Más de 100.000 personas desplazadas por la violencia en el norte de Mozambique se quedan sin asistencia adecuada

Tras una nueva ola de ataques en la provincia de Nampula, más de 100.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en el norte de Mozambique. Mientras muchas familias desplazadas sobreviven en condiciones extremas y sin garantías de seguridad, hemos puesto en marcha una intervención de emergencia en el distrito de Eráti para atender necesidades médicas y humanitarias urgentes allí donde las personas se han visto forzadas a refugiarse.

MSF
17/12/2025
Intervención de emergencia en Nampula, Mozambique

Para responder a las necesidades de las más de 100.000 personas que se vieron obligadas a huir de sus hogares en el norte de Mozambique hace unas semanas, hemos lanzado una intervención de emergencia en la provincia de Nampula. Desde el 4 de diciembre, nuestros equipos han brindado atención médica y servicios esenciales en las zonas del distrito de Eráti con la mayor concentración de familias desplazadas.

Durante el mes de noviembre, un grupo armado no estatal llevó a cabo múltiples ataques en la provincia de Nampula, lo que desencadenó la tercera y, hasta la fecha, mayor ola de desplazamientos en el norte de Mozambique desde julio de 2025. Esta ola de desplazamientos forma parte de una crisis humanitaria más amplia causada por el conflicto de ocho años en Cabo Delgado, que se ha extendido periódicamente a las provincias vecinas, incluida Nampula. Más de 100.000 personas huyeron de sus hogares en Nampula, según los últimos datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). En total, unas 300.000 personas han sido desplazadas forzosamente en el norte de Mozambique desde julio.

Si bien algunas familias desplazadas han comenzado a regresar a sus lugares de origen, estos movimientos no siempre se deben a una verdadera seguridad o preparación. En ciertos casos, las personas toman la difícil decisión de regresar, influenciadas por la perspectiva de recibir asistencia.

“Explicaron que el apoyo solo se brindaría en las zonas de origen”, dice José Maurício Alige, desplazado de Mazua. “Pero la gente tiene miedo de regresar. Todavía llevan la pesadilla en sus corazones”.

  • Intervención de emergencia en Nampula, Mozambique

Algunas personas se suben a vehículos que las llevan de regreso a sus aldeas para recibir ayuda, solo para volver nuevamente después a Alua Sede y Alua Velha, las zonas donde se concentran los desplazados. Otras prefieren permanecer en los campamentos de desplazados a pesar de las terribles condiciones de vida, exponiendo como razones para ello la persistente inseguridad, la destrucción de viviendas y la pérdida de medios de vida. “Es mejor quedarse aquí y pasar hambre que regresar”, dice Carita Varine, quien huyó de los repetidos ataques en el distrito de Memba.

Este enfoque de distribución de ayuda deja a las personas sin asistencia en su punto más vulnerable, exponiéndolas a mayores daños y socavando los principios de una respuesta humanitaria neutral y basada en las necesidades.

Ofrecemos consultas médicas, servicios de maternidad, apoyo nutricional y asesoramiento psicosocial en Alua Velha, Alua Sede y Miliva. En cuanto a las afecciones de salud, la malaria sigue siendo la principal causa de consultas, seguida de las enfermedades diarreicas agudas, las infecciones respiratorias y las enfermedades cutáneas. En colaboración con el Ministerio de Salud, también apoyamos campañas de vacunación para proteger a las familias desplazadas de enfermedades prevenibles.

“Entre el 4 y el 15 de diciembre, hemos realizado más de 860 consultas médicas”, afirma Emerson Finiosse, uno de nuestros médicos. “Existe una alta prevalencia de malaria, con más del 30% de casos positivos entre las personas a las que estamos atendiendo”.

“Además, muchas mujeres que acuden a nuestras clínicas móviles para consultas prenatales reciben este servicio por primera vez, lo que significa que nunca antes habían iniciado este importante proceso”, añade Finiosse. “Este es un indicador preocupante del estado del sistema de salud, incluso antes de que se produzcan desplazamientos repentinos”.

  • Campo de personas desplazadas de Mueda, Cabo Delgado, Mozambique

La actual temporada de lluvias intensifica la preocupación por la salud pública; de hecho, ya hay un brote de cólera confirmado en los distritos de Eráti y Memba. En respuesta a las necesidades críticas de agua y saneamiento, estamos construyendo letrinas y puntos de agua de emergencia. Además, hemos rehabilitado un pozo en desuso en Miliva, garantizando así agua potable a la comunidad. Se han instalado 12 nuevos grifos de agua en Alua Sede, con capacidad para dar suministro a 1.800 personas al día.

Las precarias condiciones de vida y saneamiento, tanto en los refugios temporales como en las viviendas de las familias de acogida, plantean problemas de salud y protección. La falta de alojamiento adecuado obliga a muchas personas desplazadas, la mayoría niños y niñas, a dormir al aire libre o en instalaciones informales, exponiéndolas a las inclemencias del tiempo y a enfermedades.

El acceso a alimentos es una de las necesidades más apremiantes. Nuestros equipos son testigos de los desafíos que enfrentan las personas desplazadas y de la creciente presión sobre las comunidades de acogida, lo que pone de relieve la urgente necesidad de una asistencia humanitaria transparente, neutral y adaptada a las necesidades, que se preste allí donde se encuentran.

Hemos lanzado una intervención de emergencia de tres meses en el distrito de Eráti, provincia de Nampula, para abordar las crecientes necesidades humanitarias y médicas de la población. Seguimos prestando servicios sanitarios vitales a las comunidades de acogida y a las personas que se enfrentan a la violencia y el desplazamiento en el norte de Mozambique.

MSF en Cabo Delgado

En Cabo Delgado, gestionamos proyectos en los distritos Mocímboa da Praia, Macomia y Palma, y ​​apoyamos la respuesta a un brote de cólera en Nanlia. Damos consultas externas generales, atención de urgencia, servicios de maternidad y pediatría, tratamiento para el VIH y la tuberculosis, y apoyo psicosocial y de salud mental. En el primer semestre de 2025, realizamos cerca de 100.000 consultas ambulatorias y realizamos actividades grupales de salud mental para más de 35.000 personas. Gestionamos clínicas móviles y actividades de divulgación, derivamos pacientes a centros de salud y apoyamos a centros médicos y hospitales en colaboración con el Ministerio de Salud.