La población civil del este de República Democrática del Congo está atrapada en el fuego cruzado, herida y violentada
Marie Brun, nuestra coordinadora de emergencias en la provincia de Kivu Norte, en República Democrática del Congo, describe la intensificación de los combates entre varios grupos armados y las fuerzas armadas congoleñas desde principios de año, así como las consecuencias para la población civil. Una vez más, esta se ve obligada a sufrir la violencia.

La inseguridad parece afectar cada vez más a las personas ya desplazadas en los Kivus, especialmente en los alrededores de Goma. ¿Cuál es la situación?
En los dos últimos años, hemos asistido a desplazamientos regulares de personas que huían de los combates en la provincia de Kivu Norte y, más recientemente, en Kivu Sur. Las numerosas personas y familias desplazadas han buscado refugio sobre todo en campamentos rudimentarios en las afueras de Goma, la capital de Kivu Norte.
En las últimas semanas, Goma se ha visto rodeada progresivamente por varias líneas de frente. En la ciudad se hacinan entre 600.000 y un millón de desplazados junto a los dos millones de habitantes de la ciudad. La concentración de hombres armados en los campos densamente poblados y sus alrededores y la creciente proximidad de las posiciones militares a las personas desplazadas han provocado un aumento general del nivel de violencia: los civiles se ven atrapados en el fuego cruzado entre los distintos grupos combatientes; y resultan heridos, muertos o se convierten en víctimas y, en particular, de violencia sexual.
En Goma, las personas desplazadas se encuentran ahora en una situación similar a aquella de la que habían huido. Se enfrentan a una inseguridad total y no tienen salida. Los campos de desplazados deben ser respetados por todas las partes en conflicto y deben cesar los combates en las cercanías de estos.
Esta inseguridad se ve agravada por unas condiciones de vida extremadamente precarias. La población desplazada vive en campos densamente poblados, en condiciones sanitarias deplorables, sin acceso adecuado a los servicios de agua y saneamiento, en refugios hechos de lonas de plástico, sobre un terreno irregular de roca volcánica. El acceso al agua potable y a los alimentos es muy difícil e impredecible.
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Twizere Chantal, madre de 6 hijos, delante de su refugio en el asentamiento de personas desplazadas de Shabindu. © Joelle Kayembe/MSF
¿Cuál es el impacto de esta violencia en la población civil?
Según nuestras observaciones, el fuego de artillería pesada en los campos de la periferia de Goma ha causado 23 muertos y 52 heridos desde febrero de 2024. Solo el 3 de mayo y de acuerdo a Naciones Unidas, al menos 18 civiles, en su mayoría mujeres, niños y niñas, murieron y 32 resultaron heridos en bombardeos que afectaron a varios emplazamientos de desplazados en la mañana de ese día.
Desde principios de año, hemos observado fuego cruzado y explosiones de granadas dentro de los campos, tanto de día como de noche. Hemos registrado 24 incidentes con disparos de obuses en los campos en los que trabajamos o en sus cercanías. Nuestros equipos han recibido 101 heridos sin riesgo vital, el 70% de ellos civiles, en el hospital de Kyeshero. Estas personas fueron trasladadas por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que trata a los pacientes más graves heridos por armas. También nos preocupa que los pacientes retrasen la búsqueda de asistencia por miedo a los riesgos de seguridad asociados.
En los campos de Shabindu, Rusayo y Elohim, hemos atendido más de 1.700 nuevos casos de violencia sexual en abril, el 70% de los cuales fueron perpetrados por personas que portaban de armas. MSF podemos brindar atención médica y psicológica a las supervivientes, pero las opciones de derivación para recibir apoyo legal, refugios seguros y otros servicios de protección son muy limitadas. Aunque la mayoría de las personas supervivientes de violencia sexual atendidas por nuestros equipos denuncian haber sido violadas mientras recogían leña, también estamos viendo un número creciente de agresiones dentro de los campos. También se han denunciado casos de violación en grupo.
Además, se han reanudado los combates en Kibirizi, ciudad de acogida y tránsito de miles de desplazados situada en el cruce de varios ejes estratégicos de Kivu Norte. En mayo han estallado violentos combates en zonas pobladas, tanto en las ciudades como cerca de los campos. Los enfrentamiento han destruido infraestructuras y recursos vitales y han provocado un nuevo éxodo de personas desplazadas. El número de casos de violencia sexual también se ha disparado, multiplicándose por cinco el número de supervivientes atendidas en los centros de salud que apoyamos en Kibirizi y, más al sur, en la zona de salud de Bambo.
Con la intensificación de las hostilidades en una nueva línea del frente desde febrero, el intercambio de fuego y artillería también está afectando regularmente a la población de la ciudad de Minova y sus alrededores, en Kivu Sur, donde este año se han buscado refugio casi 200.000 personas.
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Olivier, delante de su refugio, a pocos metros de la clínica de MSF en el campo de personas desplazadas de Shabindu. © Joelle Kayembe/MSF
¿Cómo sigue trabajando MSF en este contexto?
En Kivu Norte y Sur, nuestros equipos trabajan en un contexto de seguridad inestable, con dificultades para desplazarse y facilitar ayuda humanitaria, y un acceso incierto a los centros de salud que apoyamos. A pesar de la naturaleza médica y humanitaria de nuestra respuesta a esta crisis, nuestro personal también ha sufrido actos de intimidación por parte de hombres armados.
MSF hemos suspendido actividades en varias ocasiones, principalmente por los enfrentamientos cerca de los campos de Goma y en los alrededores de Minova. La carretera de Kivu Sur a Goma está actualmente bloqueada y los suministros solo pueden trasladarse en barco a través del lago Kivu o en moto. Los combates también impiden que los suministros de Goma lleguen a las zonas periféricas, donde también hay enfrentamientos. En el territorio de Masisi, donde apoyamos, sobre todo, a los hospitales generales de Masisi y Mweso, los equipos médicos llevan recibiendo decenas de heridos de guerra desde principios de año, pero desde hace meses el acceso por carretera es extremadamente difícil y arriesgado. Esto ha obstaculizado las operaciones humanitarias, privando a la población de una ayuda humanitaria vital. Como MSF, recordamos a todas las partes beligerantes que, en tiempos de conflicto, están obligadas a respetar el derecho internacional humanitario y todas las protecciones otorgadas a civiles, a las instalaciones sanitarias, a los pacientes y al personal médico.
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