Una grave epidemia de cólera asola República Democrática del Congo

En los últimos nueve meses se han registrado más de 58.000 casos sospechosos, lo que convierte esta epidemia en una de las peores de los últimos 10 años.

MSF
23/10/2025
Un miembro de nuestro personal desinfecta la sala donde se trata a los pacientes con cólera en el centro de salud de referencia de Sake.

Se intensifica la epidemia de cólera en República Democrática del Congo (RDC). En los últimos nueve meses, se han registrado más de 58.000 casos sospechosos, lo que convierte esta epidemia en una de las peores de los últimos diez años. Médicos Sin Fronteras (MSF) alertamos de que es esencial una movilización inmediata y reforzada de las autoridades nacionales, las agencias humanitarias y los socios internacionales para contener la propagación de la enfermedad.

20 de las 26 provincias del país se ven ahora afectadas. Desde enero hasta mediados de octubre, se han registrado más de 1.700 personas fallecidas, con una tasa de mortalidad superior al 3%. La situación sigue empeorando y se está extendiendo a nuevas zonas sanitarias, incluyendo provincias que anteriormente no eran endémicas de cólera.

A esta situación se le suma el hecho de que comienza la temporada de lluvias, que aumentará aún más el riesgo de transmisión y contagio de la enfermedad, contribuyendo a deteriorar la situación. En la misma línea, las inundaciones, los conflictos, los desplazamientos y los sistemas inadecuados de saneamiento y abastecimiento de agua también han contribuido a alimentar epidemias generalizadas como el cólera.

"Nos preocupa mucho la rápida propagación de la epidemia por todo el país este año, sobre todo durante la temporada de lluvias", afirma Jean-Gilbert Ndong, médico y nuestro coordinador médico en RDC. "Tememos que se produzcan nuevos brotes si no se toman medidas urgentes"

Desde enero hasta mediados de octubre, se han registrado más de 1.700 muertes, con una tasa de mortalidad superior al 3%. La temporada de lluvias empeorará la situación. 

Desde enero de 2025, hemos intensificado su respuesta a la enfermedad en varias provincias del país, entre ellas Kivu Norte y Sur, Maniema, Sankuru, Tshopo, Ecuador, Kinshasa, Mai-Ndombe, Alto Katanga y Tanganica. Los equipos siguen movilizados en las zonas más afectadas, como Fizi (Kivu del Sur) y Kongakonga (Tshopo). Desde enero, la organización ha llevado a cabo 16 intervenciones de emergencia en apoyo del Ministerio de Salud, tratando a más de 35.800 pacientes y vacunando a más de 22.000 personas contra la enfermedad.

"En esta etapa crítica, solo una movilización general permitirá contener la enfermedad y frenar la alarmante propagación de los brotes epidémicos", afirma Ndong.

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Falta de coordinación y pocos suministros

La respuesta a la epidemia de cólera se enfrenta a importantes obstáculos, entre ellos la insuficiente financiación del Gobierno congoleñola presencia limitada de agencias humanitarias y la falta de coordinación en el mecanismo de respuesta de emergencia. Al mismo tiempo, la debilidad de los sistemas de vigilancia e identificación de casos, la falta de personal y suministros médicos y la distribución limitada de vacunas comprometen aún más la implementación de una respuesta rápida, eficaz y sostenible.

"Dondequiera que trabajen nuestros equipos, la situación es alarmante: las estructuras existentes no están equipadas para hacer frente al cólera y hay escasez de suministros médicos y vacunas", puntualiza Ton Berg, director de nuestros programas en Kivu Sur. "Estamos trabajando con el personal del Ministerio de Salud local para intentar contener la enfermedad. Pero la magnitud de la crisis requiere la movilización urgente de todos los socios, incluso en zonas remotas. El Gobierno congoleño y las agencias humanitarias deben reforzar los recursos financieros y médicos, en particular la distribución y el suministro de vacunas, así como el mecanismo de respuesta de emergencia para apoyar la lucha contra el cólera", añade.

El cólera es una infección bacteriana muy contagiosa. Aunque es tratable y prevenible, sin la atención adecuada puede convertirse rápidamente en mortal. Las malas condiciones de higiene, el acceso insuficiente al agua potable y la falta de saneamiento pueden contribuir a la propagación de la enfermedad. Esto supone un reto añadido en las zonas densamente pobladas, especialmente en las grandes ciudades como Kinshasa y en las zonas rurales con alta concentración de personas desplazadas internamente.

"La situación es alarmante: las estructuras existentes no están equipadas para hacer frente al cólera y hay escasez de suministros médicos y vacunas", explica Ton Berg, director de nuestros programas en Kivu Sur.

Nuestros equipos han tenido que intensificar sus esfuerzos para cubrir las carencias de los débiles mecanismos de respuesta de emergencia de las autoridades sanitarias y otras agencias. Para frenar la propagación de la enfermedad, estamos apoyando al Ministerio de Salud para prestar atención médica en centros de tratamiento especializados, formar a trabajadores sanitarios comunitarios, instalar puntos de cloración y reforzar los sistemas de agua y saneamiento.

"Pedimos una acción coordinada y urgente para garantizar la rápida prestación de atención médica, incluido el acceso sin obstáculos y la inversión sostenible en el acceso al agua potable y al saneamiento", subraya Berg.

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Acceso limitado a la atención sanitaria

Mientras nuestros equipos responden a los brotes, el acceso a los pacientes con cólera se ve obstaculizado por varios factores: dificultades logísticas, riesgos de seguridad, barreras administrativas y problemas de suministro. En este sentido, el cierre de los aeropuertos de Bukavu y Goma durante meses ha supuesto un obstáculo relevante en términos logísticos al paralizar las principales rutas de transporte de suministros al este del país.

En la zona sanitaria de Fizi, en Kivu Sur, la presencia de socios humanitarios sigue siendo limitada y prácticamente ninguno participa específicamente en la respuesta al cólera. "La inseguridad persistente, marcada por los enfrentamientos entre grupos armados a lo largo de las principales carreteras, dificulta los desplazamientos y retrasa la prestación de asistencia, lo que obliga a los equipos a dar largos rodeos para evitar las zonas de riesgo", agrega Berg.

El acceso a la atención sanitaria también supone un enorme reto para las comunidades. Las largas distancias, la falta de transporte y los problemas de seguridad dificultan el acceso a los centros médicos. Una vez allí, estos centros suelen estar mal equipados y son incapaces de satisfacer las necesidades básicas de la población, lo que deja a las comunidades más vulnerables sin la atención esencial.

El cólera debe situarse en lo más alto de la agenda nacional como una amenaza importante para la salud pública en RDC. MSF pedimos una acción coordinada para garantizar la rápida prestación de atención médica, incluida la disponibilidad de vacunas, el acceso sin obstáculos y la inversión sostenible en el acceso al agua potable y al saneamiento.