Debe detenerse el plan para desmantelar el programa estadounidense que lucha contra el VIH a nivel mundial

El cierre de PEPFAR provocará millones de muertes evitables. Desde enero, ya se nota una reducción drástica del alcance de su labor en áreas clave de prevención, tratamiento, atención y apoyo frente al VIH. Como resultado, los grupos vulnerables -incluidas las comunidades LGBTQI+ y las trabajadoras y trabajadores sexuales- ya no tienen acceso a la profilaxis previa a la exposición (PrEP), una herramienta clave para acabar con la epidemia.

MSF
28/07/2025
Medicamentos antirretrovirales proporcionados a pacientes con VIH en la clínica de MSF en Nanga, Macomia, en Cabo Delgado.

Un reciente reportaje sobre los planes del Departamento de Estado de EE. UU. para desmantelar PEPFAR, el programa federal estadounidense para combatir el VIH a nivel mundial es extremadamente alarmante para millones de personas y profesionales sanitarios que dependen de este programa para acceder a medicamentos, prevención y apoyo contra el VIH.

“La semana pasada respiramos aliviados cuando el Congreso intervino y salvó a PEPFAR de sufrir los peores recortes en la ayuda exterior”, explica la Dra. Carrie Teicher, directora de nuestros programas en EE. UU. “Ahora está claro que la Administración probablemente tomará un rumbo igual de irresponsable e inhumano al cerrar PEPFAR, uno de los programas de salud global más exitosos y que más vidas ha salvado en la historia de Estados Unidos”.

MSF hacemos un llamado al Congreso para que garantice la financiación de toda la gama de servicios de PEPFAR en el presupuesto del próximo año y apruebe una reautorización a largo plazo del programa.

PEPFAR, el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA, es un programa histórico del gobierno estadounidense que permitió llevar medicamentos antirretrovirales antes inasequibles e inaccesibles a personas de todo el mundo. Cambió el rumbo de la pandemia y se le atribuye haber salvado 26 millones de vidas desde su creación en 2003 bajo la administración de George W. Bush. Desde entonces, ha contado con apoyo bipartidista en el Congreso y amplio respaldo público.

  • María Atonio, paciente seropositiva, en la clínica MSF de Nanga. Macomia, Cabo Delgado.

Actualmente, PEPFAR proporciona tratamiento a dos tercios de todos los pacientes con VIH en 50 países y financia programas de prevención para grupos vulnerables en contextos de alta prevalencia.

El plan, reportado por el diario The New York Times, detalla las intenciones de la Administración de "transicionar" a los países fuera de PEPFAR, en algunos casos en un plazo de dos años, y transformar el programa de uno que salva vidas a uno que “[detecte] brotes que podrían amenazar a EE. UU. y [cree] nuevos mercados para medicamentos y tecnologías estadounidenses”.

“Estos plazos son inviables dados los problemas sanitarios y económicos en curso en muchos países fuertemente afectados por el VIH y el tiempo que lleva preparar cambios tan significativos en los sistemas de salud nacionales”, explicó Teicher. “El plan de desmantelar PEPFAR para centrarse únicamente en amenazas infecciosas y oportunidades económicas para la industria farmacéutica estadounidense es parte de un enfoque negligente hacia la salud global que pone a más personas en riesgo. Si el gobierno de EE. UU. realmente quisiera mejorar la seguridad sanitaria mundial, no estaría recortando acciones clave ni abandonando a socios globales como la OMS y Gavi”.

El alcance del trabajo de PEPFAR se ha reducido drásticamente desde enero, cuando el Departamento de Estado limitó su labor en áreas clave de prevención, tratamiento, atención y apoyo frente al VIH. Como resultado, los grupos vulnerables -incluidas las comunidades LGBTQI+ y las trabajadoras y trabajadores sexuales- ya no tienen acceso a la profilaxis previa a la exposición (PrEP), una herramienta clave para acabar con la epidemia. Se han eliminado intervenciones específicas para adolescentes y mujeres jóvenes en países con alta prevalencia, y los programas de seguimiento liderados por comunidades ya no cuentan con apoyo.

“El gobierno de EE. UU. ha eliminado fondos para áreas esenciales de prevención, tratamiento y apoyo frente al VIH, y propone plazos imposibles para cortar completamente a los países de PEPFAR, mientras al mismo tiempo retira recursos de otras áreas relacionadas con la salud global”, advierte Teicher.

“Esto es una receta para epidemias y brotes fuera de control”, dijo Teicher. “No hace que la población estadounidense ni ninguna otra esté más segura, y no nos acerca en nada al objetivo de acabar con la epidemia mundial de VIH”.

MSF estuvimos en la primera línea de la epidemia mundial de VIH cuando el acceso a antirretrovirales se limitaba a los países ricos. Antes de PEPFAR, nuestro personal se veía obligados a introducir clandestinamente estos medicamentos en países como Sudáfrica para sortear los monopolios que permitían a las farmacéuticas restringir el acceso solo a pacientes adinerados en países de altos ingresos. El liderazgo global que en su momento demostró el gobierno de EE. UU. a través de PEPFAR fue crucial para sacar al mundo de una crisis y trazar un camino más equitativo y humano para acabar con la epidemia.

“La destrucción propuesta de la misión central de PEPFAR amenaza con deshacer décadas de avances, condenando a millones de personas vulnerables en todo el mundo a un sufrimiento y una muerte innecesarios”, concluye Teicher.