Crisis nutricional en el norte de Nigeria: registramos 652 niños y niñas fallecidos en nuestras instalaciones durante los 6 primeros meses del año
La situación, que ya era desesperada en los años anteriores, se ha visto enormemente agravada por la falta de financiación internacional y por el cierre de programas de otras organizaciones humanitarias. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha anunciado que se verá obligado a suspender toda la ayuda alimentaria y nutricional de emergencia para 1,3 millones de personas en el noreste de Nigeria a finales de julio debido a "una escasez crítica de fondos".

La alarmante crisis de desnutrición que afronta el norte de Nigeria podría agravarse aún más en las próximas semanas si continúan cerrándose los programas de otras organizaciones internacionales y no se toman las medidas oportunas.
En el estado de Katsina, donde estamos presentes desde 2021, nuestros equipos están viendo un número cada vez mayor de niños y niñas con desnutrición en sus programas ambulatorios. Y en los hospitales, donde se están registrando unas tasas de mortalidad cada vez más elevadas, hemos constatado que los menores ingresan con cuadros cada vez más graves. Ante esta situación, y en colaboración con las autoridades locales, hemos iniciado la distribución preventiva de suplementos nutricionales para 66.000 niños y niñas en el área de gobierno local de Mashi. "En el contexto de recortes tan drásticos de la financiación internacional en el que nos encontramos, la necesidad de prevenir y tratar la desnutrición en el norte de Nigeria es enorme, y se requiere una movilización urgente", afirma Ahmed Aldikhari, nuestro representante institucional en Nigeria.
Desde el comienzo del año hasta finales de junio de 2025, casi 70.000 menores con desnutrición ya habían recibido atención médica por parte de nuestros equipos en el estado de Katsina, de los cuales cerca de 10.000 tuvieron que ser hospitalizados en estado grave. Sin tener en cuenta los nuevos centros de salud hemos abierto en el último año en este estado y solo tomando como referencia los que ya existían a principios de 2024, el aumento en el número de pacientes en 2025 es de aproximadamente un tercio del total respecto al año anterior.
Además, entre enero y junio de 2025, el número de niños y niñas con desnutrición con edema nutricional -la forma más grave y letal de desnutrición- aumentó un 208% en comparación con el mismo periodo de 2024. Lamentablemente, 652 menores han muerto ya en nuestras instalaciones desde comienzos de 2025 debido a la falta de acceso adecuado a la atención médica. Muchos, cuando llegan a nuestras instalaciones, lo hacen cuando ya es demasiado tarde para ellos.
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Las madres, niños y niñas asisten a las sesiones de sensibilización sobre la promoción de la salud nutricional que se imparten en el centro de alimentación para pacientes hospitalizados de la ciudad de Katsina. Nuestro personal utiliza juguetes, canciones y aplausos para que las sesiones resulten más atractivas para los niños. © Zoe Bennell/MSF
Un signo preocupante de la creciente gravedad de esta emergencia de salud pública es que también se están viendo afectados adultos, -especialmente mujeres, incluidas embarazadas y lactantes-. Un cribado realizado en julio en cinco centros de salud del estado de Katsina a 750 madres de pacientes con desnutrición reveló que más de la mitad sufrían desnutrición aguda, incluyendo un 13% con desnutrición aguda grave.
Para hacer frente al enorme número de niños y niñas que se espera para finales de la temporada de escasez de alimentos, en octubre, hemos redoblado nuestro apoyo a las autoridades locales en varios estados del norte de Nigeria. En el estado de Katsina, por ejemplo, hemos abierto un nuevo centro de alimentación terapéutica ambulatoria (ATFC) en Mashi y un centro adicional de alimentación terapéutica con hospitalización (ITFC) en Turai, con un total de 900 camas en los dos hospitales apoyados por la organización.
“El año 2024 marcó un punto de inflexión en la crisis nutricional del norte de Nigeria, con un aumento del 25% de pacientes respecto al año anterior. Pero la magnitud real de la crisis supera todas las previsiones”, explica Ahmed Aldikhari.
