Médicos Sin Fronteras (MSF) dirigimos proyectos a gran escala en la República Democrática del Congo (RDC) para dar respuesta a los devastadores efectos de la violencia y otras emergencias sanitarias, como los brotes de enfermedades y la desnutrición.

  • 2.116.500 consultas externas
  • 2.143.600 vacunaciones contra el sarampión en respuesta a un brote
  • 757.800 casos de malaria tratados
  • 13.600 intervenciones quirúrgicas
  • 10.000 personas atendidas por haber sufrido violencia sexual
  • 19.100 personas con VIH avanzado atendidas por MSF
  • Mapa de proyectos MSF en República Democrática del Congo en 2022

La situación humanitaria se deterioró aún más en RDC el año pasado debido, principalmente, al aumento de los niveles de violencia armada, en particular al resurgimiento del grupo armado M23 en Kivu Norte. La escalada del conflicto y la inseguridad obligaron a casi 600.000 personas a huir de sus hogares en una provincia en la que 1,9 millones de personas ya habían sido desplazadas.

Respuesta a las emergencias relacionadas con la violencia

A lo largo del año, los combates se concentraron en el territorio de Rutshuru, Kivu Norte. Aunque la mayoría de las organizaciones humanitarias abandonaron la zona, MSF mantuvimos nuestras actividades habituales y dimos apoyo a los centros sanitarios de Rutshuru, Binza, Kibirizi y Bambo para proporcionar cuidados intensivos, intervenciones quirúrgicas, nutrición terapéutica y tratamiento a las personas supervivientes de violencia sexual. También organizamos intervenciones de emergencia para las comunidades desplazadas.

  • Consulta médica de MSF en el campo de personas desplazadas de Simbambéli, en Kwamouth.

Por otro lado, además de proporcionar atención médica en clínicas móviles y apoyo a la atención esencial en los centros sanitarios ubicados en los asentamientos de desplazados cercanos, nuestros equipos construyeron letrinas y distribuyeron agua y artículos de primera necesidad, como kits de higiene y de cocina.

Debido a la violencia en Rutshuru, decenas de miles de personas huyeron al vecino territorio de Nyiragongo, cerca de Goma, donde se reunieron en asentamientos informales que carecían por completo de servicios básicos, como refugio, atención médica, alimentos y agua. MSF fuimos una de las primeras organizaciones en lanzar una intervención de emergencia en los asentamientos de Munigi y Kanyaruchinya. Nuestros equipos proporcionaron atención médica general, tratamiento a las víctimas de violencia sexual, derivaciones a hospitales de Goma y también agua potable, y solicitaron reiteradamente a la comunidad humanitaria que apoyara la respuesta.

Cuando en el mes de agosto se reportaron los primeros casos sospechosos de cólera, organizamos una campaña de vacunación oral. Sin embargo, en octubre, cuando se intensificaron los combates en el territorio de Rutshuru, hubo una gran afluencia y no se pudo prevenir un brote de cólera. Durante muchas semanas, nuestros equipos fueron los únicos proveedores de atención médica que respondieron a esta emergencia y crearon centros de tratamiento especializados.

La violencia no se limitó a las zonas directamente afectadas por el resurgimiento de M23. El conflicto estalló en otras zonas de Kivu Norte, como Masisi, y los ataques deliberados contra la población civil continuaron sin cesar en la provincia de Ituri. Aunque la falta de garantías de seguridad para nuestros equipos nos obligó a cerrar nuestros proyectos en Nizi y Bambu, en el territorio de Djugu mantuvimos nuestras actividades en Drodro y alrededores, atendimos a víctimas de la violencia y proporcionamos acceso a la atención médica básica y actividades de agua y saneamiento para las comunidades desplazadas y de acogida.

En otros lugares de la RDC, nuestros equipos dieron apoyo a las personas afectadas por los brotes de violencia en el territorio de Tshikula (Kasaï Central) y en las provincias de Mai-Ndombe y Kwilu, donde una disputa intercomunitaria por la tierra escaló rápidamente. Allí, nuestros equipos organizaron cientos de consultas médicas y derivaron a los heridos graves a la capital, Kinshasa.

