Alfonso Bauluz: “Los periodistas palestinos nos han dado una lección de periodismo brutal a un coste humano tremendo”
Hablamos con Alfonso Bauluz, presidente de Reporteros Sin Fronteras España, sobre periodismo en Gaza, donde cerca de 250 periodistas palestinos fueron asesinados por el Ejército de Israel entre octubre de 2023 y agosto de 2025*.
(Madrid, 1965, aunque se declara asturiano: “Cada uno es de donde se cría”). Licenciado en Periodismo, lleva casi toda su vida profesional ligado a la agencia de noticias EFE. En este medio ha pasado por sucesos, justicia, tribunales, migración, economía, abrió la oficina de Guinea Ecuatorial y fue corresponsal en Tailandia. También fue corresponsal de Antena 3 en México. Ha cubierto como enviado especial la guerra de Irak, la primavera árabe en Argelia o la caída de Gadafi, entre otros.
En la actualidad, compagina su trabajo como editor jefe de internacional de EFE con el de profesor en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Desde 2022, es presidente de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en España.
¿Qué significa la muerte de un periodista? La cifra de profesionales muertos en Gaza, según el proyecto Costs of War, supera el número de periodistas que perdieron la vida en las dos guerras mundiales y en los conflictos de Vietnam, Yugoslavia y Afganistán juntos.
El asesinato de un periodista supone una tragedia para la familia, para el medio y para aquellos que le acompañan en su carrera. En el caso de Gaza, como en otros muchos lugares —pero en este de una manera mucho más encarnizada—, es un intento de silenciar a los testigos para que la opinión pública internacional no sepa lo que pasa.
La prohibición del acceso a la prensa internacional es el complemento perfecto a esa política de ejecución a sangre fría. Es un patrón que no es nuevo, el antecedente más inmediato, anterior al 7 de octubre, fue el asesinato de Abu Akleh.
Son ejecuciones porque sabemos perfectamente que tienen identificadas las residencias de los periodistas con sus familias. La investigación que hizo RSF en el sur de Líbano concluyó que había habido un sobrevuelo previo [sobre un equipo de periodistas], que fueron identificados y se atacó, como ya es una costumbre que forma parte de la doctrina militar, los puntos de emisión en directo para controlar el relato.
Partimos de algo que hoy se ve ratificado por el informe de la Comisión Independiente de Naciones Unidas, que cuando se ataca a civiles desarmados que no suponen una amenaza es un crimen de guerra, por tanto es un asesinato.
Has declarado que el patrón de ataques contra los periodistas en Gaza revela una doctrina política y militar que legitima el asesinato y socava el derecho internacional.
Hay una doctrina militar que considera que los medios de comunicación y los instrumentos y las herramientas que manejan son objetivo militar legítimo en tanto que cohesionan al enemigo. Obviamente, los medios no tienen como fundamento ni como preocupación ni como objetivo cohesionar la oposición. Esta interpretación no se compadece con el derecho internacional. Lo comprobamos en los ataques a Reuters y Al Jazeera en Bagdad y a los puntos de emisión en directo de Al Jazeera en Líbano y en Gaza y, por supuesto, en el último episodio en el Hospital Nasser.
¿Es posible mejorar la seguridad de los periodistas que trabajan en los conflictos armados?
Solo hay una fórmula y es acabar con la impunidad. Colaboramos en procesos formativos, concienciamos para que contraten seguros (inalcanzables para muchos), [incidimos en la necesidad] de los sistemas de comunicación, las medidas de prevención, el apoyo y el respaldo de los medios.
Tratamos de aportar formación, sensibilización, denuncia, pero la realidad es que la impunidad es la que hace que sigan, sistemáticamente, siendo asesinados los periodistas en zonas de conflicto armado, de conflicto latente, de conflicto no declarado, en países totalitarios, e incluso en algunas democracias en decadencia.
¿Qué supone la no presencia de medios internacionales en Gaza?
Supone una declaración de intenciones clara de silenciar lo que ocurre y unos hechos militares que no se interpretan de acuerdo con las normas de la guerra. En este caso hay que reconocer que, probablemente, la prensa internacional tampoco hubiera tenido mucha capacidad de resistencia dado cómo está Israel haciendo la guerra.
En Palestina había muchos periodistas porque siempre ha sido un lugar de gran interés para la prensa. Siempre ha habido muchos profesionales con muy largas trayectorias con medios internacionales con estándares exigentes. En cualquier caso, lo que nos ha demostrado es el compromiso de los palestinos que han dado una lección de periodismo brutal. A un coste humano tremendo, a un coste familiar inasumible.
¿Crees que de haber prensa internacional la guerra se habría desarrollado de otra forma?
Si hubiera periodistas norteamericanos, sí. Te pondría el ejemplo de cómo la Administración de George Bush hijo convenció a los grandes medios estadounidenses para que retiraran a los periodistas estadounidenses [de Irak]. ¿La razón? El asesinato de periodistas de The New York Times o de CNN tiene otras repercusiones que, por nuestro racismo, no ocurren si son palestinos. Solo imaginarnos que hubiera 250 periodistas estadounidenses asesinados por el Gobierno israelí, no sé lo que estaríamos escuchando de Israel. Pero como son palestinos parece que no importa.
El ataque de doble impacto en el Hospital Nasser terminó con la vida de 20 personas, entre personal médico y de defensa civil, pacientes y periodistas.
