Libia: aumenta drásticamente el número de retenidos en los centros de detención

Las condiciones son deplorables: la comida y el agua son insuficientes, sobre todo para embarazadas, niños y bebés. En solo una semana, 250 personas han desembarcado de vuelta y a la fuerza en Libia, una muestra más de la negligencia y cinismo deliberados por parte de la UE.

MSF
28/01/2019

Durante las últimas dos semanas y tras varios desembarcos en costas libias, hemos constatado un aumento drástico en el número de personas retenidas en los centros de detención en Misrata y Khoms.

Refugiados, migrantes y solicitantes de asilo, todos ellos en situación de extrema vulnerabilidad, fueron interceptados o rescatados en el mar para ser después devueltos a Libia, violando el derecho humanitaria internacional. La población en los centros de detención en el área pasó de 650, a principios de año, a 930 en la actualidad.

La semana pasada, 106 personas desembarcaron de un barco comercial en Khoms. Tememos que al menos seis personas se ahogaron mientras el grupo se encontraba en el mar. "Al desembarcar, varias personas necesitaban atención médica urgente. Intervinimos para brindarles asistencia médica", explica Julien Raickman, responsable de nuestras actividades en Misrata, Khoms y Bani Walid.

Además, organizamos 10 referencias médicas a un hospital cercano aunque, desgraciadamente y a pesar de nuestra respuesta, un niño de 15 años murió más tarde en el hospital. Un día después, otro grupo de 144 personas, también rescatadas por un barco mercante, desembarcó en Misrata.

Entre las 250 personas que desembarcaron en Misrata y Khoms se encuentran mujeres, algunas embarazadas, bebés y niños menores de 7 años; que fueron trasladados a centros de detención de la zona.

Días antes, otras 117 personas se ahogaron en otro incidente, señalando claramente hacia una negligencia deliberada por parte de las autoridades europeas por proporcionar una capacidad de búsqueda y rescate para salvar vidas en el Mediterráneo central.

Las personas recién desembarcadas en Libia ahora están encerradas en centros de detención superpoblados. Las instalaciones están abrumadas, lo que deteriora aún más -si cabe- las ya precarias condiciones de detención.

Y es que las personas detenidas prácticamente carecen de un espacio al aire libre y tienen un acceso limitado a agua potable y alimentos. La comida es insuficiente y totalmente inadecuada para satisfacer las necesidades nutricionales de personas con enfermedades graves, niños y mujeres embarazadas.

Entre las personas que han desembarcado estos días, hay quienes sufren desnutrición, hipotermia o diarrea severa. Algunos relatan que, antes de intentar cruzar el mar Mediterráneo, los traficantes los habían mantenido cautivos durante semanas, a veces meses, privándoles de alimentos, abusando de ellos y torturándoles de forma sistemática.

“Las personas son devueltas al país del que intentan huir. Están desesperadas. Necesitan ser asistidos y protegidos, no enviados de vuelta a un ciclo de detención”, agrega Julien Raickman.

También aumenta la población en los centros de detención en Trípoli. Casi todos ellos están muy poco aislados contra el frío invernal, lo que provoca más muertes fruto de una exposición prolongada al frío.

En un centro de detención de la capital, hemos observado signos de una pérdida de peso poco saludable entre los detenidos, debido a una ingesta insuficiente de alimentos. Según los representantes de la OMS en Libia, los recientes combates que estallaron en el sur de Trípoli han dejado 14 muertos y 58 heridos.

Atrapados en medio del conflicto

A menudo los civiles han quedado atrapados en la zona de conflicto, entre los que se incluyen unos 228 refugiados, migrantes y solicitantes de asilo recluidos arbitrariamente en el centro de detención de Qasr Bin Gashir, antes ubicado en la línea del frente.

Aquí, los ataques dejaron la bomba de pozo de agua del centro sin electricidad y, a consecuencia, a los detenidos sin agua potable, por lo que respondimos con un suministro de agua de emergencia.

Nuestros equipos médicos han visitado el centro en dos ocasiones en las últimas 48 horas para realizar consultas y proporcionar medicamentos a pacientes con tuberculosis.

Libia no es un lugar seguro para retornar a los refugiados y migrantes: los niveles de violencia a los que están expuestos mientras se encuentran en el país están bien documentados.

"Es de un cinismo extremo que la Unión Europea y sus Estados miembros sigan implementando políticas basadas en la intercepción y el retorno forzado de personas vulnerables para que sean detenidas de nuevo en Libia. A mismo tiempo, continúan obstruyendo deliberadamente los buques de búsqueda y rescate que salvan vidas y que son desesperadamente necesarios en el Mediterráneo central”, asevera Sam Turner, responsable de nuestras operaciones de búsqueda y rescate en Trípoli y el Mediterráneo.