesaria, pero debe garantizarse la seguridad de los pacientes y del personal sanitario”, enfatiza Mwatia.

#NuestraLíneaRoja