El plan de EE. UU. para destruir anticonceptivos por 9,7 millones de dólares es injustificable

Condenamos la decisión de destruir estos suministros médicos esenciales, que tendrá consecuencias devastadoras en mujeres y niñas de todo el mundo.

MSF
28/07/2025
Aborto seguro en Beira, Mozambique

El plan del gobierno de Estados Unidos para destruir anticonceptivos por valor de 9,7 millones de dólares es un acto insensible y un desperdicio que pone en riesgo la salud y la vida de mujeres y niñas. Según reportes de medios, estos suministros ya estaban adquiridos y listos para ser enviados a regiones frágiles o afectadas por conflictos.

“Los anticonceptivos son productos de salud esenciales y que salvan vidas”, subraya Avril Benoît, nuestra directora ejecutiva en EE. UU. “MSF ha comprobado de primera mano los beneficios cuando mujeres y niñas pueden tomar libremente decisiones sobre su salud al elegir prevenir o retrasar un embarazo, y las consecuencias peligrosas cuando no pueden hacerlo. La decisión del gobierno de EE. UU. de incinerar anticonceptivos por millones de dólares es un acto intencionadamente irresponsable y dañino contra mujeres y niñas de todo el mundo”.

Los anticonceptivos -incluidos implantes, pastillas anticonceptivas, inyecciones e dispositivos intrauterinos (DIU)- fueron adquiridos con dinero de los contribuyentes estadounidenses para los programas de planificación familiar y salud reproductiva de USAID, que fueron suspendidos tras la decisión del gobierno estadounidense de retirar su financiamiento a comienzos de este año. 

Nuestros equipos están preocupados por la escasez de estos insumos. En las comunidades a las que atendemos -afectadas por conflictos, brotes epidémicos, desastres naturales o humanos, o exclusión del sistema de salud- el acceso a anticonceptivos ya es limitado. Los contextos que antes dependían del suministro financiado por USAID están ahora en mayor riesgo de interrupciones en la cadena de suministro y desabastecimiento.

Según los reportes, los anticonceptivos almacenados en Bélgica serán destruidos a finales de julio, a pesar de que aún están en buen estado y dentro de su fecha de caducidad. La fecha de expiración más próxima es en 2027, y muchos de ellos no vencerán hasta 2031.

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Anticonceptivos atascados en la cadena de suministro

Se estima que anticonceptivos por un valor de 40 millones de dólares están retenidos en distintos puntos de la cadena mundial de suministro sanitario. Los informes también indican que hay otro almacén con anticonceptivos adquiridos por USAID en Emiratos Árabes Unidos, pero se desconoce cuál es el plan del gobierno estadounidense para estos suministros. MSF exigimos transparencia al gobierno de EE. UU. sobre el alcance y naturaleza de estos productos almacenados, originalmente destinados a contextos de salud y asistencia humanitaria global, así como sobre los que podrían ser destruidos, y los criterios utilizados para justificar su eliminación.

“El acceso a anticonceptivos es crucial para la salud, la autonomía y la autodeterminación de mujeres y niñas. No podemos minimizar su importancia”, afirma Rachel Milkovich, especialista en políticas e incidencia de MSF EE. UU. “Debemos recordar que estos anticonceptivos tenían un destino previsto. Mujeres y niñas esperaban poder utilizarlos. Es inconcebible pensar que estos productos sanitarios serán incinerados cuando existe una demanda global tan urgente”.

La inminente destrucción de estos anticonceptivos es el último de una serie de actos del gobierno de EE. UU. que agravan una emergencia sanitaria mundial causada por la suspensión repentina de miles de millones de dólares en asistencia internacional a principios de este año.

