
Hablemos de salud mental en tiempos de COVID-19
La pandemia ha impactado enormemente la vida de millones de personas en todo el mundo. Dado que esta nueva enfermedad aún no cuenta con una vacuna o tratamiento específico, y toda la situación mundial está acompañada de mucha incertidumbre, la COVID-19 puede causar ciertas reacciones emocionales que impactan la salud de las personas.
Para nosotros, la salud mental forma parte de la salud y es parte intrínseca de nuestra labor en todo el mundo. Porque la pandemia de coronavirus también afecta la salud mental de nuestros pacientes y de quienes nos rodean, queremos aprovechar para hablar del tema y compartirte algunos consejos que podrían serte útiles.
En una situación como la actual, es natural experimentar enfado, preocupación e incluso estrés y desesperanza. Son reacciones normales en medio de una situación anormal. Sin embargo, es importante recordar que las emociones son parte de nuestro día a día.
Llegamos a tener estas reacciones durante un periodo corto de tiempo: es una forma de nuestro cuerpo para protegernos a nosotros mismos y a los demás de esta amenaza. Sin embargo, conviene tener en cuenta que emociones como el estrés y el miedo, por ejemplo, también pueden afectar nuestra salud física.
Así, aquellas personas que pertenecen a los grupos más vulnerables pueden presentar diferentes síntomas que afectan su bienestar y experimentar niveles más altos de angustia que repercuten en su salud física. También dificultades para obtener atención médica o artículos básicos para mantener su higiene así como la falta de información confiable. Estos factores también aumentan su riesgo de contagiarse con una enfermedad, lo que a su vez genera aún más estrés y preocupación.
¿Qué puedes hacer para gestionar esta situación? Vamos por partes:
Si te sientes feliz o en calma, ¡nos alegra mucho! Para seguir así, te recomendamos lo siguiente:
- ¡Mantén una rutina! Tenerla te ayudará a conseguir un sensación de seguridad y control sobre la situación. Haz una lista de tus actividades diarias y ponte metas que puedas cumplir semana tras semana. ¡No olvides darte un respiro! Puedes premiarte y hacer algo divertido después de lograr alguna de tus tareas o metas.
- Escucha tu música favorita con los ojos cerrados para darte un respiro, ¡relájate!
- ¡No olvides dormir bien! Mantén un horario de sueño constante.
- Intenta reducir el tiempo que pasas viendo noticias en redes sociales sobre la COVID-19. Es bueno mantenerse informado, pero hacerlo durante mucho tiempo puede preocuparte aún más. También es importante que consultes fuentes fiables.
- ¡Mantente conectado con tus seres queridos! Hay varias herramientas que nos ayudan a permanecer conectadas en estos tiempos donde es recomendable mantener la distancia física. Puedes hacerlo por teléfono o por medio de alguna red social. Esta puede ser una actividad que te ayudará a mantener un nivel bajo de estrés y te puede llevar solo cinco minutos.
- ¡Haz ejercicio! Mueve tu cuerpo, esto puede ayudar a mejorar tu salud mental porque reduce la ansiedad, depresión y un estado de ánimo negativo. Al realizar ejercicio de forma recurrente, puedes mejorar tus funciones cardio pulmonares y reducir el riesgo de sufrir una enfermedad crónica.
- Sigue una alimentación sana y mantente hidratado.
¡Estoy estresado!
Si sientes miedo de enfermar y contagiar a otras personas; estrés que no te deja descansar, tensión en tu cuerpo, preocupación o tristeza porque están pasando muchas cosas a tu alrededor y no tienes control sobre ellas…¡es normal!
Intenta seguir cuidando de ti mismo. Además de seguir los consejos anteriores, puedes realizar el siguiente ejercicio. ¡Es muy sencillo y lo puedes realizar ahora mismo!
Si te preguntas por qué te decimos que tomes un respiro, es porque es una de las mejores formas de reducir tu estrés. Además, es muy práctico y sencillo de realizar en cualquier lado y a cualquier hora. Así que, si el anterior ejercicio de respiración no te sirvió…¡no pasa nada! Aquí te compartimos otro.
Otro consejo que puedes seguir es echarte una siesta. También es válido tomarse un descanso de todo.
¡Descansa de las redes sociales! Esto es muy importante. Desactiva las notificaciones de tu teléfono y pon tus dispositivos electrónicos en silencio o apágalos, especialmente durante la noche.
¡Alimenta tu mente! Actívala con actividades como la lectura, el dibujo o la música.
Si tienes problemas para dormir, puede ser debido al estrés. Una buena higiene de sueño implica pasar 7 u 8 horas al día durmiendo en ambiente poco iluminado y templado. Si tienes dificultades, es recomendable que vayas a dormir dos horas después de cenar, una hora después de tomar una ducha y dos horas después de beber agua. Intenta no usar tu teléfono antes de dormir: la luz azul de la pantalla envía el mensaje equivocado a tu cerebro y le hace pensar que aún es de día.
Por último, pero no menos importante: sé amable contigo. Muéstrate la misma amabilidad que mostrarías a un amigo. Acepta lo que estás sintiendo (es normal que me sienta así), y date ánimos (¡puedo manejar esta situación!). También es importante que mires hacia el futuro (esto no durará para siempre).
Cuida de ti mismo y de los demás
Intenta mantener pensamientos positivos (sabemos que no es posible para todos) y hacer actividades que te ayuden a sentirte bien y feliz. Pero además de eso, también puedes ayudar a otras personas dentro de tu comunidad!
Con acciones pequeñas, puedes marcar una diferencia.
Y ¿qué hacer si tienes niños o adolescentes en mi hogar? ¿Cómo puedes ayudarles?
Pedir a los niños y adolescentes que permanezcan en casa en medio de la pandemia es una de las medidas que se han tomado para limitar la propagación de contagios de forma local.
Estar en casa puede causar que no tengan la actividad física suficiente, que desarrollen patrones de sueño irregulares o que ganen peso.
Bajo estas situaciones estresantes, los niños y adolescentes pueden irritarse, tener ansiedad o miedo, por ejemplo. Es importante ayudarles.
Primero, conserva la calma. Los niños copian nuestras reacciones. Mantén una conversación abierta con tus hijos para hacerles en entender qué está pasando de una forma serena y segura.
Reconoce y valida sus emociones. Escúchales y hazles saber que están seguros, que es una situación temporal y que es normal que sientan lo que sienten. Verbalizad juntos esas emociones y dadles un nombre.
Ayúdales también a diferenciar entre rumores y información verificada. Debes vigilar además que están en contacto con contenidos adecuados y lenguaje acorde a su edad.
Fomenta la empatía, la inclusión, la tolerancia y la no discriminación.
Recuerda que tus emociones son una expresión de lo que te está sucediendo. ¡Cuídate! Esperamos que estos consejos te funcionen y si no, recuerda buscar ayuda profesional.