Nigeria está viviendo actualmente recortes presupuestarios masivos, especialmente por parte de Estados Unidos, el Reino Unido y otros países europeos, lo que está causando un fuerte impacto en el tratamiento de las niñas y los niños desnutridos.
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Musiaba Gidado sostiene a su bebé Fátima, que se está recuperando en el centro de alimentación para pacientes hospitalizados de la ciudad de Katsina. Fátima padece desnutrición grave y complicaciones como edema, lo que le ha provocado hinchazón en la cara y las piernas y mucho dolor. © Zoe Bennell/MSF
Para terminar de agravar la situación, a principios de la semana pasada, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció que a finales de este mes de julio se verá obligado a suspender toda la ayuda alimentaria y nutricional de emergencia para 1,3 millones de personas en el noreste de Nigeria debido a "una escasez crítica de fondos".
“Al mismo tiempo, observamos necesidades crecientes, como en el estado de Katsina, donde cada vez más personas ya no pueden permitirse comprar comida, aunque esté disponible en los mercados”, añadió Aldikhari.
Una encuesta de seguridad alimentaria realizada por organizaciones humanitarias en el área de gobierno local de Kaita (en el estado de Katsina) reveló que más del 90% de los hogares habían reducido el número de comidas que consumen al día. Lo más preocupante es que la encuesta fue llevada a cabo antes del inicio de la temporada de escasez, a comienzos de este 2025.
En todo el norte, otros factores que hacen más acuciante la crisis de desnutrición incluyen brotes de enfermedades agravados por la baja cobertura vacunal, la limitada disponibilidad y accesibilidad de los servicios básicos de salud y otros factores socioeconómicos que se ven complicados por la inseguridad y la violencia.
“Lo primero que hay que hacer para reducir el riesgo de muerte inmediata por desnutrición es garantizar que las familias tengan acceso a alimentos”.
Emmanuel Berbain, referente nutricional de MSF en Katsina, Nigeria
“Lo primero que hay que hacer para reducir el riesgo de muerte inmediata por desnutrición es garantizar que las familias tengan acceso a alimentos”, dice Emmanuel Berbain, nuestro referente nutricional. “Esto se puede hacer mediante distribuciones masivas de alimentos o suplementos nutricionales, como estamos haciendo actualmente en el área de Mashi, o a través de transferencias de efectivo, cuando y donde sea posible”.
También debe ampliarse la capacidad de atención y tratamiento de los niños con desnutrición, tanto aumentando el número de camas en las instalaciones sanitarias como garantizando la financiación y el acceso a alimentos terapéuticos listos para usar (RUTF). Estas acciones deben priorizarse en las zonas donde las necesidades -es decir, el número de menores desnutridos- son más elevadas.
Las personas mayores de 5 años, que también se ven cada vez más afectadas por la desnutrición, pero que actualmente no están cubiertas por ningún tipo de asistencia, también deberían incluirse en los programas de prevención.
El 8 de julio, el vicepresidente de Nigeria, Kashim Shettima, dio la voz de alarma públicamente sobre la magnitud de la desnutrición en el país, advirtiendo que priva a casi el 40% de los menores de 5 años de desarrollar plenamente su potencial físico y cognitivo. Describió la situación como una emergencia nacional que requiere una acción urgente y colectiva.
En 2024, tratamos a más de 300.000 niños y niñas con desnutrición en siete estados del norte del país, lo que supone un aumento del 25% con respecto a 2023. Solo en el noroeste, donde luchamos contra la desnutrición en los estados de Sokoto, Kebbi, Katsina y Zamfara, ya hemos tratado a casi 100.000 menores con desnutrición aguda grave y moderada en centros ambulatorios durante los primeros seis meses de 2025, y han hospitalizado a unos 25.000 niños y niñas más que se encontraban en situación más grave.
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