Madagascar es uno de los países más vulnerables ante el cambio climático. En los últimos años, ha sufrido la fuerza de numerosos y potentes ciclones, que han agravado los problemas de salud de muchas comunidades en situación de vulnerabilidad.
En 2023, nuestros equipos respondieron ante las alarmantes tasas de desnutrición en los distritos del sureste, donde las familias se enfrentaban a una triple crisis de inseguridad alimentaria, malaria y fenómenos meteorológicos extremos.
Tras el paso del ciclón Freddy en febrero, realizamos una evaluación para determinar el alcance de los daños causados en la agricultura en el sureste de la isla y el impacto potencial en las personas que dependen de ella. El ciclón afectó a casi 117.000 personas.
Debido a las cosechas destruidas, muchas personas tuvieron que depender de las reservas de alimentos cada vez más escasas, lo que provocó un aumento de las tasas de desnutrición. En respuesta a esta situación, nuestros equipos ampliaron los programas de nutrición y proporcionaron tratamiento a niños con desnutrición aguda grave, muchos de los cuales también tenían malaria.
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Naina, de 35 años, es el padre de Antonio. Desde hace varias semanas, su hijo recibe tratamiento por desnutrición en un centro de salud apoyado por MSF. Acudieron no sólo para la revisión semanal, sino también para informar al médico de los síntomas inusuales de Antonio. Tras ser diagnosticado y sometido a pruebas, resultó que Antonio padecía malaria. © Miora Rabearisoa/MSF
La cobertura de inmunización sigue siendo baja en Madagascar, donde solo el 49% de los niños de 12 a 23 meses está completamente vacunados. Cuando aumentaron los casos de sarampión en el noreste del país, MSF ayudamos a las autoridades locales a dirigir campañas de vacunación, realizar actividades de concienciación y suministrar tratamiento.
En 2023, terminamos nuestra intervención en el extremo sur de la isla, que había comenzado como una respuesta nutricional de emergencia en marzo de 2021 y se convirtió en un programa centrado en mejorar el acceso a agua en las regiones de Androy y Anosy. Nuestros equipos perforaron pozos, rehabilitaron puntos de agua y realizaron estudios sobre los problemas y desafíos de la gestión sostenible de los puntos de agua.
Además, compartimos y debatimos nuestros puntos de vista con las autoridades estatales y con donantes, representantes de la sociedad civil, empresas y organizaciones humanitarias.
También reforzamos las capacidades de los colaboradores locales brindando formación a los puestos técnicos que trabajan en la reparación y el mantenimiento de bombas manuales, y realizamos donativos para apoyar las actividades y mejorar la eficacia.
Este artículo ofrece una visión general de nuestro trabajo en este país entre enero y diciembre de 2023. Se trata de un resumen que no puede considerarse exhaustivo. En 2023, contábamos con 149 profesionales* y gastamos 4,3 millones de euros en nuestras actividades médico-humanitarias. Trabajamos por primera vez en este país en 1987.
* La cifra de personal equivale al total de puestos a tiempo completo o FTE (del inglés full-time equivalent). Por ejemplo, dos personas a media jornada equivalen a un FTE.