Lanzamos una respuesta de emergencia ante un brote de cólera en Lomera, en Kivu Sur, en República Democrática del Congo, donde una fiebre del oro y la falta de saneamiento propiciaron su rápida propagación. Hemos logrado vacunar a más de 8.000 personas y tratar a 600 pacientes, mientras trabajamos día y noche para brindar atención y mejorar el acceso al agua limpia.

MSF
30/06/2025

Hasta hace poco, Lomera era una tranquila aldea a orillas de un lago, prácticamente desconocida para la mayoría de los habitantes de Kivu Sur, en República Democrática del Congo. Eso cambió de la noche a la mañana en diciembre pasado, cuando se descubrió oro en sus colinas.

La carrera por la fortuna—agravada por la inseguridad económica provocada por los enfrentamientos entre el grupo armado M23/AFC, el ejército congoleño (FARDC) y sus aliados de la milicia Wazalendo—ha convertido a Lomera en un imán para miles de personas que buscan trabajo y seguridad.

 

  • Primero llegó la fiebre del oro, luego el cólera. Intervenimos para controlar un brote de cólera en Lomera.

En menos de un año, la población pasó de 1.500 a más de 12.000 personas. La aldea es ahora un caos de pozos mineros e improvisados refugios.

“Vivimos en condiciones duras y con poco espacio, pero lo soportamos porque necesitamos ganarnos la vida”, cuenta Chiza Blonza, de 45 años, quien dejó su granja en Walungu (a unos 90 kilómetros) para trabajar en las minas.

  • Respuesta de cólera de MSF en Lomera

Cada día llegan más personas, amontonándose en refugios ya superpoblados -a veces hasta 20 en una habitación. Era solo cuestión de tiempo que ocurriera una catástrofe.

“Todo lo que puede propiciar un brote de cólera está aquí”, afirma Mathilde Cilley, responsable médica de nuestro proyecto. “Estamos viendo hacinamiento extremo, casi sin agua limpia, defecación al aire libre en las colinas y una total falta de gestión de residuos”.

  • Primero la fiebre del oro, luego el cólera. Lomera, Kivu Sur

El cólera es endémico en esta parte de RDC y el lago está contaminado con la bacteria, pero una epidemia de esta magnitud no es habitual. Los primeros 13 casos en Lomera se reportaron el 20 de abril. En solo dos semanas, esa cifra aumentó más de un 700%, hasta llegar a 109 casos -una cifra probablemente subestimada-. Hoy, el pueblo representa el 95% de los casos de cólera en la zona de salud de Katana, que cuenta con más de 275.000 habitantes.

MSF fuimos la principal organización internacional en responder, lanzando una intervención de emergencia el 9 de mayo. Nuestros equipos trabajaron sin descanso para contener la epidemia. En solo cuatro días, vacunamos a más de 8.000 personas, aunque debido a la escasez de suministros, solo se administró una dosis en lugar del régimen recomendado de dos.

 

  • Primero la fiebre del oro, luego el cólera. Lomera, Kivu Sur

Más de 600 personas han recibido tratamiento por cólera en una Unidad de Tratamiento de Cólera temporal de 20 camas que instalamos, muchas de ellas en estado crítico.

  • Primero la fiebre del oro, luego el cólera. Lomera, Kivu Sur

“La gran mayoría de nuestros pacientes trabaja en las minas, donde utilizan agua contaminada del lago para separar el oro de la tierra, exponiéndose así a la bacteria”, explica el Dr. Théophile Amani, nuestro médico en Lomera. “El trabajo físico extenuante y los altos niveles de consumo de alcohol hacen que muchos ya estén deshidratados incluso antes de infectarse”.

  • Respuesta de MSF al brote de cólera en Lomera, Kivu Sur.

Tras el tratamiento, los pacientes reciben kits de higiene -cubos, tabletas para purificar agua y jabón- y educación sanitaria esencial de parte de nuestro personal sobre cómo prevenir futuras infecciones.

Bonheur Maganda, un joven de 25 años originario de Kabamba, es uno de ellos. Llegó a trabajar en las minas para mantener a sus hijos y cuenta que muchos de sus compañeros también enfermaron.

Sin MSF, muchos de ellos habrían muerto”, asegura. “La persona de promoción de la salud me explicó la importancia de lavarme las manos con agua limpia y tener cuidado con los alimentos. Compartiré estos consejos con los demás”.

  • Respuesta de MSF al brote de cólera en Lomera, Kivu Sur.

También instalamos una planta de tratamiento de agua junto al lago y un punto de distribución, proporcionando unos 60.000 litros de agua limpia al día. Se construyeron 100 letrinas y 25 puntos de lavado de manos supervisados en todo el asentamiento, incluso en restaurantes y lugares públicos. El rastreo de contactos y el tratamiento preventivo para quienes estuvieron expuestos al cólera han sido fundamentales para contener la propagación.

Nuestra respuesta de emergencia será pronto traspasada a otros actores, pero existe una necesidad urgente de soluciones a largo plazo que garanticen el acceso continuo al agua potable.

 

  • Respuesta de MSF al brote de cólera en Lomera, Kivu Sur.

Sin una inversión significativa en infraestructuras de agua, saneamiento e higiene, es probable que brotes como este sigan ocurriendo regularmente”, advierte Muriel Boursier, nuestra coordinadora general en Bukavu. “Actualmente, el pozo más cercano está a tres kilómetros. Los socios internacionales y las autoridades locales deben tomar medidas e implementar soluciones sostenibles”.

Dado el flujo constante de personas que entran y salen del pueblo, también serán necesarias más dosis de vacunas para proteger a la población.

  • Respuesta de MSF al brote de cólera en Lomera, Kivu Sur.

“Kivu Sur—y el este de RDC en general—enfrentan enormes obstáculos logísticos para hacer llegar suministros médicos esenciales, como vacunas, medicamentos y equipos, a donde más se necesitan”, afirma Muriel Boursier.

“Si bien la inseguridad es un factor, el cierre de los aeropuertos de Bukavu y Goma ha tenido un impacto aún mayor, limitando gravemente nuestra capacidad de entregar ayuda vital. Además, los recortes internacionales en la financiación humanitaria han restringido la disponibilidad de suministros médicos. Pedimos a las autoridades y a los socios internacionales que hagan todo lo posible para restablecer el acceso y apoyar la respuesta sanitaria ante la amplia gama de emergencias de salud que afectan a la región”.

Responder a los brotes de cólera sigue siendo una prioridad central para nuestra organización en República Democrática del Congo. Solo en 2024, nuestros equipos han tratado más de 15.000 casos de cólera en todo el país, trabajando junto a las autoridades de salud locales y las comunidades para salvar vidas y frenar la propagación de la enfermedad.