Este mismo mes, el gobierno estadounidense decidió incinerar 500 toneladas de ayuda alimentaria de emergencia, que expiraron debido a su negativa a autorizar la entrega durante varios meses. Esta destrucción de alimentos ocurre mientras niños y niñas mueren de desnutrición en Sudán, Gaza y muchos otros países. El gobierno de EE. UU. también permitió que caducaran cerca de 800.000 vacunas contra la mpox, ya comprometidas con otros países, mientras los casos siguen aumentando a nivel global.

“El gobierno de EE. UU. ha creado este problema”, afirma Benoît. “Destruir insumos médicos valiosos, ya pagados por los contribuyentes, no ayuda a combatir el despilfarro ni a mejorar la eficiencia. Esta administración está dispuesta a dejar que se pudra la ayuda alimentaria y a quemar anticonceptivos, poniendo en riesgo la salud y la vida de las personas para impulsar una agenda política”.

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Más de 150.000 dólares para destruirlos, pese a ofertas de compra

Los informes estiman que destruir los anticonceptivos costará al menos 167.000 dólares adicionales, debido al traslado del almacén en Bélgica a una planta de incineración especializada en Francia. Dado que muchos de estos productos contienen hormonas activas, deben ser incinerados dos veces para garantizar su destrucción segura. Este no es un uso eficiente ni responsable de los fondos públicos.

Otras organizaciones, como MSI Reproductive Choices y sus socios, ofrecieron cubrir los costes de envío y distribución de estos productos, pero el gobierno estadounidense rechazó dichas ofertas. MSF estamos comprometidos a ayudar a identificar alternativas viables e innovadoras para evitar la quema y destrucción de estos suministros anticonceptivos. En última instancia, lo más sensato sería hacerlos llegar lo antes posible a los Ministerios de Salud de los países que los necesitan.

MSF no aceptamos financiación del gobierno estadounidense, pero en muchos países nuestros equipos participan en la etapa final de administración de anticonceptivos que han sido entregados a los Ministerios de Salud. La escasez de estos suministros en los almacenes estatales generará vacíos que MSF no podremos cubrir.

“No hay ninguna excusa para destruir estos anticonceptivos”, dice Benoît. “La realidad es que podrían ser utilizados por personal sanitario de todo el mundo, especialmente en lugares que antes dependían de los programas de USAID y que ahora enfrentan graves carencias de servicios por la drástica reducción de la ayuda exterior estadounidense y el cierre de la agencia”.

La retirada del financiamiento a los programas de planificación familiar y salud reproductiva (PF/SR) de USAID está desestabilizando todo el sistema global de estos servicios. El gobierno de EE. UU. era anteriormente el mayor donante bilateral de PF/SR a nivel mundial, con una contribución de 607,5 millones de dólares en el ejercicio fiscal de 2024. Este cambio pone en riesgo los avances logrados durante años en la mejora de la salud de mujeres y niñas en todo el mundo.

Los anticonceptivos son atención médica esencial

Entre mujeres y niñas de 15 a 49 años, 164 millones desean retrasar o evitar un embarazo, pero no utilizan actualmente ningún método moderno de anticoncepción. Los anticonceptivos pueden prevenir de forma segura y eficaz embarazos no planificados. Cuando un embarazo no es deseado o llega en un mal momento, se incrementa el riesgo de complicaciones, incluidas la muerte o lesiones maternas.

Estos riesgos ya son altos en contextos frágiles o afectados por conflictos, y se han agravado en los que antes dependían de USAID. Destruir suministros médicos esenciales restringe aún más la capacidad de los gobiernos locales y de organizaciones como la nuestra para atender esta creciente demanda. Ninguna entidad por sí sola puede aumentar su capacidad y cubrir estos vacíos de forma inmediata.


Nota - Aunque este comunicado utiliza los términos “mujeres” y “niñas”, reconocemos que las personas trans, intersex y no binarias también pueden experimentar embarazos y necesitan servicios anticonceptivos. Trabajamos para que nuestros servicios sean inclusivos en cuanto al género y nos esforzamos por superar todas las barreras al acceso a la salud sexual y reproductiva.