En 2021, Médicos Sin Fronteras mantuvimos nuestra asistencia a las personas –refugiadas, solicitantes de asilo y migrantes– atrapadas en un ciclo de abuso y encarcelamiento arbitrario en Libia. A menudo, quienes intentaron huir fueron devueltos por la fuerza al país.
- 39.800 consultas externas
- 5.470 consultas prenatales
- 280 personas con tuberculosis iniciaron tratamiento

En el oeste de Libia, nuestros equipos prestaron atención médica y de salud mental en centros de detención, identificaron a las personas más vulnerables y derivaron a hospitales en Trípoli a quienes necesitaban atención especializada. Desde febrero de 2021, se han repetido los informes sobre maltrato y violencia en los centros, y sobre los graves daños físicos y psicológicos sufridos por los detenidos. Algunos de estos incidentes fueron presenciados directamente por nuestro personal. El 8 de abril, una persona murió y otras dos resultaron heridas en un tiroteo en la cárcel de Al Mabani; a consecuencia de estos hechos, suspendimos las actividades tanto en ese centro como en el de Abu Salim entre junio y septiembre.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en Libia viven más de 621.000 migrantes; con frecuencia, sufren violencia y arbitrarios arrestos masivos. En octubre, en Trípoli, las fuerzas de seguridad acorralaron violentamente a al menos 5.000 personas, que fueron llevadas a centros que ya estaban superpoblados. Durante varios meses de 2021, nuestros equipos organizaron clínicas móviles en Trípoli para ofrecer atención básica y ayudar a derivar a quienes necesitaran atención especializada.
En 2021, siempre según la OIM, la Guardia Costera libia interceptó como mínimo a 32.425 personas en el Mediterráneo central y las encerró en centros de detención. En los puntos de desembarque, nuestros equipos ofrecieron primeros auxilios y atención básica, además de derivaciones de emergencia y seguimiento a pacientes en estado crítico.
En otros lugares del país, los equipos de MSF ofrecieron servicios médicos y sociales a refugiados y migrantes en Zuara, y atención médica general y derivaciones a supervivientes de tortura y trata en Bani Walid. También dirigimos un programa de tuberculosis (TB) en Misrata y colaboramos con el programa nacional ofreciendo apoyo técnico, diagnóstico, tratamiento y asesoramiento sobre adherencia; también gestionamos una unidad de TB, hasta que sus actividades fueron retomadas por el grupo de respuesta a la COVID-19 del Ministerio de Salud.
Este artículo ofrece una visión general de nuestro trabajo en este país entre enero y diciembre de 2021; es un resumen que no puede considerarse exhaustivo. En 2021, contábamos con 210 profesionales* y gastamos 9,4 millones de euros en nuestras actividades médico-humanitarias. Trabajamos por primera vez en este país en 2011.
* La cifra de personal equivale al total de puestos a tiempo completo o FTE (del inglés full-time equivalent). Por ejemplo, dos personas a media jornada equivalen a un FTE.