Hablando de Irak, todos recordamos cómo se colocaba un coche bomba, hacía explosión y cuando iban los sanitarios y equipos de emergencia, los cuerpos de seguridad y periodistas, volvía a haber otra explosión y a eso se le llamaba terrorismo.
RSF ha presentado varias denuncias ante la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra contra periodistas por parte de Israel y Hamás.
Nuestra obligación es poner en conocimiento de la autoridad judicial competente en tanto en cuanto Palestina es signataria del Tratado de Roma de estos ataques a los periodistas. Lo que queremos es que se siente precedente. Es verdad que ya hemos visto las amenazas de Estados Unidos, de Israel y de otros países coaligados con Israel, pero pretendemos acabar con la impunidad, ese es el objetivo más importante.
¿Hay relación entre el asesinato de periodistas y de trabajadores humanitarios?
El ataque sistemático al personal sanitario no es nuevo, viene ocurriendo desde hace años en toda Palestina. Atacan los hospitales porque, si esas personas no mueren, su agonía produce más desgaste, más angustia, más terror, muchísimo más dolor y es una manera cruel de persuadir a los palestinos para que abandonen su territorio. Al igual que se destruyen mezquitas, universidades, bibliotecas, todo lo que tenga que ver con la presencia social, cultural religiosa, de esa comunidad.
¿Cómo calificaríais desde RSF la reacción de la UE y de la mayor parte de sus estados miembros?
Desde el punto de vista de RSF, como irresponsables; desde el punto de vista de Alfonso Bauluz, como cómplices. La Comisión Internacional Independiente lo deja perfectamente claro en su dictamen. Aquellos gobiernos que no se aseguran de contribuir a evitar lo que está ocurriendo son cómplices porque lo están facilitando. Pongo por delante de todos a Alemania.
“Si el Ejército israelí sigue asesinando periodistas a este ritmo, pronto no quedará ninguno en Gaza para informarte”. Más de 250 medios de todo el mundo se han sumado a la campaña de RSF. ¿Qué reivindicáis con esta movilización?
Queríamos que las empresas informativas incorporaran en sus planteamientos editoriales un mensaje fuerte. Los hechos se califican solos, y ya hay entidades cualificadas con perfecto conocimiento acerca de lo que constituye un genocidio o una limpieza étnica. Nosotros les invitamos a hacer un apagón informativo: portadas a negro, silencio en las radios…
En España ha sido un éxito y creo que es un fiel reflejo de cómo percibe la opinión pública española [esta guerra]. Los profesionales respondieron a la invitación que les hicimos a las organizaciones, sindicatos, comités, consejos de redacción.
Israel es un país que tiene unas dotes propagandísticas excelentes, pero en esta ocasión la propaganda no es capaz de conseguir lo que se propone.
En vuestro informe sobre la libertad de prensa en el mundo afirmáis que las condiciones para ejercer el periodismo son “malas” en la mitad de los países que analizáis.
Prefiero poner el foco en cómo llegan los mensajes a las audiencias. ¿Tiene acceso a una información veraz la opinión pública o no? Para mí eso es lo relevante. Más del 80% de la publicidad digital la captan dos monstruos como Meta y Alphabet. Al caer las ventas de manera brutal y la publicidad, el modelo de negocio (con independencia de la línea editorial) se ha ido al garete. Medios que, económicamente, no tienen capacidad para remunerar a sus periodistas o a sus colaboradores, eso se traduce en condiciones de precariedad para los profesionales que son más maleables.
Son los ciudadanos quienes tienen que sostener los medios. Es lo único que garantiza que existan y que trabajen de manera independiente. Si los ciudadanos no sostienen los medios, estos desaparecen. Una información poco fiable, lo único que conduce es a errores y a falta de criterio.
Los grandes medios han reducido su inversión en corresponsalías y enviados especiales, ¿por qué?
No creo que en los años 80 trabajando con el télex se trabajara mejor. La realidad es que hay mucho más acceso a información hoy en día y mucha más capacidad para difundirla. Antes [los medios] tenían el 60 al 70% de sus necesidades informativas cubiertas con un par de agencias internacionales. ¿Qué ha pasado? Que, por ejemplo, por ver el caso de AP, que ha perdido centenares y centenares de los más de 2.000 periódicos que tenía como socios.
La capacidad de cobrar ha caído exponencialmente y aunque los gastos se hayan aligerado (los de producción), esa reducción no ha compensado la pérdida del ingreso publicitario con el que los clientes pagaban buenos servicios de agencias internacionales o sostenían su propia red de corresponsales.
La información está, lo que existe ahora es la necesidad cada vez mayor de ir a contrastarla sobre el terreno, pero porque antes hubiera cinco enviados especiales de grandes periódicos eso no hacía que conociéramos mejor el mundo. Yo creo que es una falacia y una falta de respeto al trabajo que hacen los periodistas locales de muchos países.
*Entrevista realizada el 16 de septiembre de 2025.
En otras palabras
-
Alfonso Bauluz: “Los periodistas palestinos nos han dado una lección de periodismo brutal a un coste humano tremendo”
-
Marcel Barrena: “La historia de la humanidad es una historia de migración”
-
Octavi Pujades: “Vivimos en una sociedad en la que damos muchas cosas por sentado”
-
José Luis Sastre: “No hemos perdido ni la capacidad de conmovernos, ni la humanidad”