Rohingyas en Bangladesh: "Beben agua no tratada que recolectan en charcos o pozos"

Más de medio millón de refugiados rohingya ha llegado a Bangladesh en menos de dos meses a raíz de una ola de violencia en el estado de Rakhine, en el vecino Myanmar. La mayoría de los refugiados vive en asentamientos improvisados sin acceso adecuado a refugio, alimentos, agua potable o letrinas. Nuestro experto en agua y saneamiento, Paul Jawor, acaba de regresar del sureste del país. Aquí nos explica las terribles condiciones que afrontan los refugiados y cómo suministramos agua limpia en uno de los asentamientos.

MSF
19/10/2017

Paul, acabas de regresar de Bangladesh, ¿qué puedes contarnos de la situación allí?

Raramente he visto a tanta gente, cientos de miles de personas, viviendo en refugios improvisados ​​y varados en una zona del tamaño de una pequeña ciudad europea, con muy poco acceso a servicios básicos. Se está implementando la asistencia, pero las necesidades de los refugiados, especialmente con respecto al agua limpia, aún son extremas.

En Unchiparang, uno de los asentamientos donde brindamos atención médica, las 33.000 personas que viven allí solo beben agua superficial no tratada que recolectan en arrozales, charcos o pozos poco profundos cavados a mano. Muchas de las pocas letrinas disponibles ya están desbordadas, por lo que la gente defeca al aire libre, lo que contamina aún más el agua.

Desde una perspectiva geológica, Unchiparang tiene un terreno plano, con colinas en medio del asentamiento. Un pequeño río lo surca, pero solo algunos refugiados de un lado de las colinas pueden acceder a él con facilidad. El suelo arcilloso pesado e impermeable se llena de lodo cuando llueve. El acuífero, el 'depósito' de agua subterránea, no es profundo y, si cavas demasiado, muy pronto aspiras agua salada debido a la proximidad del mar.

Dadas las enormes necesidades de agua potable, en estas primeras semana ¿qué han podido hacer nuestros equipos en Unchiparang?

Nuestra prioridad, como siempre en tales situaciones, ha sido asegurar que hubiera agua limpia y potable en la clínica que hemos establecido en el asentamiento. Debemos garantizar que la estructura de la salud no sea un lugar donde las personas puedan contraer otras enfermedades, en particular diarreas. El personal médico debe poder limpiar sus manos y material; los pacientes deben poder tomar sus medicamentos con un vaso de agua limpia.

Hemos logrado hacer uso del río, que es la principal fuente de agua. Nuestros equipos han instalado una tubería larga que lleva a enormes tanques que pueden entregar hasta 30.000 litros de agua limpia y clorada al día. Eso está muy por debajo de los estándares aceptados para una población tan grande, pero estamos aumentando la capacidad, especialmente para las personas que se han asentado lejos del cauce. También lideramos una campaña de sensibilización para que la población no contamine el río.

En otros lugares, utilizaremos una versión más grande y más segura del pozo tradicional en la técnica de suelo. Hemos comenzado a excavar estos 'pozos', que tienen hasta dos metros de ancho y cinco de profundidad, y nuestro objetivo es tener pronto entre 15 y 20. Tendrán plataformas de hormigón para evitar la entrada de suciedad y una pequeña pared para detener el agua de la inundación. Los pozos se alinearán para evitar la contaminación del agua superficial. Y, por supuesto, el agua será clorada.

La principal dificultad cuando una superficie y la población son tan grandes es elegir dónde cavar los pozos. Analizamos los registros médicos de nuestra clínica y trabajamos con nuestros equipos de promoción de la salud para identificar aquellos focos de donde provienen muchos de los casos de diarrea. Cuando se construyan los pozos, las familias que viven en esos lugares -los más vulnerables- recibirán bidones, así como kits de higiene y desinfección. Es vital que la comunidad esté completamente involucrada. Nuestro equipo de promoción de salud los ayudará y entrenará en la cloración del agua y el mantenimiento de los sistemas de agua.

¿Cómo prevés la situación en los próximos meses para los refugiados en Unchiparang?

Con la llegada de la estación seca y la entrada de más refugiados todos los días, el acceso al agua seguirá siendo una preocupación principal en todos los asentamientos. El río que atraviesa el asentamiento de Unchiparang se secará en dos o tres meses, como lo hace cada año, y los pozos proporcionarán cada vez menos agua por día.

Es importante que MSF y otras organizaciones nos preparemos y pongamos en marcha sistemas de agua que puedan hacer frente a la estación seca. Planeamos construir cuatro 'piscinas' en el asentamiento de Unchiparang. Los llamamos así no porque las personas puedan nadar en ellos, sino para dar una idea de su tamaño. Miden siete metros cuadrados y tienen cuatro metros de profundidad. Pueden contener 200 metros cúbicos de agua y capturar tanto la lluvia como el agua subterránea. Esto no es una idea nueva. Tanques como estos están presentes en cada mezquita y algunas casas privadas en el área. Y nuestra organización ha construido estos sistemas en otras intervenciones de emergencia como en Myanmar, por ejemplo, después de que el ciclón Nargis.

Más allá del ámbito médico, mejorar el acceso al agua y al saneamiento es una parte importante de nuestro trabajo para hacer frente a las necesidades de los refugiados en Bangladesh. Ya hemos construido más de 200 letrinas, 25 pozos de agua y un sistema de abastecimiento de agua por gravedad. Mediante camiones, también suministramos a los campos y asentamientos un promedio de 100 metros cúbicos de agua provenientes del pozo, en una de nuestras clínicas.