  • Estudio de vacunación preventiva contra el cólera en RD Congo

Brotes de enfermedades infecciosas

Aunque el resurgimiento de M23 fue el foco principal de atención pública en RDC en 2022, otra crisis de salud no reportada volvió a ser una de las principales causas de las intervenciones de emergencia de MSF: un nuevo brote de casos de sarampión en todo el país. El sarampión alcanzó niveles epidémicos en casi la mitad de las zonas sanitarias de RDC, y se notificaron oficialmente aproximadamente 150.000 casos y 1.800 muertes.

Nuestros equipos realizaron 45 respuestas específicas contra el sarampión en el país, al mismo tiempo que seguían realizando las actividades habituales de inmunización y atención en nuestros proyectos regulares. En 2022, vacunamos contra el sarampión a más de dos millones de niños.

A lo largo del año, respondimos a otros brotes de enfermedades, como el cólera, en las provincias de Kivu Norte, Kivu Sur y Kasai Oriental, donde tratamos a pacientes y protegimos a decenas de miles de personas mediante la vacunación oral contra el cólera. También ayudamos al Ministerio de Sanidad a dar respuesta a un brote de meningitis en Haut-Uélé y a dos brotes de ébola en las provincias de Equateur y Kivu Norte.

Nuestras actividades habituales de atención médica general y especializada

Además de nuestras respuestas de emergencia, mantuvimos en todo el país nuestras actividades médicas habituales, generales y especializadas, como el tratamiento del VIH y la tuberculosis, la atención sexual y reproductiva, los servicios de aborto seguro, los servicios de salud mental y el apoyo a las personas en situación de vulnerabilidad, como los niños en situación de calle, los reclusos y las persona en situación de prostitución. También apoyamos la construcción y rehabilitación de varios centros sanitarios.

La desnutrición continuó siendo un problema médico importante en varias provincias, por lo que lanzamos intervenciones específicas en Tshopo, Kivu Sur y Haut-Uélé. La malaria también siguió siendo una de las principales enfermedades tratadas por nuestros equipos en el país. En 2022, lanzamos actividades específicas de prevención y tratamiento en Kivu Sur durante la temporada pico, para apoyar a las autoridades sanitarias. También realizamos importantes campañas de fumigación de interior de hogares y actividades de distribución masiva de medicamentos, la última consistió en la distribución de un medicamento quimioprofiláctico contra la malaria, en Angumu, Ituri, para reducir el alto nivel o la prevalencia de la malaria en la zona.

  • Cada día, Muzaliwa Mutcha, trabajador sanitario comunitario de la aldea de Kimbala, visita por la mañana y por la noche los hogares donde sabe que hay personas enfermas.

Mientras tanto, la cantidad de pacientes hospitalizados por violencia sexual se mantuvo notablemente alto en las cinco provincias en las que tenemos proyectos dedicados a las personas supervivientes, a quienes proporcionamos atención médica y psicológica. Como parte de un enfoque innovador para abordar el alto nivel de violencia sexual en Salamabila, nuestros equipos trabajaron con la comunidad para establecer dos “escuelas para maridos”, espacios donde los hombres participan en sesiones de concienciación sobre la violencia sexual. El objetivo es informarlos e influir en ellos de manera positiva, ya que suelen ser los principales responsables de la toma de decisiones en sus hogares y comunidades.

El alcance de las actividades que realizamos en RDC en 2022 refleja una vez más la magnitud de las necesidades médicas y humanitarias en ese país. A fines del año, más de 26 millones de personas necesitaban asistencia y más de 5,7 millones seguían desplazadas, la cifra más alta que se ha registrado en el continente africano.


Este artículo ofrece una visión general de nuestro trabajo en este país entre enero y diciembre de 2022; es un resumen que no puede considerarse exhaustivo. En 2022, contábamos con 2.670 profesionales* y gastamos 113,4 millones de euros en nuestras actividades médico-humanitarias. Trabajamos por primera vez en este país en 1977.

En 2022, MSF España era una de las secciones de MSF con actividades en el país. Si quieres conocer más en profundidad nuestro trabajo allí, consulta nuestro ‘Informe de Operaciones 2022’.

* La cifra de personal equivale al total de puestos a tiempo completo o FTE (del inglés full-time equivalent). Por ejemplo, dos personas a media jornada equivalen a un FTE.