Los recortes en la ayuda humanitaria amenazan la vida de las personas refugiadas en la región de Gambella, en Etiopía

Las condiciones de vida de las personas refugiadas en la región de Gambella, en Etiopía, se están deteriorando rápidamente tras los importantes recortes en la ayuda humanitaria en la zona. Esta fuerte disminución se debe en gran medida a la reducción global del apoyo de donantes clave como USAID, lo que está afectando a servicios básicos como la distribución de alimentos, la atención sanitaria, el acceso al agua potable y los servicios de saneamiento.

MSF
06/08/2025
Una madre y un padre sentados junto a su hijo Una madre y un padre sentados junto a su hijo, que recibe tratamiento en el campo de Kulé

Situada en el suroeste de Etiopía, cerca de la frontera con Sudán del Sur, la región de Gambella acoge desde 2014 a un gran número de personas refugiadas, en su mayoría sursudanesas. En la actualidad, más de 395.000 personas viven en siete campos, entre ellos el de Kule, donde Médicos Sin Fronteras (MSF) prestamos servicios de atención sanitaria desde hace más de una década.

Servicios esenciales al borde del colapso

La disminución general de la financiación humanitaria en la región ha provocado la suspensión de los servicios de nutrición en cuatro de los siete campos de personas refugiadas, lo que deja a unos 80.000 niños menores de cinco años en riesgo de sufrir una desnutrición que ponga en peligro su vida.

“Recibimos alimentos una vez al mes —maíz, trigo y sorgo—, pero siempre se agotan antes de que termine el mes”, dice Nyauahial Puoch, una madre que viajó 8 kilómetros desde el campo de refugiados de Tierkidi para buscar tratamiento para su hija de 17 meses en las instalaciones de MSF en el campo de Kule. “Desde el año pasado, ha habido un gran descenso. Algunos de los productos que solíamos recibir ya no se suministran en absoluto”. A la hija de Puoch le diagnosticaron desnutrición.

Desde octubre de 2024, las personas del campo de Kule reciben tan solo 600 calorías al día, menos del 30% del mínimo diario recomendado de 2.100 calorías por persona. Otros campos de personas refugiadas de la región se encuentran en una situación similar. En ocasiones, la distribución de alimentos se ha interrumpido durante meses debido a las interrupciones en la cadena de suministro internacional y a la escasez de fondos.

  • Pacientes esperando en el Departamento de Consultas Externas de MSF en el campo de refugiados de Kule, región de Gambella.

En 2025, MSF hemos registrado un aumento del 55 % en el número de niños ingresados en nuestro centro de alimentación terapéutica en comparación con el año anterior, y la mitad de estos niños proceden de otros campos de la región.

“Caminamos tres horas desde nuestra casa en el campo de Akula para llegar al hospital de MSF”, cuenta Kuoth, cuya hija de un año recibió tratamiento en el hospital de MSF en Kule. “Nuestra hija tenía tos, diarrea y desnutrición grave, y tuvo que estar hospitalizada durante 15 días hasta que se recuperó”.

El acceso a la atención sanitaria es difícil

Nuestro departamento de consultas externas ha registrado un aumento del 58 % en el número de visitas de pacientes en comparación con el mismo periodo del año pasado, y muchos de ellos proceden de los campos circundantes. El número de mujeres que acuden a las sesiones de atención prenatal también ha aumentado un 72 % en comparación con 2024, lo que indica la creciente demanda de servicios de atención sanitaria materna.

Estamos recibiendo más pacientes de otros campamentos”, afirma Armand Dirks, coordinador de proyectos de MSF en Gambella. “En gran parte porque estos servicios ya no están disponibles a nivel local debido a que muchas ONG se han retirado de la región por recortes en la financiación. Estamos desbordados por el aumento del número de pacientes y tememos que esta cifra siga aumentando en los próximos meses”.

  • Un grupo de cuidadores en el punto de agua de MSF en el departamento de consultas externas en el campamento de Kule.

Reducción de la prevención de enfermedades

Los recortes de financiación también han provocado la reducción de las actividades de prevención de enfermedades, como los programas de prevención de la malaria.

Dado que la malaria es endémica en la región, nuestro equipo prevé un fuerte aumento del número de pacientes con malaria durante la actual temporada de lluvias, que dura de mayo a octubre.

En julio de 2025, el número de pacientes con malaria que acudieron al centro de MSF aumentó aproximadamente un 125 % en comparación con el mes anterior. Hemos tratado más de 23.800 casos desde enero, y más de la mitad de estos pacientes proceden de campos de personas refugiadas vecinos.

Como este año se han reducido considerablemente las actividades clave para la prevención de la malaria, como la distribución de mosquiteras, la fumigación de interiores y exteriores y el acceso oportuno a los servicios de salud, tememos que la región tenga dificultades para controlar la propagación de la enfermedad, lo que podría aumentar la carga sobre un sistema de salud ya de por sí frágil.

“Se prevé que los casos aumenten considerablemente durante este periodo de máxima transmisión”, afirma Birhanu Sahile, coordinador médico adjunto de MSF. “Esto supone una grave amenaza para las personas refugiadas, que ya son vulnerables y se enfrentan a una mayor exposición a los mosquitos infectados por la malaria debido a las condiciones de hacinamiento y a un saneamiento deficiente”.

Para hacer frente a esta situación, MSF estamos mejorando nuestros servicios de tratamiento de la malaria en la región y tenemos previsto establecer un puesto de salud dedicado a la malaria en el campo de personas refugiadas de Tierkidi, situado en la región de Gambella, que acoge a más de 74.000 personas. Nuestros equipos también están distribuyendo mosquiteras y apoyando las medidas de control de vectores y prevención para los y las habitantes del campo de Kule.

  • Campo de Kulé, Gambella, Etiopía.

Un llamamiento a la acción urgente

“Al recorrer el campamento, se ven muchos edificios vacíos, espacios que antes utilizaban las ONG y que ahora se han retirado”, explica Dirks. “Su ausencia se nota profundamente. Los servicios que antes prestaban apoyo a esta comunidad han desaparecido”.

En el campo de refugiados de Kule, MSF prestamos una serie de servicios esenciales, entre los que se incluyen atención sanitaria primaria y secundaria, salud materno infantil, incluida la atención integral a las víctimas de violencia sexual y de género, atención de salud mental, agua y saneamiento, y programas de promoción de la salud y nutrición.

“Estamos trabajando a pleno rendimiento, pero la magnitud de las necesidades en Kule supera con creces lo que podemos abordar por nuestra cuenta”, afirma Birhanu, coordinador médico adjunto de MSF. “Sin el apoyo y las intervenciones urgentes de otros actores, esta crisis seguirá agravándose, poniendo en mayor riesgo aún a miles de personas vulnerables”.

Dado que las ONG cada vez tienen menos capacidad de satisfacer las necesidades de atención sanitaria en los campos de refugiados, instamos al Gobierno de Etiopía a que adopte medidas claras y decisivas en Gambella para promover la integración de las personas refugiadas en los servicios locales. Esto incluye reforzar el actual sistema de atención sanitaria para todos y mejorar su capacidad para soportar futuros recortes.