Unha epidemia prodúcese cando unha enfermidade contaxiosa se propaga rapidamente nunha poboación determinada, afectando simultaneamente a un gran número de persoas durante un período de tempo concreto. Se o gromo afecta a rexións xeográficas extensas (por exemplo, varios continentes) catalógase como pandemia; como é o caso do VIH ou da COVID-19. En caso de propagación descontrolada, unha epidemia pode colapsar un sistema de saúde, como ocorreu en 2014 co gromo de ébola en África occidental.
Estas enfermidades poden aparecer en zonas onde non existían, por exemplo debido á debilidade do sistema de saúde e das campañas de vacinación; tal foi o caso, en 2017 e 2018, das epidemias de difteria en Iemen e entre a poboación rohingya que chegou a Bangladesh fuxindo de Myanmar. Tamén poden desenvolverse gromos epidémicos a partir de enfermidades endémicas: estas últimas persisten dunha forma continuada ou episódica nunha zona determinada. A malaria, o Chagas ou o dengue son exemplos de endemias en zonas moi concretas do planeta.
Cada enfermidade require unha actuación específica nos ámbitos da prevención e do tratamento. Estas son algunhas das máis habituais nos nosos proxectos:
Enfermedades epidémicas más frecuentes en los lugares donde trabajamos
Cólera, sarampión, malaria, mpox, desnutrición asociada a brotes, meningitis, fiebre tifoidea, dengue, enfermedad del sueño (tripanosomiasis humana africana) y otras patologías transmisibles afectan de forma recurrente a comunidades que ya se enfrentan a múltiples vulnerabilidades.
En estas situaciones es esencial garantizar:
- Diagnóstico rápido
- Tratamiento adecuado
- Vigilancia epidemiológica
- Medidas de prevención y control
- Acceso a agua potable y saneamiento
Cómo intervenimos ante una epidemia
Cuando detectamos un brote, nuestros equipos se desplazan rápidamente para trabajar junto a las autoridades sanitarias y la comunidad. Las intervenciones se adaptan a cada enfermedad, pero suelen incluir:
- Atención médica de emergencia
Atendemos a personas enfermas en centros de salud, hospitales o unidades específicas diseñadas para manejar enfermedades infecciosas. Garantizamos acceso a medicamentos, hidratación oral o intravenosa, vacunas y atención pediátrica y materna cuando es necesario. - Puesta en marcha de centros de tratamiento
Montamos unidades de tratamiento del cólera, salas de aislamiento o estructuras provisionales cuando los centros de salud existentes no pueden absorber más casos. - Refuerzo del sistema de salud
Apoyamos a equipos locales con formación, gestión de pacientes, control de infecciones y suministro de material médico. En muchos lugares, esto permite reducir la mortalidad y mejorar la detección temprana. - Vacunaciones masivas
Organizamos campañas de vacunación para evitar que el brote se expanda, especialmente en enfermedades prevenibles como el sarampión, la meningitis o la fiebre amarilla. - Vigilancia epidemiológica
Recopilamos datos, analizamos la evolución del brote y compartimos información con las autoridades sanitarias para adaptar la respuesta y anticiparnos a nuevos focos. - Promoción de la salud y prevención
Explicamos cómo se transmite la enfermedad, cuáles son los síntomas de alarma y qué medidas ayudan a reducir contagios. Esto se realiza en colaboración con líderes comunitarios, escuelas y redes locales.
¿Cuál es la diferencia entre brote, epidemia y pandemia?
Brote: aparición puntual de casos en una comunidad o lugar específico.
Epidemia: aumento significativo y repentino de casos sobre lo habitual en una zona concreta.
Pandemia: epidemia que se propaga sobre varios países o continentes.
Por qué las epidemias tienen un impacto tan alto en algunos países
En muchos contextos donde trabajamos, las personas viven en condiciones que dificultan la prevención y la atención temprana: falta de agua potable, sobrepoblación en asentamientos informales, escasez de personal sanitario, hospitales destruidos por conflictos o desplazamientos forzados que obligan a miles de personas a vivir en refugios temporales.
Ante esta realidad, cualquier brote epidémico puede convertirse en una amenaza grave para la salud pública. Por eso seguimos abogando por más recursos, vigilancia activa y acceso equitativo a vacunas y tratamientos, especialmente para quienes se encuentran en entornos precarios.
Preguntas frecuentes sobre epidemias
¿Qué es una epidemia?
Es un aumento repentino de casos de una enfermedad en un lugar y tiempo específicos, superior a lo esperado normalmente.
¿Cuáles son las epidemias más comunes?
Cólera, sarampión, malaria, dengue, mpox, meningitis, fiebre tifoidea y brotes de enfermedades prevenibles mediante vacunación.
¿Cómo MSF actuamos ante un brote?
Desplegamos equipos médicos, habilitamos centros de tratamiento, reforzamos los servicios locales, vacunamos, analizamos datos y promovemos medidas de prevención.
¿Qué factores aumentan el riesgo de epidemias?
Desplazamientos masivos, falta de vacunación, conflictos armados, desastres naturales, falta de agua potable o infraestructuras sanitarias debilitadas.
¿Cómo se pueden prevenir las epidemias?
Con acceso a vacunas, saneamiento, vigilancia epidemiológica, diagnóstico temprano y sistemas de salud sólidos.
¿Por qué intervenimos en epidemias?
Para reducir el número de personas enfermas, evitar muertes prevenibles y frenar la transmisión en comunidades con pocos recursos.
¿Las epidemias siempre afectan igual a toda la población?
No. Las personas más vulnerables: niños y niñas, personas mayores, embarazadas y personas con enfermedades crónicas, pueden sufrir un impacto mayor.
¿Cómo decidimos intervenir en un brote?
Evaluamos la magnitud del brote, su potencial expansión, la capacidad del sistema sanitario local y el acceso de la población a servicios médicos.
¿Cómo apoyamos la investigación y el acceso a tratamientos?
Colaboramos con redes científicas y exigimos acceso equitativo a vacunas, pruebas diagnósticas y tratamientos asequibles.